Todos los partidos del arco de la izquierda -PSOE, Por Andalucía y Adelante Andalucía- han registrado enmiendas a la totalidad al proyecto de Presupuestos del Gobierno de Juan Manuel Moreno para 2024. Vox es el único partido de la oposición que no ha impugnado el grueso de las cuentas del PP para el próximo ejercicio, que ascienden a 46.753 millones de euros, un 2,5% más que este año.
El debate de totalidad, que se dirime la semana que viene en el Parlamento, consolida así la división de bloques izquierdas-derechas en una legislatura hipotensa, gracias a la cómoda mayoría absoluta de Moreno. Los partidos progresistas coinciden en sus críticas: condena a las rebajas fiscales para las rentas más altas; desgaste de las políticas sociales -con especial incidencia en el deterioro de la sanidad pública y críticas a la supuesta privatización del sector-; números “amañados y contabilidad creativa”; excesiva dependencia de las transferencias estatales y fondos europeos; aumento del capítulo dos de gasto corriente, donde se mezcla como en un cajón de sastre el gasto superfluo...
El grupo de extrema derecha, socio imprescindible de Moreno en la pasada legislatura, condicionó todas las cuentas del mandato anterior. Vox presentó enmiendas a la totalidad a las cuentas de 2019 y 2010, para luego retirarlas a cambio de contrapartidas de signo identitario. En 2021 consumó su ruptura con el PP tumbando el Presupuesto y precipitando el adelanto electoral que daría la mayoría absoluta al PP.
En este mandato, ahora que su voto no es clave para la gobernabilidad, Vox se ha mostrado menos exigente al desechar presentar enmiendas a la totalidad. En todas sus intervenciones, los de Santiago Abascal inciden más en la crítica férrea a Sánchez que a Moreno, a quien ejercen oposición afeándole “sus similitudes con el PSOE en la forma de gobernar”, o su falta de contundencia en la estrategia de confrontación con el Gobierno de España.
Mayoría absoluta, enmiendas parciales
El PP sacará adelante el segundo Presupuesto andaluz de la legislatura esgrimiendo la “inversión récord en la historia autonómica”, números “serios, realistas y responsables”, con un 62% de gasto social y una reducción del 25% en la partida destinada a amortizar la deuda pública (que asciende a 38.000 millones de euros), la tercera de más volumen tras el presupuesto de Sanidad y Educación.
Las cuentas también incluyen un viraje en la “revolución fiscal” que anunció Moreno al comienzo del mandato: una caída de ingresos tributarios del 22%, consecuencia en parte de las continuas rebajas de impuestos autonómicos aprobados y promocionados por la Junta (la llamada “bajada masiva de impuestos”), esto es, 760 millones de ingresos.
La rebaja del impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Documentales provoca una caída del 20% de ingresos, unos 600 millones menos. La eliminación, de facto, del impuesto sobre Sucesiones y Donaciones, reduce otro 5% la recaudación de este año por este concepto, y la supresión del Impuesto del Patrimonio, anunciada este mismo año, detraerá el próximo año los 103 millones en los que se valoró esta medida.
Por contra, la reactivación del canon del agua -el gravamen sobre el consumo de agua doméstica e industrial que Moreno eliminó durante un año preconizando una “revolución hídrica” en esta legislatura- devolverá a las arcas públicas 145 millones de euros, que volverán a pagar los ciudadanos.
Turbulencias desde el exterior
Las turbulencias en la política andaluza que más ruido provocan vienen del exterior. La sesión de control quincenal al Gobierno andaluz proyecta dos ángulos distanciados de la realidad: las izquierdas denuncian y reclaman soluciones al presidente Moreno; las derechas usan su turno para cargar contra el presidente en funciones, Pedro Sánchez.
El ruido se ha agravado en las últimas semanas al eco de las negociaciones de investidura entre el PSOE y los independentistas catalanes, que esta semana han alcanzado el pico de la espiral de declaraciones hiperbólicas. Moreno sostiene que el pacto con Junts -la amnistía a cambio de la investidura- “humilla a España” y fulmina la tradición constitucionalista del PSOE.
El PP andaluz ha comunicado a la Delegación del Gobierno que harán concentraciones de protesta contra la amnistía en las ocho capitales este domingo, una movilización que parte de la dirección nacional y que pilotan en persona los alcaldes populares. José Luis Sanz, en regidor de Sevilla, ha hecho su propio vídeo en redes sociales con un llamamiento a la participación. En el arco izquierdo, el PSOE da eco a las protestas sanitarias por el agravamiento de las listas de espera, difundiendo citas de pacientes con más de un año vista para operarse.
Los populares, que cuentan con mayoría en el Parlamento, han movido el calendario previsto del debate de totalidad del Presupuesto andaluz para que no coincida con la gala de los Grammy Latino, que se celebra el jueves 16 en Sevilla. Otra decisión que han criticado los socialistas, y que el PP defiende porque “es un acontecimiento mundial que dejará en Andalucía 500 millones de euros”.
Lo más significativo, en todo caso, es que el debate se solapará con la investidura de Pedro Sánchez en el Congreso, prevista para los días 15 y 16 de noviembre. El presidente en funciones acude a la Cámara Baja tras amarrar el apoyo de los seis partidos que dieron la espalda a Alberto Núñez Feijóo en su investidura fallida de hace un mes y medio: Sumar, PNV, ERC, Junts, Bildu y BNG (más el voto de la única diputada de Coalición Canaria, que también respaldó al gallego).
Los acuerdos del PSOE con los partidos independentistas catalanes, conocidos esta semana, han redimensionado el debate de política andaluza: Moreno lidera la carga ligera de los barones territoriales del PP, esgrimiendo la denuncia de la ruptura del principio de igualdad entre españoles, a la par que hostiga duramente al jefe de la oposición, el secretario general del PSOE-A, Juan Espadas.
Los socialistas andaluces están sufriendo el mutismo impuesto por Ferraz para no distorsionar las difíciles negociaciones multibanda con los partidos que apoyarán la investidura de Sánchez. Moreno aprovecha esa ausencia de narrativa propia en el PSOE andaluz para denunciar que la federación más numerosa del partido está “muerta” y “plegada a los intereses particulares de Pedro Sánchez”.
Desde la ejecutiva regional socialista esperan que el rodaje de la legislatura aplaque los ánimos, y están convencidos de que los acuerdos financieros que ERC y Junts ya han pactado con el PSOE terminarán beneficiando a Andalucía. “Estoy contento. Es muy buena noticia para Andalucía”, decía este viernes el diputado y portavoz socialista de Hacienda, Gaspar Llanes. En el entorno de Espadas no ocultan la “incomodidad” de la estrategia de silencio que ha seguido Ferraz este último mes, mientras negociaba entre bambalinas con sus socios de legislatura.
Moreno ha aprovechado ese vacío para martillear con el discurso del agravio, el rechazo a los privilegios fiscales para Cataluña, y la denuncia férrea a la amnistía para los responsables del órdago secesionista en 2017. Son mensajes que calan en el electorado socialista andaluz pero, dicen en San Vicente, “el nivel de exageración e hipérbole que están utilizando, junto con los disturbios en las calles capitaneados por la ultraderecha, provocan un rechazo aún mayor entre los nuestros”.