La policía local de Málaga cerró el martes por la tarde La Casa Invisible, un centro social y cultural autogestionado que funciona en un local ocupado desde hace más de siete años. La intervención se produjo alrededor de las 17.30 de la tarde y se desarrolló sin incidentes. A las 19.00, un único coche de la policía vigilaba el lugar. El ayuntamiento alegó motivos de seguridad para adoptar la medida. La Casa Invisible, sin embargo, emitió un comunicado en el que calificó la decisión de “política, no técnica”. Los activistas trataban el martes por la tarde de encontrar un interlocutor en el consistorio o en la Gerencia de Urbanismo, cerrada hasta el próximo día 26. En una rueda de prensa celebrada ante el consistorio el miércoles por la mañana, anunciaron que el local será reabierto para realizar actividades que no sean “de libre concurrencia”. Para ellos, el cierre en esta fecha no es casual.
Técnicos de la Gerencia de Urbanismo inspeccionaron el inmueble hace apenas unas semanas. Lo hicieron acompañados de miembros de la Casa Invisible, que prestaron su colaboración para la revisión, según aseguran. Amanda Romero, activista y abogada del colectivo que gestiona las actividades del centro, explicó que al término de la inspección se les advirtió de que el local presentaba algunas deficiencias en materia anti-incendios que debían ser subsanadas. “Y nos plantearon: cabe la posibilidad, hasta que se acometan las obras, de que algunas actividades, como las de libre concurrencia, no se puedan llevar a cabo temporalmente. Nos adelantan la posibilidad...”, resaltó Romero. Desde entonces y hasta la llegada de la Policía no ocurrió nada. La Invisible no fue notificada de la orden de clausura, ni del informe definitivo de Urbanismo, según la abogada. El informe de Urbanismo, citado por Sur, detecta carencias en medidas de protección anti-incendios (falta de extintores o alarmas) y un estado precario de la instalación eléctrica (empalmes o cables sin protección), lo que provocaría un alto riesgo de cortocircuito o incendio.
La policía se presentó con una orden referida a las actividades de “libre concurrencia”, según pudo comprobar este medio. Sin embargo, el cierre del inmueble afecta a cualquier actividad y a zonas que los activistas entienden que no presentan riesgo alguno, como el patio. “La policía viene sin que nos hayan notificado una resolución, a las 17.30, sin que ninguna administración esté abierta, y lo cierran todo diciendo ”yo no sé, yo no sé“. Su orden es que cesen las actividades de libre concurrencia, pero consulta con su jefe, y le dice que no, que cualquier tipo de actividad”, resumió la abogada. La Casa Invisible organiza actividades públicas como mercadillos, talleres, conferencias y conciertos: cuando se produjo la intervención se celebraba un mercadillo de artesanía local, para la Nochebuena había programada una fiesta y el viernes estaba prevista una jam session. Pero La Invisible también es el lugar en el que se reúnen habitualmente las ramas locales asociaciones como la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, Marea Verde o los Yayoflautas, y a estas actividades se suman las que desarrollan para sus socios las asociaciones que promueven el espacio.
En una concentración ante el ayuntamiento celebrada el miércoles por la mañana, los activistas anunciaron que reabrirán el inmueble el mismo día de Nochebuena, aunque cancelarán todas las actividades públicas, como la fiesta programada para esta misma noche. Según Romero, la orden de clausura solo afecta a las actividades “de libre concurrencia”, pero no a los encuentros o reuniones privadas: “Y nosotros respetaremos escrupulosamente el contenido de esa orden”.
El inmueble, situado en la calle Nosquera (zona centro) es propiedad del ayuntamiento, aunque está okupado desde 2007. Fue construido en 1900 y está protegido. En 2011, el consistorio, tres asociaciones que promueven actividades en La Invisible, la Junta de Andalucía y el Museo Reina Sofía firmaron un protocolo de intenciones, y al término del acto, el ayuntamiento entregó simbólicamente las llaves del lugar a los activistas. El protocolo autorizaba la cesión del local por un plazo inicial de un año, para el desarrollo de actividades socioculturales. La idea inicial era regularizar definitivamente la cesión a la Fundación de los Comunes (integrada por las asociaciones) pasados dos años desde su constitución, momento a partir del cual podía contratar con el ayuntamiento. Sin embargo, eso nunca ocurrió, y la situación legal del local ha permanecido en el limbo desde entonces. Según Amanda Romero, La Invisible ha pedido en reiteradas ocasiones una reunión para establecer un plan de intervención del edificio, en el que se acuerde qué obligaciones asume cada parte en relación con las obras: “Como nunca se ha llevado a efecto la cesión del espacio, nosotros le venimos reclamando que hay que acometer una serie de intervenciones. Recibimos el silencio por respuesta”. La abogada insistió en esta tesis a las puertas del ayuntamiento, y mostró los documentos que acreditan la solicitud de encuentros bilaterales con representantes del consistorio, que según ella nunca fueron respondidos.
Antes de la concentración, Francisco Pomares, concejal de Urbanismo, justificó el cierre ante “el alto riesgo de que pasara una gran desgracia”. En declaraciones recogidas por Europa Press, Pomares explicó que se había intervenido sobre el edificio sin las correspondientes licencias, y aseveró que la actuación del martes se había decidido “por seguridad de los propios miembros de la Fundación y sobre todo, de los ciudadanos”. Para el edil, la situación era de “emergencia”. Los activistas recalcan que las actividades siempre han sido públicas y consentidas, que las actuaciones se han realizado ante la pasividad del consistorio y que, en todo caso, la responsabilidad sobre el estado del inmueble es del ayuntamiento, que se ha negado hasta ahora a abordar un plan de intervención que ya estaría redactado, según Amanda Romero.
La Invisible difundió el martes un comunicado en el que valora la actuación policial como un “claro ataque”, “debido probablemente a la intensa actividad realizada en ella por movimientos y colectivos sociales críticos con la gestión del Partido Popular”. También difundió la etiqueta de Twitter #laInviNoSeToca.