Uno de los objetivos locales de conservación y mantenimiento en las ciudades es llevar a cabo actuaciones que contribuyan a frenar el cambio climático mundial. Además, estas actuaciones pueden ser fuente a su vez de sostenibilidad económica que impulsen el desarrollo local, como se está probando en la localidad de Carmona (Sevilla).
En uno de los términos municipales más extensos de Andalucía y España (96.000 hectáreas), y muy cercano al millón de habitantes del área metropolitana de Sevilla capital, se espera la implantación para el año horizonte 2030 de decenas de plantas fotovoltaicas ocupando una superficie de 4.000 hectáreas (tan solo el 4 por ciento de su término municipal). Las dos primeras que han entrado en funcionamiento (ENEL POWER, año 2021). Ya producen energía suficiente para autoabastecer a su núcleo urbano.
Para evitar el impacto ambiental y paisajístico de los parques fotovoltaicos sobre el paisaje agrario singular tan llano como hermoso, el de la “Vega” de Carmona, las plantas fotovoltaicas más próximas compartirán un solo cable de evacuación de la energía producida y así se simplificará el impacto que puedan producir. Y en el lugar de implantación de las plantas fotovoltaicas se está probando con nuevos cultivos (como las fresas) y otro usos del suelo, que pueden convivir con estas infraestructuras. Dentro de estas nuevas iniciativas sobresale el proyecto agrivoltaico “apiario solar” de la planta fotovoltaica de Las Corchas. Los espacios intermedios entre sus ciento cincuenta mil paneles solares se dedicarán a la instalación de colmenas (ya hay unas 25) para producción de miel. Parte de la producción va destinada al convento de monjas de Santa Clara (Carmona), para que fabriquen sus propios dulces. Es decir, se constituye en un recurso para el turismo cultural que atrae a miles de visitantes, aunque se sigue dudando de la calidad redistributiva real de esta actividad, más allá del beneficio estético para los resultados políticos.
Una parte de las colmenas son también gestionadas por apicultores de la comarca (Loramiel) y otra parte por empresas biotecnológicas foráneas bajo el modelo de “colmenas inteligentes”. Estas empresas han instalado, en sus colmenas experimentales, sensores especiales que permiten saber la temperatura y humedad de la colmena y controlar de forma remota su apertura o cierre. Además, estas colmenas inteligentes están dotadas de cámaras que permiten ver la actividad de la población de abejas, y de una báscula para conocer la cantidad de miel que se produce. Asimismo, la tecnología GPS instalada ayudará a la localización de las colmenas frente a posibles robos. Un Win-win para la innovación, la riqueza natural y la sostenibilidad.
En cualquier caso, por fortuna, un equipo multidisciplinar de biólogos, ecologistas y geógrafos, ha realizado un mapa del territorio “apto” para la implantación de las futuras centrales fotovoltaicas. De este modo, han quedado protegidos determinados lugares de valor natural y patrimonial del término municipal, los que se recogen en la tabla adjunta para seguir trabajando esos temas, que seguirán siendo objeto de debate a pesar de que el horizonte marca el camino claramente.
Uno de los objetivos locales de conservación y mantenimiento en las ciudades es llevar a cabo actuaciones que contribuyan a frenar el cambio climático mundial. Además, estas actuaciones pueden ser fuente a su vez de sostenibilidad económica que impulsen el desarrollo local, como se está probando en la localidad de Carmona (Sevilla).
En uno de los términos municipales más extensos de Andalucía y España (96.000 hectáreas), y muy cercano al millón de habitantes del área metropolitana de Sevilla capital, se espera la implantación para el año horizonte 2030 de decenas de plantas fotovoltaicas ocupando una superficie de 4.000 hectáreas (tan solo el 4 por ciento de su término municipal). Las dos primeras que han entrado en funcionamiento (ENEL POWER, año 2021). Ya producen energía suficiente para autoabastecer a su núcleo urbano.