El acuerdo entre los sindicatos y la patronal y la posterior validación de los trabajadores pusieron fin a la huelga del metal. Después de nueve días de movilizaciones, Cádiz ha podido cerrar una de sus muchas heridas y el alcalde de la ciudad, José María González, Kichi, analiza para este periódico cómo ha vivido unos días que pasarán a la historia de la lucha laboral de la Bahía.
Como en otros conflictos de este calado, no se ha puesto de perfil al hablar de las necesidades de los trabajadores. Valora muy positivamente la solidaridad mostrada por los gaditanos en los días en los que era complicado acceder a la ciudad por las movilizaciones y carga contra las instituciones que dan la espalda a esta provincia.
¿Cómo valora la respuesta de la ciudadanía de Cádiz durante la huelga del metal?
La gente de Cádiz y de la provincia en general ha dado un ejemplo de dignidad, de solidaridad y de compromiso no sólo con el sector del metal, sino con el futuro de esta tierra, con los derechos laborales y con la necesidad de no retroceder ni un paso ante la amenaza de recorte de derechos. Ha sido emocionante ver cómo la gente apoyaba la huelga y aplaudía desde los balcones a los manifestantes, conscientes de la importancia de esa lucha colectiva; cómo en las convocatorias no había sólo trabajadores y trabajadoras del sector del metal, sino ciudadanos de a pie que sabían de la trascendencia que tiene este conflicto, que no se reduce a un convenio sino que va sobre el futuro de esta tierra, sobre cómo nos están arrebatando oportunidades y cómo mientras ni el Gobierno ni la Junta, que son los competentes para ello, hacen nada por evitarlo. Más bien, al revés.
Se ha mostrado crítico con la actuación policial y le han llegado a contestar desde la policía que no es incumbencia de un alcalde. ¿Qué opina?
Lo que pasa en Cádiz es incumbencia del alcalde. Sea o no mi competencia, sin duda es de mi incumbencia. Y por supuesto, en cualquier momento en el que se ataque la dignidad, los derechos laborales y se haga un uso desproporcionado de la fuerza atacando a los más débiles, a los más vulnerables, me sentiré concernido e interpelado.
¿En algún momento le ha preocupado la imagen que se proyectaba de la ciudad por los incidentes?
Me ha preocupado e indignado, sobre todo, el constante intento de criminalizar la protesta por parte de grandes medios de comunicación que obedecen a los intereses de la patronal y son capaces de manipular hasta el límite la realidad para condicionar la opinión pública. Que no sacaran las imágenes de los aplausos en los balcones y obviaran que el coche que se quemó frente a los astilleros era un coche abandonado de hacía años. Que no sacaran la tanqueta recorriendo un barrio obrero para amedrentar a los trabajadores que luchaban por su dignidad. Y pese a todo ello, creo que al final la realidad se ha impuesto y Cádiz ha sido ejemplo de lucha colectiva y de dignidad como pueblo. Ésa es la imagen que creo que se ha proyectado y que quedará, finalmente. Afortunadamente la gente de Cádiz ha tenido muy claras sus convicciones, su lugar y su compromiso.
También le han criticado que tomara el megáfono para hablar a los trabajadores, y le han acusado de buscar rédito político con ello. ¿Qué piensa?
Me es indiferente. Quien me conoce sabe cómo he estado siempre involucrado en la lucha de los trabajadores, en el compromiso social y en los movimientos para reivindicar mejora de derechos y fin de los recortes. Y ese espíritu no ha cambiado, pese a que ahora me toque intentar encuadrarlo en el ámbito institucional para avanzar también desde ese plano.
¿Qué valoración hace del nuevo convenio? ¿Confía en que haya mecanismos para garantizar su cumplimiento?
No me corresponde hacer a mí la valoración del convenio, creo que corresponde a los trabajadores y a las trabajadoras del sector. Sí le digo que evidentemente es muy mejorable, que no es mi acuerdo y que hubiera preferido otro en el que se reconociesen más mejoras -justas y necesarias- para la situación de los eventuales, que acabase con la temporalidad, y no se perdiera poder adquisitivo para nadie de quienes se dejan la piel y la espalda todos los días. Dicho esto, el convenio es el que se ha acordado y como tal no solo lo asumo, sino que voy a ser el primero en exigir que se cumpla, que no se vulnere, que no se hagan trampas sobre él y que existan más inspectores de trabajo que vigilen a los empresarios que intenten regatear cada punto conquistado y peleado. Porque más allá del convenio, la clave está en que realmente se cumpla lo que se firma.
