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Wecoop: la red elástica que impulsa el liderazgo femenino en la economía social

Imagine una red elástica con cada esquina sostenida por unas manos. Imagine que esa malla sirve para impulsar el liderazgo femenino. La imagen dibuja el proyecto ‘WeCoop, Mujeres de la economía social y solidaria’, una iniciativa feminista que alienta el desarrollo de negocios donde las mujeres actúan como palanca de cambio. Una plataforma online que aglutina todas las herramientas necesarias: desde un contenedor formativo a una ventana a la financiación justa y una acción para el acompañamiento y la mentoría.

“Este modelo no es un trampolín”, dicen sus creadoras, y sí un tejido flexible que, de modo gráfico, agita el cooperativismo para generar “visibilidad y alianzas”. Un “trabajo de arquitectura en redes” que ejemplifica la propia conversación a tres bandas entre las promotoras del plan. Paz Castro está afincada en Madrid, Lola Sanjuan atiende la videollamada desde Bruselas y Esperanza Castro abre el ordenador portátil en una cafetería de Sevilla.

“Estamos aquí para ayudarte”. Ofrecen desde un soporte que, al cabo, comunica, estimula y brinda “un espacio seguro y solidario”. Como un entramado que filtra los procesos colectivos en tiempos de teletrabajo. Una urdimbre entre “hermanas”, precisan, desde la identificación con una “economía feminista, no depredadora”, que antepone “el factor humano por encima del capital”.

WeCoop genera así una plataforma abierta para el empoderamiento de las mujeres empresarias y trabajadoras de la economía social y solidaria (ESS) en España. El proyecto, creado por CKL Comunicaciones Coop, tiene carácter público-privado y está cofinanciado por el Ministerio de Trabajo y Economía Social del Gobierno de España a través del Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) de la Economía Social y de los Cuidados.

Un poder no depredador

“El liderazgo femenino es necesario porque aquellas organizaciones que no lo tienen van peor, en cualquier empresa”, resume tajante Lola Sanjuan. “El hecho de que se pueda compartir el poder sin que resulte depredador” es una clave del enfoque. Así como lograr “hacer brecha” en un cuadro directivo “en el que las mujeres nunca estamos y que es el ‘top’ de representación”. Quieren que el camino emprendido haga por fin trizas “la foto fija de todo chicos”.

“El concepto de transición justa, sin la mitad del mundo que son las mujeres, no funciona”, resaltan. “Sacamos a las mujeres de esa ‘ley del agrado’ –la educación femenina diseñada para satisfacer al otro–, de preguntarnos ‘cómo voy a hacer yo esto’ y las ayudamos a perder ese miedo”, explica Esperanza Castro. El eje debe pivotar “en confiar en tus conocimientos y capacidades, en tus ganas de crear y hacer cosas, incluyendo el derecho a equivocarse, un temor que los hombres no sufren tanto; además del síndrome de la impostora, que nosotras tenemos mucho más desarrollado”, afirma.

WeCoop defiende “la identificación con una economía feminista, no depredadora, que anteponga y revalorice los cuidados”

WeCoop defiende “la identificación con una economía feminista, no depredadora, que anteponga y revalorice los cuidados”, tercia Sanjuan. Una impresión “importante” para inducir estos “proyectos transversales” en cuya gestión social prima “el lado humano” del emprendimiento cooperativo sobre “el capital”. El apoyo mutuo mejor que los números, entonces. La red elástica antes que el dinero.

“Este proyecto quiere que trabajando entre todas y apoyándonos unas a otras salgamos de ese punto y demos un salto adelante colectivamente”, en palabras de Esperanza. “Y encontrarnos compañeras, y compañeros, que entienden que el mundo es de todos y no podemos estar a la guerra”, continúan. “Por lo menos en las empresas de economía social –siguen– si el capital humano no está bien engrasado y la plantilla no está a gusto, mejor dedícate a otra cosa”.

Las entidades de la economía social y solidaria emplean en la Unión Europea a más de 13,6 millones de personas, una cifra que representa el 6% de la mano de obra total, según las estimaciones. Esto significa que la ESS proporciona hasta el 10% del empleo en muchos países, como ocurre en Bélgica, Francia y España. Y más del 60% de sus empleados son mujeres.

