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Barbate se rebela tras un largo silencio ante los narcos

Minuto de silencio este sábado en el ayuntamiento de Barbate (Cádiz). EFE/ David Arjona

Juan José Téllez

Algeciras (Cádiz) —
10 de febrero de 2024 23:31 h

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Arrollados por una narcolancha en el puerto de Barbate, mientras media Andalucía veía por televisión la final del concurso de carnaval de Cádiz, la muerte de dos guardias civiles puede convertirse en un revulsivo contra el narcotráfico para una población castigada por la reconversión pesquera, por el paro y por la heroína, desde antiguo.

A mediodía de este sábado, la concentración de pesar convocada por el Ayuntamiento en la Plaza de la Inmaculada se convirtió en un gentío de protesta por una realidad que sociólogos, criminólogos y periodistas han intentado explicar a lo largo de las últimas cuatro décadas. Buena parte de la población se vio sacudida por el terrible final de Miguel Ángel, de 39 años, del Grupo de Especialistas de Actividades Subacuáticas (GEAS) y David, de 43 años, del Grupo de Acción Rápida (GAR). Pero, sobre todo, por los vídeos que se difundieron poco después del suceso y en donde se oía como algunos jóvenes barbateños jaleaban a la narcolancha que embistió a la de los guardias civiles: “A por Piolín, a por Piolín”, exclamaban.

Otra barbateña, María Tortosa, participó hoy en la protesta, “apoyando a nuestro pueblo, a nuestros guardias civiles y repudiamos a los impresentables que incitaban a los de la narcolancha a que embistieran a esos guardias. Barbate no es lo que ve en esos vídeos. Barbate es lo que se ha visto en la manifestación”.

Barbate, atún y chocolate

Atrás podrían quedar los tiempos en que no gustó demasiado la película “Barbate, atún y chocolate”, que Pablo Carbonell estrenó en 2004 y que fue criticada por asociar a la ciudad con la droga, bajo una estupenda banda sonora de Nono García y de Javier Ruibal. También, atrás, los días en que Antonio Rodríguez, presidente de la única coordinadora contra la droga que abrió en esta población, terminó mudándose a otra parte, cuando un narco pretendió arrollarle junto a su padre octogenario, en un camino barbateño. O cuando tuvieron que cerrar por falta de apoyo público y popular otras asociaciones creadas en el pasado, como alternativa al imperio de la dinastía de los Antón –Antón El Viejo o El Gitano, Antón Hijo y, de un tiempo a esta parte aunque en menor medida, Antón Nieto--: el primero de la saga, Antonio Vázquez, en los años 90 del pasado siglo, se llegaba a pasear por las calles de esta localidad con un cachorro de león al que embridaba con un collar de oro.

Cuando por aquellas fechas la heroína mordió a la flota pesquera, Barbate vivió la mayor manifestación contra el narcotráfico de la provincia de Cádiz, pero todo se fue diluyendo con el paso del tiempo. Las tímidas asociaciones contra la droga no contaron siquiera con el apoyo de los anteriores gobiernos municipales.

El de ahora, presidido por Miguel Molina, de Andalucía por Sí (AndaluciaXSí), parece haberse puesto las pilas. Este sábado convocó la concentración de mediodía, a la que asistieron el consejero de Presidencia de la Junta de Andalucía, Antonio Sanz, al que sorprendió la noticia en un palco del Gran Teatro Falla, o la flamante subdelegada del Gobierno central en la provincia, la escritora Blanca Flores. No llegó a personarse Fernando Grande-Marlaska, ministro del Interior, que prefirió desplazarse a Cádiz.

“Baebatenoserinde #Barbatecontraelnarcotráfico”, es el hashtag divulgado por el Ayuntamiento de Barbate, cuyo alcalde, Miguel Molina, ha exigido al Gobierno en general y al ministerio del Interior, en particular, “que dejen de mirar hacia otro lado, necesitamos más medios, más seguridad y llevamos años demandándolo”.

