La destrucción de empleo en la banca no ha terminado tras 10 años del inicio de la crisis y cuando llevamos cinco de crecimiento de la economía, con la reducción de un tercio de las plantillas entre 2008 y 2018. Sólo el pasado año, los ocho bancos que cotizan en bolsa y copan el sector, redujeron en conjunto sus plantillas en más de 2.000 trabajadores, según puede calcularse con sus informes anuales del último ejercicio que acaban de subir a sus portales. La sangría continuará -y con más intensidad- en 2019, siendo los servicios financieros una de las pocas actividades económicas que sigue destruyendo empleo en nuestro país.
Coincide también con la publicación de otros resultados, sus beneficios se han disparado el último año: casi 8.000 millones de euros el Santander; más de 5.000 (un incremento del 50%) el BBVA; unos 2.000 Caixabank; más de 700 Bankia; su propio récord, 525, Bankinter; unos 325 el Sabadell; más de 150 (un 10%), Unicaja; y por encima de los 100 también, su socio para una inminente fusión, Liberbank.
Mirando los citados informes anuales, se observa que en su conjunto, los integrantes de este club redujeron en 2018 sus plantillas a un total de 145.563 empleados frente a los 147.691 que reconocían en 2017. Ha sido Bankia (con 1.833 trabajadores menos) la que más ha visto mermada su plantilla, seguida por el Santander (-958), BBVA (-591) y Unicaja (-280), siempre comparando el balance que hacían cerrado 2017 con el presentado por los propios bancos tras completarse 2018.
Pero la pérdida de empleo en la banca el pasado año será todavía mayor a esos dos millares de puestos de trabajo, según los sindicatos, cuando se conozcan los datos del resto, y cuando se actualicen las estadísticas del Banco de España -las últimas son de 2017- más fiables en este sentido para los representantes de los trabajadores, o incluso los anuarios de las principales patronales, la Asociación Española de la Banca (AEB) y la CECA. En este sentido, las últimas estadísticas publicadas por el Banco de España cuentan 192.626 trabajadores en los servicios financieros a 31 de diciembre de 2017, frente a los 278.301 de hace una década, cuando se cortó la tendencia de generación de empleo en este campo. Es decir, 85.675 puestos de trabajo se han quedado por el camino.
Esperando todavía que se concreten los datos de 2018, es posible que se haya llegado a un punto que llevará a romper la barrera de los 100.000 empleos perdidos en la banca este año. “No sería descabellado hablar de 100.000 puestos de trabajo destruidos desde 2008 en los tres subsectores: banca, cajas de ahorros y cajas rurales”, estima el secretario general de UGT del sector financiero, Roberto Tornamira. Recuerda que hasta 2017, UGT cifró en 95.211 os empleos perdidos en la banca.“Habría que añadir los puestos de trabajo destruido en 2018 y las previsiones de 2019”, indica.
Los tres puntos calientes para otro año de destrucción
De este modo, para 2019, los sindicatos tienen la vista puesta en tres movimientos. El primero es que se ha cerrado, sin la firma de UGT pero sí del resto de sindicatos, un proceso de desvinculaciones en Unicaja, que no tiene la consideración de ERE y por el que se destruirán 760 empleos, en una operación que afecta sobre todo a Andalucía, cuna del banco, y vinculada a su próxima fusión con Liberbank que podría concluir incluso con el triple de bajas
El otro proceso, en periodo previo al proceso formal de negociación, es el de Caixabank, con una previsión de adelgazar en 2.157 puestos de trabajo la plantilla, la cuarta parte en Andalucía, dentro de un plan estratégico que ya ha puesto sobre la mesa a los representantes de los trabajadores.
En el caso del Santander, como resultado de su fusión con el Popular, todos dan por hecho que se va a presentar un proceso que afectará a la red de oficinas, pero aún no hay fecha ni cifras, dicen desde los sindicatos, aunque Expansión ha publicado que preparan un expediente de regulación de empleo (ERE) con unos 3.000 afectados. Son el triple de los que han salido con el ERE del pasado año, que se nutrió con voluntarios.