¿Este contexto puede servir como lanzadera para elaborar un plan de futuro para la Bahía?
Desde luego creo que ha servido como una llamada de atención y ya he defendido que ahora es el momento. He insistido ya en la petición, ahora, con los ánimos ya más calmados, para que las ministras de Trabajo, Hacienda e Industria vengan a la Bahía de Cádiz a mantener una reunión para abordar el tan necesario plan de reindustrialización y de inspección laboral de nuestra tierra.
¿Qué valoración puede hacer del cierre de la planta de Airbus de Puerto Real? Se le vio muy activo en su defensa.
Airbus Puerto Real no puede cerrar. Porque no podemos permitirnos que cierren aquí una planta mientras invierten 400 millones de dinero público en Getafe. Y mientras la gente aquí en Cádiz tiene que emigrar a cientos de kilómetros para currar como soldadores. Y es mentira que con el cierre de Airbus Puerto Real, como dice el Gobierno central, no se perderá ningún puesto de empleo. Es falso. Y porque lo que perdemos, como perdimos Delphi, después cae en el olvido. Es necesario que el Gobierno y la Junta se tomen en serio a Cádiz y que reviertan cuatro décadas de desigualdad, cuatro décadas en las que para silenciarnos sólo nos han concedido migajas. Exigimos un compromiso serio y real con el sector naval y el aeroespacial.
¿Echa de menos una mayor implicación política en la defensa del futuro laboral de la provincia?
Por supuesto. Y este conflicto ha ayudado a verlo. La mayoría de actores políticos que debían sentirse implicados o no se han posicionado hasta que no ha habido acuerdo y no han destacado la importancia que para Cádiz tenían las reivindicaciones de los trabajadores. De hecho, alguno ha salido incluso a defender la represiva actuación policial insistiendo en que era proporcionado que una tanqueta fuera por las calles de un barrio obrero contra los trabajadores. Claro que ha faltado implicación política. Y ha faltado también en las cuatro últimas décadas. Aquí en Cádiz y en Madrid, donde también hay diputados que se escogen por la provincia. Entre ellos Grande Marlaska, que es precisamente el que ha mandado la tanqueta.
Por eso urge llevar una fuerza andaluza, propia e independiente al Congreso, para que se allí se defiendan los intereses de esta tierra antes que los intereses del partido de turno. Para que no ocurra lo que ha ocurrido estas cuatro últimas décadas. Si los astilleros de Cádiz siguen hoy abiertos no es por la clase política: es por la lucha colectiva de los trabajadores que, viendo la inacción política, ha tomado las riendas cada vez que ha hecho falta para reclamar lo que correspondía.
¿Cómo está afectando la falta de tejido empresarial en la zona a la despoblación de Cádiz?
- En el caso de la ciudad de Cádiz, por ejemplo, hay dos problemas principales en los que se apoya la despoblación, que son la falta de oportunidades laborales y la dificultad de acceso a una vivienda. Evidentemente la falta de tejido empresarial afecta a la falta de oportunidades laborales, y por eso sí, claro que afecta. En lo referente a la dificultad de acceso a una vivienda, por los altos precios y las limitaciones de espacio que tenemos como ciudad, estamos poniendo desde el Ayuntamiento herramientas para garantizar el acceso como por ejemplo la regulación turística y el freno a la turistificación, y la política de vivienda con el aumento de inmuebles que pasan a formar parte del parque público.
¿Le consta algún proyecto que pueda dotar a la Bahía de más empresas donde recolocar a los despedidos en los últimos años?
No.
¿Qué planes desde el punto de vista laboral tiene usted para Cádiz ciudad?
Las competencias en materia de empleo no corresponden al Ayuntamiento de Cádiz, como sabe. No obstante, desde nuestro ámbito estamos contribuyendo a regular el modelo turístico de la ciudad para que sea un turismo de convivencia, equilibrado, sostenible y sostenido. En paralelo, trabajamos de la mano de Zona Franca para que no se pierda ningún metro de suelo industrial en la ciudad y fortalecemos el tejido comercial de la ciudad, al tiempo que fomentamos también las experiencias de economía social. Además, estamos inmersos en el trabajo de adaptar la ciudad a los efectos del cambio climático y analizar las oportunidades también laborales que eso abra, porque Cádiz será una ciudad muy afectada por el cambio climático y desde luego transformará su realidad.