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La Unión Europea, la guerra comercial y los aranceles: una explicación necesaria

Nuria Lista Mateos

25 de abril de 2021 08:08 h

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Desde octubre de 2019 “aranceles” es una palabra que suena en muchas de nuestras conversaciones, en numerosos debates políticos llenos de crítica, quejas y peticiones no se sabe muy bien contra qué o quién. La cosa ha sido un poco rara, y en medio de la guerra comercial entre China y EEUU, los ciudadanos han estado un poco perdidos. Había aranceles para productos Andaluces como el aceite, vino, queso, o la pobre aceituna de mesa… pero, ¿por qué? ¿qué es eso de los aranceles? ¿qué pintábamos entre chinos y americanos?

“Derechos de aduana aplicados a las importaciones de mercancías”. Esta es la definición que establece la Organización Mundial del Comercio (OMC). Para ser más claros: cuando un producto sale de un país y cruza la frontera de otro país para introducirse en su mercado, tiene que pagar los impuestos de aduana del país al que entra. En la Unión Europea existe una política común de aranceles para todos los países miembros que imponen los organismos comunitarios para evitar que los países miembros se peleen entre sí o compitan por derivar comercio a través de sus fronteras.

Aunque este tema saltó en 2019 al panorama internacional por la política comercial de Trump para garantizarse el voto interior, el conflicto Estados Unidos-UE comenzó allá por el 2004, cuando el Gobierno de EE.UU. denunció ante la OMC a la UE por un supuesto trato de favor a la empresa aeronáutica europea Airbus, que perjudicaba a su competidora estadounidense Boeing. Al parecer, la UE estaba financiando proyectos de Airbus con créditos por debajo del precio de mercado. La Unión Europea, por su parte, también denunció las ayudas de EE.UU. a Boeing, algo que para la OMC también estaba contra la normativa internacional.

Así comenzó un tira y afloja a los dos lados del Atlántico que acabó con la autorización por parte de la OMC para que EEUU impusiese aranceles por valor del equivalente al daño supuestamente sufrido por su industria aeronáutica. Un lío en condiciones.

Desde entonces existe una escalada de estos aranceles por parte de EEUU como táctica intimidatoria y para proteger las industrias de cada cual: si es más caro importar se tirará de producción interior y, claro está, de fastidio al otro. Bienvenidos a lo que se llama una Guerra Comercial en toda regla.

Impacto en Europa, España y Andalucía

El “y tú más” de los debates políticos ha pasado a un “pues yo más” en la subida de aranceles a los productos. En octubre de 2019 el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció aranceles que afectarían, desde aquel momento, a exportaciones del sector agroalimentario de los países europeos, aranceles de un 25% por valor de 1.000 millones de euros posiblemente buscando presionar a Europa en otras cuestiones.

Un 25% que, sobre todo, están sufriendo España, Francia, Alemania y Reino Unido. ¿Por qué? Pues porque forman el consorcio Airbus, y EEUU considera que son los “responsables de los subsidios ilegales” de la Unión Europea a esta empresa. Así que la Oficina de Comercio Exterior norteamericana distribuyó una lista con 300 productos importados con un gravamen del 10% para componentes de aviación civil y del 25% para una serie de productos agrícolas que es lo que exportamos nosotros. Allí estaba nuestro queso fresco, las aceitunas, el aceite de oliva, los productos porcinos, la mantequilla, el vino, los licores, las cerezas, los melocotones y hasta los berberechos en conserva. Vamos, sin industria relevante y con drogodependencia turística y hostelera, el daño es evidente.

En España, los aranceles se han notado especialmente en productos como el aceite. Nuestro país es el principal productor de aceite de oliva de la Unión Europea, muy por encima de Grecia, Italia o Portugal. Pero en el año 2020, tras imponer EE.UU más aranceles, el aceite español sufrió un gran desplome en ventas, con una caída del 80% con respecto a 2019 en las exportaciones a Estados Unidos que sumado al apagón hostelero ha supuesto una crisis en toda regla.

Solo en los primeros siete meses desde que se activasen los aranceles, el campo español llegó a perder 200 millones de euros. Perdidas enfocadas en el aceite de oliva, las aceitunas verdes, la carne de cerdo, la mantequilla y los quesos. Por su parte, las exportaciones de vino español cayeron un 3,6% en 2020, en gran medida por los aranceles.

Biden, el sueco

La esperanza para los productores estaba en que el noviembre pasado, Trump dejase de ser presidente y el nuevo inquilino de la Casa Blanca relajara la estrategia comercial. Sin embargo, en la Administración Biden se están haciendo los suecos para mantener sin cambios los aranceles que afectan a los alimentos españoles en su última revisión de este mes de febrero. Según la orden del Registro Federal de EE.UU, cada seis meses se revisarán sujetos a posibles cambios. Pero, de momento, España se queda como estaba tras esa última revisión: en la lista negra de los norteamericanos, y las bases militares tan campantes.

El problema viene en que los estados miembros de la UE, al no tener competencias comerciales con el exterior, no pueden negociar directa e individualmente. Desde el Gobierno de España se espera negociar con la Administración Biden, prometiendo que, en palabras del ministro de Agricultura, Luis Planas, “antes o después conseguiremos que se eliminen”. Mientras tanto, España ha pedido a la Comisión Europea que estudie compensar a los productores afectados en caso de no lograr el levantamiento de llas medidas impuestas por Estados Unidos en su locura proteccionista. 

Queridos productores andaluces, va a tocar esperar. Bienvenidos a las guerras del siglo XXI: cuando comerciar se convierte en una batalla y las denominaciones de origen en arma arrojadiza.

Desde octubre de 2019 “aranceles” es una palabra que suena en muchas de nuestras conversaciones, en numerosos debates políticos llenos de crítica, quejas y peticiones no se sabe muy bien contra qué o quién. La cosa ha sido un poco rara, y en medio de la guerra comercial entre China y EEUU, los ciudadanos han estado un poco perdidos. Había aranceles para productos Andaluces como el aceite, vino, queso, o la pobre aceituna de mesa… pero, ¿por qué? ¿qué es eso de los aranceles? ¿qué pintábamos entre chinos y americanos?

“Derechos de aduana aplicados a las importaciones de mercancías”. Esta es la definición que establece la Organización Mundial del Comercio (OMC). Para ser más claros: cuando un producto sale de un país y cruza la frontera de otro país para introducirse en su mercado, tiene que pagar los impuestos de aduana del país al que entra. En la Unión Europea existe una política común de aranceles para todos los países miembros que imponen los organismos comunitarios para evitar que los países miembros se peleen entre sí o compitan por derivar comercio a través de sus fronteras.