El foco de WeCoop, con este marco, apunta a la importancia de la responsabilidad femenina en el sector y la necesidad de traducir esa fuerza representativa con más mujeres liderando ideas vinculadas al cooperativismo. “Creemos que WeCoop es una herramienta imprescindible para alcanzar este objetivo y estamos orgullosas de haber diseñado este proyecto con aporte de los fondos NextGeneracionEU, que enlaza con el trabajo que realizamos en línea con las transiciones digitales y el enfoque de género”.

Por eso “WeCoop está abierta a todas las mujeres empresarias y trabajadoras de la economía social y solidaria, así como a las redes empresariales y personas que busquen iniciativas de apoyo desde las finanzas éticas”, explican. El liderazgo es el propósito y, los instrumentos que ofrecen: el apoyo al desarrollo de negocios, la generación de alianzas y la visibilidad.

Una meta que persigue a través de diferentes servicios en manos de las mujeres empresarias y trabajadoras de la ESS y que WeCoop sintetiza y define en cuatro puntos.

-Plataforma online: el proyecto proporciona un espacio seguro y solidario para conectar, compartir información y colaborar, formarse, promocionar y apoyar a otras mujeres.

-Acción para mentoría y el liderazgo: la plataforma enlaza con otras mujeres empresarias consolidadas y redes empresariales que orientan y apoyan para potenciar su desarrollo profesional y directivo, aumentar sus habilidades y conocimientos, y avanzar en sus carreras profesionales.

-Contenedor formativo: la comunidad de aprendizaje procura la oportunidad de adquirir nuevos conocimientos, con cursos en diferentes instituciones y áreas, como la gestión empresarial, la financiación, el marketing o el feminismo.

-Ventana a la financiación justa: el programa informa sobre las distintas líneas y fórmulas de financiación existentes para iniciar o ampliar sus negocios y muestra a posibles inversores sociales una opción para apostar por modelos de negocio liderados por mujeres desde la economía social y solidaria.

Dejar de estar “de prestado”

“Nos hemos dado cuenta con el tiempo de que, con los problemas de la economía y demás, nosotras todavía nos echamos para atrás, siempre esperamos que alguien nos tutele, nos ayude… y pensamos, bueno, ¿y por qué no nos vamos a ayudar entre nosotras mismas, si ya sabemos lo que necesitamos?”, retoma Lola. “De esta reflexión nació WeCoop, que es una plataforma online que aglutina todas esas herramientas que necesitas cuando vas a empezar en la economía social, como empresaria, miembro de una cooperativa, una ONG o una fundación”. Esperanza Castro prosigue: “El cooperativismo existe desde hace mucho tiempo pero en este patrón actual apostamos por la innovación tecnológica, pero siempre al servicio de la social, que es lo que hace falta a las mujeres y a la economía social y solidaria”, aclara. 

“Y también, por qué no, un poco hacer lobby; no hay organizaciones de mujeres que nos representen, siempre estamos de segunda, siempre sin portavocía propia, a través del poder vicario… siempre estamos de prestado”, subraya San Juan desde Bruselas. La idea es hacer valer “el género como herramienta de cambio, como una forma distinta de hacer empresa que tiene una mujer, que no sea la capitalista y sí la más humana, la de compartir los riesgos”.

Una de las patas del proyecto es remover el acceso a otros modelos de financiación. “No darlo nosotras –asienten–, pero sí guiar en un momento en que los bancos se hacen ricos a costa de endurecer las condiciones a los clientes, de dar préstamos leoninos, y ayudamos a abrir otras vías para las mujeres, que siempre lo tenemos más complicado, y que tengan ese balón de aire para arrancar o hacer crecer los proyectos”.

Wecoop contiene un apartado especial de la plataforma titulado “WikiCoop, mujeres líderes y proyectos destacados de la ESS”. Se trata de un nodo virtual con referentes de empresarias de la economía social y solidaria y también un banco de proyectos vivo

“En España se nota todavía poco la empresa social, aunque cada vez algo más, y también hay mucha falsa cooperativa por el mundo porque el modelo no te lo da el ser ético ni honrado y al final te mueves constantemente en un mundo capitalista, pero nos reconocemos en nuestros propios valores, en los que reivindica este proyecto”, dicen. “Por eso somos nosotras cooperativa, porque al final el emprendimiento colectivo es compartirlo todo, desde la conciliación a las broncas o las alegrías”.

