A la búsqueda de un modelo andaluz de vida saludable
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La Ley de Salud Pública de Andalucía especificaba que se potenciará la identificación y el aprovechamiento de los recursos o activos con los que cuentan las personas y los colectivos como factores protectores para mejorar su nivel de salud y bienestar, con especial atención a la promoción del deporte, el baile, estímulo de los estilos de convivencia y comunicación propios de la región, la dieta mediterránea, el intercambio generacional y otros de los que se tenga constancia por su carácter saludable.
Esta filosofía, que pretende impulsar la promociónde la salud desde la propia ciudadanía, ha tenido su desarrollo en el IV Plan Andaluz de Salud, que dedica uno de sus seis compromisos a “generar y desarrollarlos activos de salud de nuestra comunidad autónoma y ponerlos a disposición de la sociedad”. La Junta de Andalucía apuesta de este modo por iniciar la búsqueda de los activos en salud. La promoción del deporte, el desarollo de zonas verdes o las campañas de alimentación saludable son ejemplos de activos ya consolidados que se conocen bien, pero la intención es explorar más. Un parque, un carril bici, la frutería del barrio, una carrera popular, un programa de voluntariado pueden ser activos en salud. Pero también factores menos tangibles como sentirse acompañado, poder compartir los problemas o tener alguien con quien salir a pasear.
La gestión sanitaria y la salud pública se han basado tradicionalmente en la prestación de servicios y en actuar sobre determinados riesgos asociados a las enfermedades. Ese es el modelo que técnicamente se conoce como de déficit. Esta visión, aunque ha obtenido buenos resultados, acarrea también cierta dependencia de la población de los recursos sanitarios profesionales o una visión de la salud limitada a la ausencia de enfermedades.
“Tendemos a pensar que es la biología humana o los servicios los únicos agentes que determinan la salud de la población, pero sabemos por múltiples investigaciones que la educación, la capacidad de relacionarse o la convivencia tienen un peso muy importante en la concepción de nuestra propia salud”, afirma Mariano Hernán, profesor e investigadorde la Escuela Andaluza de Salud Publica. Si tradicionalmente la medicina ha estudiado la patogénesis, “la salutogenésis trata de estudiar donde está el origen de la salud; en ver porqué hay personas que prosperan mejor que otros cuando están sometidos a la misma situación, el mismo entorno o los mismos problemas”.
Puede haber activos en salud individuales o colectivos. Por eso el plan aborda la promoción de la salud como las redes de voluntariado y los espacios comunitarios públicos para reforzar la vida social y saludable. En esta línea, la Consejería de Administración Local y Relaciones Institucionales promoverá el voluntariado y la participación ciudadana en el marco de las asociaciones de autoayuda. Otra muestra de su intención de trasladar esta visión a todas las políticas.
Una de las áreas de especialización de Mariano Hernán es la Salud en la infancia y adolescencia. Para acercar la idea de los activos de salud a ejemplos concretos explica que “los chicos o chicas que tienen más capacidad para manejar información, para encontrar significado a lo que les pasa en su vida, estarían más cerca de ese concepto salutogénico, y generalmente vemos como en su familia existe buena comunicación y la gente sabe lo que ocurre con los otros. Así, en las familias en las que hay un fomento de la lectura se sabe que existirán mejores hábitos de salud y capacidad de aprendizaje”. Desde otra perspectiva más colectiva, “la implantación del carril bici en una ciudad puede ser un activo en salud en la medida en que ha podido suponer un cambio en los hábitos de salud de la población de esa ciudad”.
Experiencias previas
En su obra Formación en salutogénesis y activos para la salud, junto a Antony Morgan y Ángel Luis Mena, aborda esta visión a fondo. El libro recapitula muchos proyectos concretos que han servido para detectar activos de salud en Andalucía o para estudiare esa visión salutogénica, como el programa El flamenco como activo para la salud, del Centro de Barrio La Constitución, en Jerez de la Frontera que logró “estimular la implicación de madres y padres en la educación y fomentando el baile y el cante de una manera colectiva”. También hay empresas, como Carchuna la Palma, que han desarrollado proyectos sobre activos en salud entre sus trabajadores. O el Distrito Sanitario Costa del Sol y su programa La vida sin tabaco sabe mejor, sobre ejercicio físico para personas fumadoras.
Pese a ello, para el experto es muy importante el carácter subjetivo de los activos ensalud. “El desarrollo comunitario basado en activos pretende que los propios ciudadanos y los profesionales sanitarios identifiquen cuáles son los activos de salud que tiene su comunidad. Cuáles son los activos que generan las organizaciones sociales, las asociaciones, las instituciones, los centros sanitarios, etc…”.
Subraya asimismo la importancia de la educación en este proceso y alude la meta de “conseguir trabajar en coalición hacia la educación como un determinante clave para que la gente pueda velar mejor por su propia salud a lo largo de la vida”.
Huir del modelo medicalizado y obsesivo
En este plano teórico, Hernán deja claro que “los activos no son una excusa para no prestar servicios, si no como una oportunidad para que los servicios mejoren, favorezcan estos activos y colaboren con la ciudadanía en la mejora de la salud”. Este modelo huye de la obsesión por la salud ya que ·las instituciones están para mejorar o mantenerla salud de la población, no para obsesionar a la población de que la salud es el fin de todo; la salud es un medio para vivir con bienestar. No promovemos una salud vigilante, que dicta el consumo sistemático de unos recursos. Es una filosofía más relacionada con el aprendizaje, el crecimiento, la solidaridad, el intercambio y el aprovechamiento de los recursos públicos de una manera coherente“.