Es, en cierta medida, un cambio de registro. El propio Miguel Molina, en 2019, declaraba: “La imagen de Barbate se ensució de forma injusta y hemos logrado lavarla”. Se ensució por la droga, pero la droga sigue allí, aunque tres ocupantes de la narcolancha que arrolló de muerte a la embarcación de la Guardia Civil residieran en La Línea de la Concepción y fueran rápidamente detenidos en el complejo residencial de San Roque, en La Línea, junto a un padre y a un hijo cuando acudían a recogerles en coche tras su fallido desembarco. Horas después fueron detenidas tres personas más.

“Que dejen de mirar a otro lado”

Sin llegar a tan grave desenlace, no es la primera vez que los agentes de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado sienten, en Barbate, el aliento en la nuca de los narcos. En 2016, en una calle del municipio, el vehículo de un guardia civil destinado allí fue quemado en su totalidad por un sobrino de Antón Hijo, para que no declarase en un juicio contra su pariente: antes, le había rajado los neumáticos en varias ocasiones.

Francisco Ponce, concejal de Seguridad Ciudadana en Barbate, cree que la actitud de quienes jaleaban a los ocupantes de la narcolancha mortífera era vergonzosa: “No estamos aquí para mendigar, sino para reclamar”, clamaba hoy en la manifestación.

“Exigimos al Gobierno y a Interior que dejen de mirar hacia otro lado, necesitamos más medios, más seguridad y llevamos años demandándolo”, reclamaba el alcalde Miguel Molina, quien durante la noche anterior difundió un comunicado en el que anunciaba, en plenos carnavales, que “como muestra de respeto y solidaridad, el Ayuntamiento de Barbate ha decretado tres días de luto oficial. Durante este periodo, las banderas en edificios públicos ondearán a media asta. Además, se suspenden los eventos festivos y actividades programadas”. 

Otra muerte, 10 días atrás

Jucil, el sindicato semiclandestino de la Guardia Civil, se apresuró a reclamar la dimisión del ministro Grande-Marlaska. Sus cuitas con el titular de Interior vienen de atrás, de cuando desmanteló el OCON-Sur, el grupo específico dirigido contra los narcos en esta zona del mundo. Pero también le reprochan la falta de medios o que no acepte una reivindicación que les une con el Sindicato Unificado de Policía o con Vigilancia Aduanera: que declare a este territorio como Zona de Especial Singularidad, para que sus complementos salariales compensen la peligrosidad del entorno y se puedan fidelizar las plantillas.

El viernes, por la mañana, Fernando Grande-Marlaska presentaba en Algeciras el IV Plan Especial de Seguridad del Campo de Gibraltar, que ya se extiende a seis provincias andaluzas. Un éxito controvertido, que ha llevado al desvío de buena parte de las actividades de los narcos a otros lugares, como la desembocadura del Guadalquivir, donde el miércoles 31 de enero moría el tripulante de una supuesta narcolancha, un linense de 47 años, cuando la planeadora en la que viajaba chocó contra la de la Guardia Civil.

A Barbate, rumbeaba el pesquero algecireño “Rúa del Mar” cuando, en enero de 2020, en pleno temporal, fue devorado por el Estrecho con dos toneladas de hachís. El pasado verano, también allí, una narcolancha fue interceptada con 22 fardos a bordo: en esta ocasión no era hachís, sino cocaína.

Las coordenadas de la droga llevan hacia allí desde hace mucho. Antón Hijo eludió a la justicia y se fue a Marruecos. Desde allí, llegó a intervenir incluso en un programa de Telecinco, en el que llegó a asegurar que gracias a él y a otros como él, vivía todo el pueblo de Barbate. Desde los busquimanos que iban recogiendo los fardos de la droga desperdigados por las playas barbateñas de los años 90, a una flota de la que, según Francisco Mena, se sospechaba “que no iban a coger boquerones”.

