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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Medio ambiente

Tres años de denuncias para que se investigue la desecación de un humedal en El Ejido

La Guardia Civil de la Comandancia de Almería está investigando la desecación del Humedal de Sotomontes, en el término municipal de El Ejido, por un supuesto delito contra el medio ambiente relativo a la protección de la flora y fauna silvestre. Los ecologistas llevan denunciando años todo esto. Hay aves en peligro de extinción que conviven con basura, escombros y plásticos. Se ha ganado terreno al humedal con explotaciones agrícolas y además se ha convertido en un vertedero de todo tipo de residuos de la actividad agrícola.

En el poniente almeriense, aunque destaca la superficie destinada al cultivo intensivo bajo plástico, también existen diferentes humedales de importancia nacional e internacional. Además de los humedales, más conocidos algunos de ellos con figura de protección legal, existen otros que “por importancia ecológica deberían de ser igualmente protegidos”, manifiestan los ecologistas de la zona. Pepe Rivera, presidente del Grupo Ecologista Mediterráneo, se ha dirigido en reiteradas ocasiones al SEPRONA para notificarles que en la Charca Sotomontes de Matagorda (El Ejido) “continúan destruyendo zonas de nidificación de especies de aves en peligro de extinción, por vertidos o aterramiento de sus hábitats para construir invernaderos”. Tras las denuncias de los ecologistas, las administraciones se reunieron en el Ayuntamiento de El Ejido y creían que “iban a solucionar el problema, pero no fue así”.

Fran Pérez, concejal de Agricultura en el Ayuntamiento de El Ejido, asegura a elDiario.es/Andalucía que existe un expediente abierto desde Urbanismo, pero que “no se puede hacer mucho más porque no existe ningún tipo de protección en esa zona”. Advierte que es la Consejería de Medio Ambiente quien tiene competencia en espacios protegidos o declararlo así si procede. “Nosotros ya enviamos un escrito a la Consejería y falta que ellos se pronuncien y que SEPRONA se ponga manos a la obra; por nuestra parte está todo hecho”. Añade que “pasamos las cosas y no nos informan”.

Cronología de las denuncias

A lo largo de los tres últimos años se ha denunciado el maltrato al humedal, hasta que al fin las diligencias instruidas se han remitido a la fiscalía provincial de medio ambiente. Además, se han realizado tres actas de infracción administrativa en materia de vertidos y residuos.

En 2020 el instituto armado tuvo conocimiento por primera vez de las obras de desecación del humedal, a través de denuncia presentada por el Grupo Ecologista Mediterráneo, realizándose por parte del Seprona de la comandancia de Almería una inspección en la que se observaron movimientos de tierra, ganando terreno al humedal para uso agrícola.

En 2021 se volvió a tener conocimiento, por denuncia presentada por el mismo grupo ecologista, de la continuidad de los trabajos, comprobándose en la inspección realizada por el Seprona que en esta ocasión se estaban depositando gran cantidad de residuos de todo tipo, incluidos residuos clasificados como peligrosos (envases de fitosanitarios, envases de fertilizantes e insecticidas, plásticos procedentes de la agricultura bajo plástico impregnados de productos químicos, etc…), instruyendo diligencias ampliatorias de las anteriores.

El pasado año se volvió a presentar una denuncia comprobando en la inspección posterior que el volumen de vertidos ha ido aumentando, requiriendo informe pericial de la Unidad Técnica – Unidad Central Operativa de Medio Ambiente (UT-UCOMA) cuyo resultado certifica una pérdida directa de hábitat para multitud de especies, daños sustanciales en la calidad de las aguas y el suelo afectando a la flora y fauna, generándose una pérdida y degradación del hábitat que pone en riesgo especies protegidas y en peligro de extinción.

Sanción

La Delegación Territorial de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul notifica a este medio que en marzo de 2022 se inició un procedimiento sancionador por considerar los hechos denunciados por los ecologistas una infracción muy grave tipificada en el artículo 75.5 de la Ley 8/2003 de la Flora y Fauna Silvestres (destrucción o degradación manifiesta del hábitat de especies amenazadas catalogadas como en peligro de extinción o sensibles a la alteración de su hábitat o de sus lugares de reproducción, invernada, reposo, campeo o alimentación).

De acuerdo con el artículo 82 de la misma Ley, la infracción fue sancionada con una multa de 120.000 € y la obligación de restaurar el daño causado consistente en: paralización inmediata de las actividades de relleno de la charca, retirada de todos los vertidos y su tratamiento mediante un gestor autorizado y realizar las labores oportunas para recuperar la zona afectada atendiendo las indicaciones del Departamento de Geodiversidad y Biodiversidad de la Delegación Territorial. Aunque no ha trascendido el nombre de la empresa sancionada.

Humedales artificiales de importancia ecosistémica

 Este humedal, como otros muchos de la zona del poniente almeriense, es artificial como consecuencia de la extracción de tierras para los invernaderos a partir de la segunda mitad del siglo pasado. Y es que se generaron una serie de socavones, que con el tiempo se han ido llenando de agua, sobre todo de retornos de riego y por la subida del nivel freático del acuífero superior. “Todas ellas están amenazadas, ya que se usan como vertederos, o se están aterrando”, advierte Rivera. Estos humedales funcionan como balsas de tormentas, acumulando el agua de lluvia. Agricultores de la zona se quejan del aterramiento de la charca porque “cuando llueve, lo que queda de la charca se llena e inunda sus fincas”.

Lo que ocurre es que estos humedales se han convertido en hábitats de especies protegidas, incluso aves en peligro de extinción. “Es por eso que legalmente se deberían tomar medidas para su protección y que serían suficientes para incluir estas charcas en el convenio RAMSAR (relativo a la conservación y uso racional de los humedales), y que al menos las harían merecedoras de ser incluidas en el Inventario Andaluz de Humedales”, justifica Rivera.

Las especies de aves son un magnífico indicador biológico, y aunque en los últimos años se está notando un descenso, estas lagunas todavía siguen siendo un importante lugar para la conservación de especies en peligro. Tales como la malvasía cabeciblanca (Oxyura leucocephala), el morito (Plegadis falcinellus), la garcilla cangrejera (Marmaronetta angustirostris), o el porrón pardo (Aythya nyroca). Estas dos últimas en peligro crítico de extinción. Todas estas aves nidificantes en este sistema de lagunas, que se desplazan de una laguna a otra instalando sus nidos en los lugares en que encuentran menos molestias o peligros. Es por eso que “estas lagunas constituyen un ecosistema que debería de ser protegido íntegramente y, o al menos, tomar medidas para evitar que se siga deteriorando”, concluye el ecologista.

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