El anuncio de José Antonio Griñán de que no repetirá como candidato a la presidencia -un formalismo porque se sabe desde hace meses- remata el proceso de relevo en la política de Andalucía y abre definitivamente a nuevos protagonistas el escenario para la carrera electoral hacia 2016: “Sólo nuevos pilotos nos conducirán a nuevos horizontes”. Para entonces no estarán ni él, ni Javier Arenas ni Diego Valderas, que se midieron en las últimas elecciones autonómicas, lo que supone también un cierre de época, el paso atrás de una generación que lleva décadas manejando la política en la región. Oficialmente ninguna de las tres formaciones con representación en el Parlamento de Andalucía tiene candidato. Oficiosamente, sólo el PP se ha quedado descolgado.
El PSOE andaluz tiene en la consejera de Presidencia e Igualdad Susana Díaz la persona para liderar esa renovación. El candidato podría decidirse en unas primarias este verano, pero ella es la “mano derecha” del presidente y claramente la persona mejor situada para ello. Y además, por primera vez el PSOE presentaría a una mujer en unas elecciones autonómicas.
Por su parte, IU, que han dado el primer paso en este proceso, está proyectando a Antonio Maíllo, que le gusta a prácticamente toda la coalición de izquierdas, como se demostró en su reciente elección como coordinador regional. De hecho, no son pocos los que en el PSOE tenían prisa por comenzar a definir quién será el candidato una vez que IU empezaba a aupar un perfil de peso, en un momento en el que además es el único partido al que las encuestas le son favorables.
Por eso existe la certeza entre los socialistas de que no se puede dilatar mucho más el proceso. Otra cosa será la manera de hacerlo. Hoy en su puesta en escena, el presidente ha mostrado su intención de “completar la legislatura” e incluso de limitar a partir de ahora los gobiernos a dos mandatos, consensuándolo con todas las fuerzas políticas e incorporándolo incluso al Estatuto de Autonomía de Andalucía. Pero puede ocurrir de todo de aquí a tres años, igual que cuando Manuel Chaves le cedió el testigo a él para que se defendiera en la batalla electoral desde la mejor plataforma.
Son muchos los que en el partido apuestan por esto. Porque es una de las ventajas que tienen los socialistas frente a la coalición de izquierdas, si esta optara finalmente por Antonio Maíllo, que no luce en el escaparate institucional, en el que sí está la consejera de Fomento y Vivienda, Elena Cortés (que además es joven y mujer). En todo caso, el coordinador regional de IU ha comentado que no le parecía “oportuno” el momento elegido para el anuncio, ya que es el día en el que “los protagonistas deben ser Andalucía y los andaluces”. Cierto es también que el presidente ha mantenido la atención del auditorio, muy pendiente de en qué momento de su discurso soltaba lo que ya se había leído en toda la prensa y redes sociales.
En esta poco acostumbrada marea de cambios -que ha eclipsado el contenido del Debate del Estado de la Comunidad en un Parlamento de Andalucía más concurrido que nunca y donde el presidente se han enfrentado en varias ocasiones a una melé de cámaras y fotógrafos- el PP toma nota. Lo único que tiene claro que es Juan Ignacio Zoido no será el candidato, porque lo ha dicho él y porque el partido tampoco quiere. En cuanto a la elección de su candidato, desde el PP insisten en que la decisión de Griñán no les mete prisa y nadie les marca la agenda. Pretenden definirse antes de las fiestas navideñas, como tenían previsto. Saben que, cuando no tienen un perfil claro, si conocen al principal rival, contarán con más elementos para tomar su decisión.
La retirada de José Antonio Griñán, que comenzó como el hombre del tránsito cuando decía que ni siquiera quería ser candidato y que precisamente hoy ha usado el ejemplo de “la transición a la democracia en este país” para hacer este anuncio, ofrece además la pauta para tomar decisiones de este calibre también en el PSOE a nivel nacional.
“Esta decisión es personal y no marca el camino a Alfredo Pérez Rubalcaba”, aseguraba esta mañana una veterana del partido, Amparo Rubiales. Frase que precisamente parecía potenciar esa idea.
De momento, la renovación -que puede culminar con tres candidatos electorales menores de 50 años- ha empezado en el sur.