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El liderazgo de las mujeres en la economía social: cada vez más representación y más responsabilidad

Sara Rojas

17 de octubre de 2024 20:52 h

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Las mujeres representan el 69% de la fuerza laboral de la economía social pero ese porcentaje no se traslada a su representación en los órganos de gobernanza de las diferentes entidades. Esa es una de las realidades que dibuja el proyecto europeo CAPSE, enfocado en lograr una mayor paridad en los órganos de gobierno y dirección de la Economía Social y Solidaria (ESS) en Europa.

Es cierto que las estructuras de la ESS son “menos desiguales” que la economía convencional en materia de paridad (las mujeres ostentan en España el 51% de los puestos de gobierno y dirección en la Economía Social, frente al 25% de las sociedades mercantiles de la convencional), pero la posición de las mujeres en puestos de responsabilidad dentro de la ESS está aún “lejos de ser natural”, como demuestra el proyecto CAPSE y confirman las propias empresarias que ostentan cargos de representación en las organizaciones de cooperativismo a nivel nacional.

“Es verdad que las entidades de economía social vamos más avanzadas en los puestos de dirección o cargos de representación, tanto en empresas como en organizaciones, pero sigue habiendo camino que recorrer”, afirma al respecto María del Mar García Torres, vicepresidenta de FAECTA (Federación Andaluza de Empresas Cooperativas) y consejera de COCETA (Confederación Española de Cooperativas de Trabajo) desde 2020.

También la secretaria general de AMECOOP (Asociación de Mujeres Empresarias Cooperativistas de Andalucía), Elena Aznar Espósito, coincide en que queda “camino por hacer” en materia de paridad, aunque reconoce que el sector del cooperativismo se ha “desarrollo mucho” en ese sentido a lo largo de la última década. Una tendencia que atribuye, por un lado, a que la igualdad figura entre los propios principios del cooperativismo y, por otro, a “un cambio de conciencia social”.

Andalucía a la cabeza

“Cuando algo cambia es porque las personas modifican su forma de pensar”, defiende quien es formadora de profesión y socia cooperativista de International School S. Coop. And (dedicada a la enseñanza de idiomas como el inglés, el alemán o el chino mandarín, así como a impartir formación para distintos organismos orientados a la inserción laboral), remarcando que “la base está en la educación”. Este sector y otros como el de los cuidados siguen estando “muy feminizados” y, aun así, “la mayoría están representados por hombres”, como asegura María del Mar García, quien lidera desde hace unos meses la presidencia en el sector cuidados de FAECTA.

García es también directora gerente de Vidamar (una cooperativa de interés social centrada en ofrecer servicios de ayuda a domicilio que nació de la necesidad de un grupo de trabajadoras) percibe que en las cooperativas pequeñas es “más fácil” que las mujeres ocupen cargos de dirección porque a menudo son ellas las que deciden asociarse y formar su propio modelo de negocio. Por el contrario, “en las más grandes, que son tamibén más antiguas, es más costosa la incorporación de la mujer a consejos de administración y órganos de dirección, y lo mismo pasa con las federaciones”, describe García, quien se muestra orgullosa de ser la vicepresidenta de “la primera organización en tener un órgano rector paritario en España”.

“FAECTA desde 2004 es paritaria porque el presidente que entró entonces se empeñó en que fuera así y eso era muy raro en aquel momento”, recuerda María del Mar García, reconociendo que se trató de “una discriminación positiva, pero era la forma de avanzar, hay organizaciones que aún no se han atrevido”. En este punto, la consejera de COCETA destaca que Andalucía va “muy por delante” del resto de comunidades autónomas en lo referente al liderazgo femenino dentro del cooperativismo.

“Cuando llegamos a la presidencia de la confereación nacional sentimos complejo de inferioridad, pero luego nos dimos cuenta de que vamos por delante tanto en igualdad, como en emprendimiento: Andalucía crea más cooperativas que ninguna otra comunidad en España y muchas de ellas encabezadas por mujeres”, celebra la consejera andaluza de la confederación nacional. En conjunto, España también cuenta con cifras más luminosas en lo relativo a igualdad que otros países como Francia, de acuerdo con los datos recogidos en el proyecto CAPSE.