WeCoop inspira un proceso de coproducción colaborativa que encarna la filosofía ‘crowdsourcing’, que es el acto de recopilar servicios, ideas o contenido a través de las contribuciones de un gran grupo de personas. Ahí están escritos en negrita dos términos básicos: sinergia, que es la acción de dos o más causas cuyo efecto es superior a la suma de los efectos individuales; y resiliencia, la capacidad de adaptarse a situaciones difíciles.

En este punto resalta un apartado especial de la plataforma titulado “WikiCoop, mujeres líderes y proyectos destacados de la ESS”. Se trata de un nodo virtual con referentes de empresarias de la economía social y solidaria y también un banco de proyectos vivos. Una compilación creciente, activada en colaboración con Wikipedia, que ayuda a las usuarias “a proyectar o visibilizar sus retos, modelos, expectativas, logros y éxitos”.

El liderazgo femenino existe “y queremos tomarnos el tiempo de contarlo”, advierten. La página revela “la genealogía de mujeres que han ayudado con su trabajo a crear el movimiento ESS en sus territorios” y proporciona “la debida relevancia a las precursoras del movimiento cooperativista en la España del siglo XX, empresarias cooperativistas, emprendedoras, pioneras, y lideresas feministas”.

Conocer el pasado para impulsar el futuro

“WikiCoop o WikiMujeres cuenta que no venimos de la nada, que detrás ha habido mucha gente”, en palabras de Sanjuan. Los enlaces recuperan “ese grupo de liderazgo de mujeres” porque “lo que no se ve, no existe” y, además, “no queremos que alguien se olvide de hablar de nosotras”. La herramienta, “fácil, flexible y colaborativa”, es abierta y permite “crear y editar a partir de información pública páginas relacionadas con las principales líderes del sector, y generar un banco de los principales proyectos y experiencias empresariales abanderadas por mujeres dentro del Estado español”.

“Como la primera cooperativa de limpieza que se creó en Granada y ya están jubiladas; o las aceituneras que tenían que organizarse en los almacenes”, ejemplifican. “Ese valor de las que lucharon, las que han venido antes, nos da mucha energía a las que venimos detrás y espero que las siguientes sean parte de esa cadena”, aspiran. 

Una mirada de género como palanca de cambio “que es una parte transversal de la plataforma que hemos creado”, afina Esperanza Castro. Que reivindica, a la postre, “distintos modelos de cooperativismo y economía social vista con los ojos de mujer”. La “parte Wiki” que suma “cooperativas que se han puesto en marcha o talleres y cosas pequeñitas que han creado escuelas de liderazgo”. Una estrategia colectiva, sinérgica y resiliente, aliada “con la replicabilidad” y el convencimiento “de no hacer un proyecto gigante sino uno pequeñito en un pueblo que puede ser parecido a otro que haya en Grecia o Palestina”. Una escala interconectada y de trabajo en red que, como esa malla elástica sostenida por manos de mujeres, impulse el liderazgo femenino. “Yo me siento muy poderosa cuando miro y pienso que detrás de mí he tenido todo eso”, coinciden.

Imagine una red elástica con cada esquina sostenida por unas manos. Imagine que esa malla sirve para impulsar el liderazgo femenino. La imagen dibuja el proyecto ‘WeCoop, Mujeres de la economía social y solidaria’, una iniciativa feminista que alienta el desarrollo de negocios donde las mujeres actúan como palanca de cambio. Una plataforma online que aglutina todas las herramientas necesarias: desde un contenedor formativo a una ventana a la financiación justa y una acción para el acompañamiento y la mentoría.

“Este modelo no es un trampolín”, dicen sus creadoras, y sí un tejido flexible que, de modo gráfico, agita el cooperativismo para generar “visibilidad y alianzas”. Un “trabajo de arquitectura en redes” que ejemplifica la propia conversación a tres bandas entre las promotoras del plan. Paz Castro está afincada en Madrid, Lola Sanjuan atiende la videollamada desde Bruselas y Esperanza Castro abre el ordenador portátil en una cafetería de Sevilla.