Por entonces, se barajó un plan de seguridad para Barbate, que no prosperó demasiado, aunque Antón Hijo se llevó la mayor condena conocida por narcotráfico, nueve años de trena: “El padre fundó la saga, pero la madre llevaba la libreta y hacía los apuntes bancarios. ¿Cuántos dineros deja el alijo? Pongamos 30 millones de pesetas. Gastos: la colla, tanto dinero por tantos tíos, los puntos, la guarda, el lanchero. Era ella la que les llevaba la contabilidad. Una noche, mientras alijaba, llegó la Guardia Civil y Antón enterró en la playa los treinta millones de pesetas que llevaba para pagar la droga, en un boquete de arena. Y salió corriendo. Días después, fue a buscar el dinero y no apareció. Como tenían intervenido su teléfono, cuando nos personamos como acusación particular, pudimos saber que la madre le preguntó qué pasaba con los treinta millones. Y le contestó: ”Llevo toda la mañana buscando el dinero, pero lo voy a dejar. Ese dinero lo gano yo en una noche“.

Así se expresa Francisco Mena, presidente de la Coordinadora contra la Droga “Alternativas”: “Pero también hay que recordar que en Barbate se vivió la manifestación más grande en contra del narcotráfico en la provincia de Cádiz. 9.000 personas secundaron la protesta. Pero eso fue hace mucho. La heroína se estaba cargando a los pescadores, pero cuando esto se solucionó, más o menos, con el plan de la metadona, ya la gente no parecía por la labor de proseguir la lucha contra el narcotráfico y dejó de haber apoyo social”.

Mena mantiene una hipótesis sobre lo ocurrido en la noche del viernes: “Las dos embarcaciones estarían en alta mar, al pairo, esperando, cuando como otras, ya durante la noche del jueves, buscan refugio en el puerto de Barbate”.

Dudas sobre el dispositivo

“Ahora nos preguntamos cómo salen los seis guardias con esa embarcación tan precaria a detenerlos. Lo más lógico es pensar que no iban a detenerles, sino a identificarles. En la dársena, sin droga a bordo, lo más que podían hacer era incautarles la lancha. Fue entonces cuando las dos embarcaciones que quedaban allí empiezan a maniobrar. Y una de ellas se aleja, se da la vuelta, les enfila y les arrolla, con gente alentando a los narcos desde el muelle. Es la viva imagen de la impunidad del narcotráfico y de la pérdida del principio de seguridad”.

Los dos guardias muertos esa noche de viernes se suman a otras víctimas de uniforme a manos de narcos en la provincia, sobre todo en el Campo de Gibraltar: “Pero, hasta ahora, todo habían sido accidentes. El Guardia Civil, Fermín, el policía local de La Línea, igual… O, a la contra, cuando Vigilancia Aduanera mató a dos personas en una lancha, en Algeciras, durante una persecución en caliente y se manifestaron los narcos por las calles de la ciudad. Aquí y ahora, no se trata de una persecución en caliente en la que alguien comete un error”.

La Asociación Unificada de la Guardia Civil alerta de que el dispositivo “arroja muchas dudas en cuanto a sus garantías y la propia seguridad de los efectivos que lo llevaron a cabo”, y ya ha avisado de que se personará como acusación popular en el procedimiento judicial. “Para conocer quién dio la orden de llevar a cabo esta operación con estos medios y qué medidas se van a tomar”.

