“Puta boliviana, a ver cuándo te vuelves ya a tu país”. El exabrupto, y otros similares, los tenía que escuchar a diario una mujer residente en Cádiz. El juez no tuvo en cuenta los elementos discriminatorios a la hora de dictar sentencia en contra del vecino intolerante, pero el hecho podría haber sido sufrido por cualquiera de los aproximadamente cinco millones de extranjeros que viven en España. Un proyecto de la Asociación Pro Derechos Humanos (APDHA) en Cádiz aspira a conocer qué está pasando realmente en las relaciones sociales entre la población autóctona española y la población con características raciales diversas a fin de denunciar públicamente lo que han venido a llamar #microrracismos.
Este martes se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial. La madre con velo que recoge a sus niños del colegio, el chino que regenta el bazar de la esquina o los senegaleses que venden productos de su país en la calle. ¿Cuál es la actitud y la reacción de la gente ante ellos? Un reciente experimento de SOS Racismo trataba de mostrar, mediante una ficción, las reacciones ante un caso claro de racismo. La APDHA prueba ahora a descubrir cómo se desarrolla ese “racismo de intensidad débil o de baja intensidad” en la cotidianeidad de la sociedad española actual, más allá de casos concretos que saltan a los medios de comunicación.
El responsable de APDHA en Cádiz, Diego Boza, explica a este periódico que se trata de denunciar el trato diferente que pueden recibir ciertas personas por sus características físicas exteriores y que “son situaciones que se callan”, como la que él mismo aporta de la referida vecina boliviana. La asociación parte de esa hipótesis pero, en una primera aproximación, durante la primera fase de entrevistas, ya han podido observar ausencia de racismo en personas inmigrantes con un perfil socioeconómico medio-alto (un médico de origen mexicano, unas estudiantes francesas de Erasmus,...). Por ello, también estudiarán si las causas de una posible actitud racista se dan en mayor medida en inmigrantes con un perfil social bajo y las reacciones obedecen más bien a algún tipo de discriminación social.
En una segunda fase, tienen previsto grabar en vídeo el día a día de personas inmigrantes que puedan ser objeto de microrracismos para, finalmente, antes del verano, poder elaborar un informe que contenga conclusiones respecto a cuáles son las situaciones más comunes en los que se da ese “racismo cotidiano” en cualquier ámbito, “denunciando ciertos prejuicios raciales y visibilizarlos”, de forma similar al espacio habilitado en eldiario.es para denunciar esos machismos normalizados, los micromachismos.
También pretenden darle diversidad geográfica al proyecto. De hecho, miembros de APDHA en Granada, que este otoño ya visibilizaron un tipo de racismo “más institucional” en el informe 'Identificaciones por perfil étnico en Granada', se han interesado en esta nueva iniciativa.