Se une a esto que BBVA continúa apostando por las prejubilaciones: el mismo informe recoge que destinará en 2019 destinará 477 millones de euros a prejubilaciones (fueron 543 en 2018), lo que podría suponer otro millar. “También en Andalucía se prevé un importante descenso al ser considerada territorio excedentario por parte de Bankia, lo que ha provocado tanto salidas incentivadas como movilidades geográficas entre la plantilla”, remarcan desde los sindicatos.
Por todo ello, Alicia Domínguez (CCOO) calcula que en 2019 “podremos estar hablando de una reducción en España de otros 5.000 empleos en la banca”, por los citados procesos. Destaca que se trata de un sector “fuertemente sindicato, de los que más, lo que ha permitido conseguir acuerdos buenos dentro de lo malo para los afectados” y por eso, de hecho, se están produciendo sobre todo prejubilaciones. “El problema está en que ha salido ya la gente de más edad, y no queda, de forma que ahora le puede tocar a la más joven”, explica.
“Los servicios financieros figuran en el último lugar de la lista”, apunta en referencia a la ocupación Roberto Tornamira. Basta con ver las cifras del INE de ocupados por rama de actividad de los que acaba de publicar los datos de cierre de 2018, y que reflejan la pérdida de un tercio del peso que tenía hace una década.
Es más, según los datos del VI Monitor anual Adecco de ocupación, los bancos y firmas aseguradoras conforman la actividad económica que más empleo destruyó en 2018 con una caída interanual del 5,9%, por delante de información y comunicaciones (-1,6%), servicios culturales (-1,3%) y agricultura y ganadería (-1,1%).
La carencia de una información desglosada por comunidad autónoma o provincia, dificulta la realización de un análisis y seguimiento más completo de este parámetro por territorios, exponen desde CCOO. Pero con datos de la AEB y la CECA, y los portales de los bancos, calculan la reducción en más de 12.500 de los trabajadores en Andalucía desde 2008, lo que supone un 35% menos de empleos en el sector, en la media de lo ocurrido en el resto del país.
Cuatro de cada 10 oficinas han cerrado
En paralelo, el reajuste de las plantillas y los procesos de fusión van unidos a la continua eliminación de oficinas. En 2018 (septiembre) 26.634 en toda España de las que 4.354 en Andalucía, la que más ha tenido siempre, pero que a la vez tiene la menor ratio por habitante, dado que es la comunidad autónoma más poblada. En 2008 eran 46.065 oficinas en toda España y 6.989 en Andalucía, lo que, con datos también del Banco de España, da cuenta de la reducción: un 40% menos de sucursales que hace una década.
Pues bien, este ejercicio, el Santander prevé clausurar más de 1.000 en España por duplicidades tras hacerse con el Popular. Caixabank, unas 800. Y se augura que la unión Unicaja-Liberbank también conllevará el cierre de sucursales. Cifras parecidas ofrece la CECA: de 25.035 en 2008 a 12.246, prácticamente la mitad, también hasta el 31 de diciembre de 2017
Y no sólo eso, está que “las condiciones de trabajo han empeorado, como consecuencia de tener que asumir más tareas por la reducción de las plantillas” a lo que se suman decisiones como “traslados forzosos” que resultan “inasumibles para muchos empleados”, en palabras de Alicia Domínguez. Éstos han tenido que hacer un esfuerzo de formación “ingente”, con más de 600 horas, “casi como un máster”, obligatoria, para la adaptación a los nuevos tiempos, para afrontar una reforma bancaria que lleva a una cada vez mayor digitalización y la desaparición de los servicios en ventanilla.
Siglos después de la revolución industrial, la revolución bancaria, cuyas consecuencias todavía no han terminado de plasmarse en su totalidad. “En los próximos años, uno de los principales desafíos al que deberán hacer frente las entidades es el proceso de innovación financiera mediante el desarrollo de nuevos productos, servicios e intermediarios”, concluye.