El Ayuntamiento de Córdoba ha movido ficha respecto a una de las inmatriculaciones hechas por la Iglesia en la capital sobre un lugar público y ha abierto un procedimiento para que quede determinado oficialmente su carácter público y reclamar así su titularidad. Se trata de la Plaza de la Fuensanta, un espacio que inscribió a su nombre el Cabildo catedralicio en el Registro de la Propiedad en 1987, al inmatricularlo como parte de una finca de 4.460 metros cuadrados que albergaba también una iglesia, la casa del párroco, los jardines y el Pocito –una edificación de gran tradición en el popular barrio de la Fuensanta de Córdoba-.
Ahora, el gobierno local del PP ha esgrimido un informe de la Asesoría Jurídica Municipal relativo a la inmatriculación de la Plaza de la Fuensanta en el que se constata la existencia de evidencias que demostrarían el carácter público de esta plaza, para abrir un procedimiento con el que reclamar posteriormente la titularidad de dicho espacio.
En dicho informe, al que ha tenido acceso eldiario.es/andalucia, se señala que “a nombre del Cabildo Catedral se ha inscrito, además de las edificaciones destinadas al culto religioso, la vivienda y el pozo, los espacios libres existentes entre ellos y que, según todos los indicios, forman parte de la plaza de Nuestra Señora de la Fuensanta, como se deduce de la propia inscripción de la finca (...), espacios estos que tienen la consideración de dominio público y que, ininterrumpidamente han sido destinados al uso público”.
Asimismo, recalca su carácter público conforme al Plan General de Ordenación Urbana (PGOU): “los espacios libres de la plaza de la Fuensanta pertenecen a suelo consolidado, hallándose calificado como parques y jardines públicos”, espacios que ya se calificaban como públicos en el planeamiento urbano anterior de 1986 donde se “destinan los terrenos no edificados de la plaza a viario público, acompañándose unos planos de 1928 acreditativos del destino al uso público de la zona aledaña a la iglesia de la Fuensanta”.
Por todo ello, el letrado titular de la Asesoría Jurídica Municipal recomienda iniciar los trámites para que la ciudad recupere la plaza para el conjunto de los cordobeses. Y a raíz de ese informe, aprobado por la Junta de Gobierno Local, se acuerda “iniciar expediente para investigar la situación física y jurídica de los espacios libres existentes entre las construcciones destinadas a uso religioso, vivienda y almacén existentes en la Plaza de Nuestra Señora de la Fuensanta, inscritos en el Registro de la Propiedad a nombre del Cabildo Catedral y que presumiblemente, constituyen dominio público local, a fin de determinar su titularidad y extensión”.
Reclamación de los vecinos
De igual manera, el informe aprobado por el gobierno municipal sirve también para nombrar al instructor municipal “que lleve a cabo la tramitación de dicho expediente de conformidad con (…) el Reglamento de Bienes de las Entidades Locales de Andalucía” y hacer público el inicio de este procedimiento para la presentación de posibles alegaciones por parte los afectados, iniciándose así un proceso administrativo para la reclamación del dominio público que, en caso de no culminar en un acuerdo, podría acabar en los tribunales para su reclamación judicial.
Cabe recordar que fue en octubre pasado cuando salió a la luz la inmatriculación de la Plaza de la Fuensanta por parte del Cabildo, que lo hizo siguiendo la Ley Hipotecaria y junto a otras edificaciones anexas. Ante ello, los vecinos del barrio y todo el Distrito Sureste de la ciudad protagonizaron varias movilizaciones, como la ‘toma’ simbólica de la plaza que protagonizaron en noviembre pasado para reclamar al Ayuntamiento que actuara contra la inmatriculación de la Iglesia para preservar la plaza como un espacio público de la ciudad.
“Exigimos al alcalde que actúe porque tiene la obligación de velar por lo que es de todos”, decían entonces los vecinos que en un acto simbólico, pusieron primero una cinta cerrando el paso a la plaza para, después de las intervenciones reclamando la actuación del Ayuntamiento, cortar esa barrera y ‘tomar’ un espacio que consideran público y de los vecinos desde siempre.