El pasado 24 de junio de 2022, tal como se esperaba, el Tribunal Supremo de Estados Unidos dictaminó que se dejará de proteger el derecho al aborto lo cual significa que serán los estados los que regulan este derecho. Así que ahora mismo el aborto está totalmente o casi totalmente prohibido en 26 estados de EE.UU., esto es, en más de la mitad del país y hay más estados que están a punto de sumarse a esta lista.
Radio, prensa, televisión y redes sociales han sido los medios encargados de promulgar la noticia a toda vela en los cinco continentes. La restricción del aborto en ciertos Estados Federales ha sido eco en todo el mundo. Tras cincuenta años de vigor, este derecho constitucional de la mujer se ha visto gravemente comprometido por la sentencia del máximo tribunal en los Estados Unidos. Sin embargo, no debe de sorprendernos esta noticia, pues en 1973, antiabortistas ya alzaban la voz para restringir el aborto a través de barreras económicas y logísticas.
Son cinco los estados que prohíben sin excepción este acto pasadas seis semanas de embarazo (Georgia, Ohio, Kentucky, Mississippi y Luisiana), violando el derecho a la privacidad de las mujeres y la libre actuación sobre sus propios cuerpos. Además, en los últimos tres años se han realizado más de 42 restricciones para la minimización del aborto de forma legal. La Organización Mundial de la Salud y Naciones Unidas critican y califican esta decisión como un revés cometido y una recesión que atenta contra nuestra libre elección.
“Las leyes antiaborto no frenarán el aborto”
Una menor de diez años es la que ha sufrido en primera línea de batalla estas nuevas restricciones sobre el aborto. Tras sufrir una violación y quedar embarazada del violador se vio obligada a viajar y cambiar de estado para acabar con la pesadilla que conlleva tan grave y repugnante delito. Hoy ha sido esta menor es el estado de Ohio, pero mañana podría darse otra víctima a la que se le prive de algo tan básico como acabar con la tortura psicológica que este tipo de sucesos deja bajo nuestra piel. A esto se le suma que estados como Arkansas, Arizona, Missouri o Dakota del Sur no soportan excepciones por violación, manteniéndose firmes, tajantes y sin ningún miramiento ante uno de los mayores problemas que afectan al mundo actual: la agresión sexual.
Según la Organización Mundial de la salud, el aborto no seguro es una de las principales causas de las muertes maternas, siendo éste de un trece por ciento sobre la población mundial. Estados Unidos tiene la mayor tasa de muerte materna de entre todos los países desarrollados, mayormente en aquellos estados con las leyes más restrictivas sobre el aborto. Estas leyes colocan a las mujeres en una zona de sumo peligro, provocando abortos menos seguros, sin especialistas médicos y sin las condiciones sanitarias adecuadas. Las leyes antiaborto no frenarán el aborto.
Los políticos deben sentir el clamor internacional y así evitar otras restricciones; los estados pro aborto necesitan ver el apoyo internacional para impulsar más protecciones, y los estados “dudosos” necesitan ver la presión masiva para inclinarse hacia el lado correcto.
Ayúdanos a ejercer presión firmando esta carta. Estamos enviando todas y cada una de las firmas a los y las gobernadoras de todo Estados Unidos exigiendo que detengan las prohibiciones del aborto y protejan el derecho a la atención sanitaria del aborto.
El pasado 24 de junio de 2022, tal como se esperaba, el Tribunal Supremo de Estados Unidos dictaminó que se dejará de proteger el derecho al aborto lo cual significa que serán los estados los que regulan este derecho. Así que ahora mismo el aborto está totalmente o casi totalmente prohibido en 26 estados de EE.UU., esto es, en más de la mitad del país y hay más estados que están a punto de sumarse a esta lista.
Radio, prensa, televisión y redes sociales han sido los medios encargados de promulgar la noticia a toda vela en los cinco continentes. La restricción del aborto en ciertos Estados Federales ha sido eco en todo el mundo. Tras cincuenta años de vigor, este derecho constitucional de la mujer se ha visto gravemente comprometido por la sentencia del máximo tribunal en los Estados Unidos. Sin embargo, no debe de sorprendernos esta noticia, pues en 1973, antiabortistas ya alzaban la voz para restringir el aborto a través de barreras económicas y logísticas.