Habían pasado pocos meses del inicio de 1985 cuando una legión de cineastas norteamericanos al mando de Steven Spielberg llegó a Trebujena, un pueblo en el corazón de la provincia de Cádiz que se convirtió en el corazón del rodaje de 'El imperio del sol'.
Entre los miembros del equipo estaba el técnico de efectos especiales John Baker, que, a sus 44 años, tomó poco después la decisión que cambió su vida: quedarse a vivir en ese pueblo.
En realidad, fue una transición emocional, porque Baker siguió trabajando en Estados Unidos varios años, aunque incluso cuando ganó el Óscar por Indiana Jones tenía en mente retirarse a ese rincón de Andalucía que le había enamorado. En 1987 culminó la mudanza.
Vivir en Cádiz no le impidió rodar Spielberg, George Lucas, Brian de Palma y Jean Jaques- Annaud, pero tras vivir en aviones decidió quedarse para siempre en Trebujena, donde ha muerto este lunes a los 82 años.
Cuando el Ayuntamiento le nombró hijo adoptivo el 21 de abril de 2008 estaba junto a él otro de los motivos de haberse quedado para siempre a miles de kilómetros de Hollywood y Londres, donde había tenido su último apartamento: Isabel, una mujer que terminó de ser su motivo para huir de las prisas americanas y quedarse en un sitio donde podía desayunar una tostada con aceite como rutina deliciosa y tomarse a media mañana un vino mosto que era imposible encontrar en suelo americano o británico. Oficialmente, eso sí, Baker se enamoró de las puestas de sol del pueblo.
Condolencias del Ayuntamiento
“Esta mañana nos hemos despertado con la triste noticia del fallecimiento de John Baker, una persona que llegó a nuestro pueblo en 1987, con el rodaje de El imperio del sol, de Steven Spilberg, y se quedó en nuestro pueblo para siempre, convirtiéndose en un trebujenero más, incluso fue nombrado hijo adoptivo de Trebujena en 2008. Una persona realmente entrañable y muy querida entre todos. Un abrazo muy fuerte para su familia, especialmente a Isabel (Galán, su esposa) y John Baker JR. DEP”, ha escrito el alcalde, Ramón Galán, en sus redes sociales.
Oriundo de Holtspur (Inglaterra) no sospechaba el británico en los albores del verano de 1987 “cuando divisó Trebujena por primera vez desde la cuesta de Crespellina que aquel puñado de casa blancas se iban a convertir en su residencia definitiva. El amor a una hermosa joven trebujenera lo ataría de por vida a nuestra tierra”, cita el Ateneo de la localidad al recordar a un ilustre vecino que llegó al pueblo para rodar y decidió dejar de dar vueltas por el mundo.
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