El valor de las mujeres en los órganos de gobernanza

María del Mar García y Elena Aznar comparten la percepción de que cada vez hay más interés en contar con la voz de las mujeres en los consejos de administración y demás órganos de gobernanza de la ESS. “Antes la mayoría de las mesas estaban formadas por hombres, pero cada vez se nos reclama más y se nos pide opinión porque tenemos una visión mucho más amplia socialmente de la realidad privada y pública y cómo conciliarla, tenemos más experiencia a la hora de gestionar los equipos de trabajo desde el punto de vista humano”, explica la secretaria general de AMECOOP.

“Si no estuviéramos las mujeres, no funcionarían igual”, sentencia la vicepresidenta de FAECA, defendiendo que “la sensibilidad, creatividad e inteligencia de las mujeres” tienen que estar presentes en las tomas de decisiones. “Es muy enriquecedor que participen hombres y mujeres, pero no imagino órganos de representación sin nosotras, no sólo porque socialmente ya está mal visto, sino porque sería un órgano inválido si no cuenta con el punto de vista, el conocimiento, la capacidad de análisis de las mujeres”, argumenta García.

Para Elena Aznar, las mujeres aportan a los órganos directivos “una serie de habilidades como la asertividad, la escucha o la empatía”, que al ponerlas al servicio de los equipos de trabajo redunda en que “se toman decisiones que tienen que ver más con el beneficio humano que con el económico”. Además de esas capacidades que atribuye a “una educación más tradicional”, se suman otras tantas que van surgiendo en las nuevas generaciones: “Habilidades que socialmente se asociaban más a los hombres, como la valentía, cada vez están más presentes”.

El techo de cristal de la ESS

En definitiva, la representante de AMECOOP entiende que como el cooperativismo se sustenta en pilares de “igualdad y conciliación”, las mujeres encuentran “menos dificultades que en otras fórmulas jurídicas” para alcanzar el liderazgo que tradicionalmente han monopolizado los hombres. A ojos de la consejera de COCETA, “hemos avanzado porque hay personas que creen en esa igualdad”, sin ignorar que en una entridad como FAECTA –pionera en su apuesta por órganos de reresentación paritarios– “20 años después sigue habiendo un presidente y una vicepresidenta”.

Esa realidad lleva a la empresaria almeriense a una reflexión: “La maternidad sigue siendo un techo de cristal”, también en un ámbito socialmente más avanzado como es la ESS. “Quienes ostentan cargos de dirección tienen que sacrificar mucho su vida personal, no es una vida fácil, por eso muchas mujeres renuncian a esos puestos, pero los hombres no se imponen esa limitación”, lamenta García.

Por esa razón, la socia de International School S. Coop. And opina que “el sistema tiene que cambiar de base”. “Hay que optimizar el tiempo y los recursos de manera que esa conciliación sea real, a día de hoy no lo es, eso impide alcanzar determinados puestos de responsabilidad por la forma en que está estructurada la jornada laboral”, reflexiona Aznar, apuntando hacia modelos como el teletrabajo.

“Para romper esa tendencia, necesitamos el respaldo de las instituciones y de los hombres que nos acompañan”, continúa reivindicando la empresaria gaditana. En esa senda, destaca el papel de organizaciones como AMECOOP, que surgió con la vocación de “no solo generar redes entre las mujeres, sino afianzarlas”. Y, siguiendo esa estela, Aznar celebra que se pongan en marcha iniciativas como WeCoop, que se antojan “muy necesarias” para garantizar la “fortaleza y visibilidad” de las mujeres en el mundo empresarial de las cooperativas, con vistas a que “las niñas y jóvenes que empiezan a emprender tengan como referentes a otras mujeres que ya han formado sus cooperativas y han salido adelante”.

Las mujeres representan el 69% de la fuerza laboral de la economía social pero ese porcentaje no se traslada a su representación en los órganos de gobernanza de las diferentes entidades. Esa es una de las realidades que dibuja el proyecto europeo CAPSE, enfocado en lograr una mayor paridad en los órganos de gobierno y dirección de la Economía Social y Solidaria (ESS) en Europa.

Es cierto que las estructuras de la ESS son “menos desiguales” que la economía convencional en materia de paridad (las mujeres ostentan en España el 51% de los puestos de gobierno y dirección en la Economía Social, frente al 25% de las sociedades mercantiles de la convencional), pero la posición de las mujeres en puestos de responsabilidad dentro de la ESS está aún “lejos de ser natural”, como demuestra el proyecto CAPSE y confirman las propias empresarias que ostentan cargos de representación en las organizaciones de cooperativismo a nivel nacional.