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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

La falta de relevo generacional obliga a una cofradía de Jerez a contratar costaleros asalariados para salir en Semana Santa

La Semana Santa de 2022 dejó un mal recuerdo a la Hermandad de las Cinco Llagas de Jerez de la Frontera (Cádiz). Los costaleros no pudieron realizar su labor con el palio de María Santísima de la Esperanza y esto hizo que la cofradía al completo regresase antes de lo previsto a la iglesia de San Francisco. Hay pasos en los que sobran efectivos y otros en los que sucede lo contrario y por eso han tenido que recurrir a profesionales, conocidos como costaleros asalariados.

Ernesto Romero, hermano mayor de las Cinco Llagas, le quiere restar trascendencia a este hecho. “El año pasado tuvimos un problema y queríamos zanjar la cuestión con la mayor efectividad. Realmente no es tan extraño, en Sevilla hay cuadrillas profesionales en muchos pueblos y también la tiene la hermandad de Santa Marta. Algunos son hermanos de la cofradía y otros vienen de fuera. Es una experiencia maravillosa, el capataz es fenomenal y contamos con 48 hombres que lo van a dar todo”.

A las hermandades más populares, casi nunca les han faltado costaleros. En los años 60 y 70, efectivamente, era más habitual que las cofradías menos insignes de Sevilla tuvieran que buscar y pagar a cuadrillas para meterse bajo las trabajaderas de los pasos de Semana Santa. Algunos costaleros, de hecho, eran contratados en distintos días y para distintas hermandades.

El pasado julio, la Hermandad de las Cinco Llagas de Jerez de la Frontera anunció la medida que había tomado con la siguiente explicación: “Sólo una cuadrilla de profesionales garantizará al cien por cien, y sin ningún riesgo, una solución de continuidad definitiva para el ámbito costalero de su paso de palio”.

La cantidad que se abona es de unos 60 euros para cada uno de los costaleros y no es algo novedoso. Ya a principios de los años 2000 se usaba este sistema en la misma cofradía y ahora se retoma. El nuevo capataz, Manuel Jesús Elena, considera que es una medida de la que no hay que avergonzarse. “Que las Cinco Llagas haya adoptado ese modelo antiguo con todas las necesidades que tiene, me parece ya no solo valiente, sino coherente. Quizá no sabemos si a corto plazo alguna que otra cofradía tendrá que adoptar también este modelo”, ha dicho en La Voz del Sur.

Francisco Javier Pérez Rodríguez, cofrade jerezano, considera que es una situación que se ha dado en esta Hermandad, pero que encierra un problema general: “No hay tantos costaleros como antes y estamos en un cambio generacional. Se han ido los más veteranos y los jóvenes en algunos casos no tienen esa responsabilidad que tienen los mayores. Pero hay que dejar claro que lo de profesionales no quiere decir que sólo salgan por dinero. Algunos deciden aceptar un pago puntual, pero pueden ser hermanos de toda la vida”.

“No sé ni la cantidad que me van a dar”

En esa línea se manifiesta Mario, costalero profesional que en esta Semana Santa va a cargar con una compensación económica que dice desconocer: “Voy por el capataz, por la imagen y por la devoción que siento. Sinceramente no sé ni la cantidad que me van a dar”. Expertos cofrades de Jerez aseguran que, puntualmente, se ha recurrido a esta figura del costalero asalariado en años recientes, aunque es ahora cuando una cofradía apuesta claramente por esta solución para uno de sus pasos.

Un experto en la materia es el historiador Antonio de la Rosa, que fue el último capataz que mandó costaleros profesionales en Jerez. “La entrada de los asalariados puede ser una solución. Sobre todo para esos pasos complicados que son pesados y duros. La gente te hace el favor un año o dos, pero al tercero ya el capataz tiene que estar pidiendo favores. El costalero cobra y el capataz y la hermandad exige. el mundo del costalero siempre ha sido un mundo difícil”, dice en Diario de Jerez.

La vida sedentaria, el cansancio de costaleros que cargan varias veces en una misma Semana Santa, el peso del paso y horarios complicados de madrugada hacen que los asalariados sean un recurso más que interesante. Algunas cofradías van sobradas de cuadrillas y no tendrán que optar nunca por esta medida, pero otras ya lo hacen sin ningún problema.