Además, “de manera urgente”, AUGC solicitó la dimisión del ministro del Interior, “por el abandono y la pésima gestión de la seguridad ciudadana en el Campo de Gibraltar”. “Sus declaraciones al finalizar la reunión sobre el denominado ”Plan Especial de Seguridad para el Campo de Gibraltar“ fueron: «El Campo de Gibraltar es un lugar más seguro”. Marlaska no puede seguir al frente de Interior por más tiempo. Por dos ocasiones, una de las embarcaciones de alta velocidad ha embestido de manera intencionada a la patrullera del GEAS de la Guardia Civil“, recordó la asociación. ”Una embarcación que no está preparada para este tipo de operaciones y que era ocupada por seis agentes, de los cuales tres lamentablemente han fallecido como consecuencia de la colisión. AUGC lleva años demandando un verdadero plan, mediante la declaración de la Zona de Especial Singularidad para, entre otras medidas, aumentar los efectivos y los medios con los que los guardias civiles han de perseguir a los narcotraficantes“.

Los narcos “se meten más que lo que pasan”

¿Y los jaleadores? No sólo los hay en Barbate. Guardia Civil destinado a Algeciras, pero también trabajador social, con mención en Cooperación, Desarrollo y Tercer Sector así como técnico en Integración Social, Luis Miguel Vázquez Lozano ha estudiado el impacto de este fenómeno en esta costa, en un artículo titulado «Aproximación Social del Contrabando en la zona del Campo de Gibraltar»: “Los medios de comunicación ayudan poco ante el problema y sobre todo a los jóvenes, pues asisten a la mitificación de la figura del contrabandista mediante la atribución de una serie de características tales como la pertenencia a una clase social alta, el poder o la autoridad. A raíz de eso, vemos a menores agolpados en inmediaciones de los cuarteles, comisarías o juzgados a donde se trasladan a los detenidos en operaciones antidroga. Como si se tratasen de músicos de relieve, los jóvenes los animan, los saludan y los veneran”. Ver estudio completo en este enlace:Especial | Aproximación Social del Contrabando en la Zona del Campo de Gibraltar (augc.org)

Un hermano de Miguel Alberto Díaz era pescador cuando la heroína lo pescó hasta la muerte. Desde entonces, compaginó su sindicalismo a bordo de Comisiones Obreras, con su papel al frente de la Coordinadora contra la Droga “Barrio Vivo”. Hoy, ha participado en la concentración de Algeciras, convocada por el alcalde José Ignacio Landaluce, del PP, en repulsa por la muerte de los dos guardias.

“La diferencia entre el Campo de Gibraltar y otros lugares, en relación con el narcotráfico, ha sido que la sociedad ha reaccionado. Ahora mismo, mantenemos una plataforma ”Por tu seguridad, por la de todos“, con los sindicatos policiales, los de vigilancia aduanera, los de prisiones. El plan especial del Campo de Gibraltar se crea porque la impunidad de los narcos también era total aquí, los patrols embestían a la policía local, una lancha pasaba por encima de otra y moría un niño... Las coordinadoras surgieron a finales de los 80, cuando el principal enemigo de la comarca era la heroína. Desde entonces, no hemos bajado el listón. O la sociedad civil está activada o todo esto no deja de ser un debate baldío”.

Los narcos, ahora, “se meten más de lo que pasan”, concluye Díaz: “Sienten tanta presión aquí, en el Campo de Gibraltar, que se han ido para allá, para otros sitios. Nosotros peleamos, que todo el mundo pelee. Pero parece que la gente no se entera de lo que es el narcotráfico”. 

Barbate es mucho más que todo esto. Mantiene un pinar heroico y un paro crónico. Esta localidad, que ya hace mucho que eliminó su apellido “de Franco”, no ha sido bendecida con grandes inversiones, la pesca languidece y alguien escribió hace mucho a la salida del pueblo: “El último que se vaya, que apague la luz”. Allí, hay quien no se ha ido nunca, como el virtuoso guitarrista Tito Alcedo y más allá del mítico “Campero”, una larga ristra de restaurantes preparan el atún magistralmente. Hay, entre sus calles, artistas de larga data y una ciudadanía que sobrelleva con paciencia la mala fama de los narcos. Pero está la droga, sigue estándolo. El viernes provocó dos muertes.

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