Un día, hace apenas un mes, entró al local de Patxi Ramón una señora mayor “muy entrañable y con los ojos llorosos” y les contó su historia mientras “rebuscaba en su bolso para reunir cinco euros y pagar su pollo”. Patxi, que es de Huércal de Almería “de toda la vida”, conocía a esta mujer y decidió crear “un menú con un primero y un segundo” con el coste de cinco euros “para que personas en su misma situación pudieran pagarlo”. Días después “llegó un hombre también llorando y pidiendo que, por favor, le diéramos algo de comer”. Según narra Patxi, su reacción fue correr “muy enfadado” a la cocina y encender la fogata para hacerle una tortilla de patatas. Acto seguido, “saqué una mesa a la calle y le dije a mi mujer que los primeros pollos que salieran los regalaba ese día”. “Por eso digo que todo esto empezó por un cabreo mío”, confiesa.
A partir de ese momento, todos los días saca su mesita y coloca un cartel con la siguiente leyenda: “Si lo necesitas, cógelo. Sea cívico, si no déjeselo a las personas más necesitadas, ¡buen provecho!”. Desde entonces, el gerente del asador de pollos cuenta que van al local muchas personas mayores a las que “no les llega su pensión para comer y escuchamos cada historia que nos ponen la piel de gallina”. Dice que, en otra ocasión, entró al negocio familiar un hombre poniéndose de rodillas y pidió permiso para coger el táper llorando, “tuvimos que levantarlo”.
Grabaron un vídeo en Tik Tok para anunciar su “si lo necesitas, cógelo”. De regalar cuatro pollos asados diarios han pasado a 20 gracias a las donaciones de clientes que venían y les decían “dame un pollo y ponme otro para ponerlo en la mesa de la puerta”. Asegura que ha recibido llamadas desde Málaga, Gran Canarias y Cuba para hacerles un bizum y aportar con un pollo. Patxi dice que “no esperaba esta repercusión para nada”. Reconoce que con esta iniciativa no obtiene ningún beneficio económico; “como empresa pequeña, sé lo que cuesta levantar la persiana, por eso quiero arrimar el hombro con los más necesitados”. Cristina, la otra dueña del Asador de Pollos Real, organizó una paella de marisco con 30 raciones para también regalarlo.
Mejoras por “salud”
A pesar de que se ha publicado que inspección sanitaria les hizo una visita por no cumplir el protocolo sanitario, el pequeño empresario asegura que “aquí no ha venido inspección'' hasta que ”los he llamado yo después de leerlo en prensa para preguntar qué pasaba“. Tras esa llamada, el inspector de Sanidad se personó en el local: ”Si los puestos ambulantes de comida pueden poner la comida fuera, ¿por qué yo no?“. Al final, según explica Patxi, le ha propuesto a la Autoridad poner un refrigerador y la respuesta ha sido afirmativa: ”Con el dinero de las donaciones hemos comprado uno de segunda mano y así está todo en regla“.
Fuentes de la Delegación Territorial de Salud de Almería han confirmado a elDiario.es Andalucía que “se ha informado a los dueños del negocio de que las condiciones en las que estaban esos pollos en la calle no cumplen con el protocolo de seguridad alimentaria e incluso podrían suponer un riesgo para la salud pública, porque se podrían producir incluso intoxicaciones alimentarias al estar expuestos al sol”. Ahora ya está todo en regla y hay acuerdo con el Servicio de Inspección del Distrito Sanitario para depositar la comida preparada en dicho refrigerador.
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