Diego Cañamero mantiene su órdago contra el TSJA a pesar de la detención y ha anunciado que tampoco acudirá por su propio pie al tribunal si finalmente lo llaman como acusado en el previsible juicio por la ocupación de la finca de Las Turquillas, procedimiento que el magistrado instructor inició ya tras la declaración de Gordillo y que al que sólo le restaba su comparecencia.
El portavoz del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) llegó a la sede del Alto Tribunal andaluz a las 10.00 de la mañana en una furgoneta de la Guardia Civil y fue recibido, esposas en alto, por más de cien manifestantes que pedían su libertad. A las 12.00, finalmente, y tras cuatro intentos, compareció ante el magistrado de la Sala de lo Civil y lo Penal, Jerónimo Garvín, para acogerse a su derecho a no declarar.
Los momentos de tensión vinieron justo después. Si durante toda la mañana, y mientras la temperatura iba subiendo, el despliegue de las Unidades de Intervención Policial (UIP) de la Policía Nacional y los simpatizantes del SAT habían convivido pacíficamente, procurando mantener el paso expedito a la entrada del TSJA mientras se mantenían los cánticos contra “los jueces fascistas”, cuando la letrada de Cañamero anunció que este sería trasladado a la Comandancia de la Guardia Civil antes de ser puesto en libertad, los ánimos se encendieron.
El juez intentaba evitar un mitin en plena Plaza Nueva como los que ya produjeron meses atrás durante las comparecencias del diputado y aforada Juan Manuel Sánchez Gordillo. Sin embargo, en su 'pique' con el Alto Tribunal, Cañamero decidió pedir a sus simpatizantes que lo esperasen de vuelta: cogió un taxi en la Comandancia y regresó a la Real Chancillería de Granada para atender a la empresa con la estampa del edificio detrás y no privar a los jueces de sus proclamas.
Allí, el sindicalista anunció que “no piensa responder ante ningún juez” y se declaró, una vez más, “insumiso judicial desde 2010” para protestar “contra la represión contra nuestro sindicato, el más perseguido de Europa”, lamentando que en casos como el de la misma La Turquillas o la ocupación de las vías del AVE en Posadas, Córdoba, “se haya imputado a compañeros que ni siquiera estaban allí”, lo cual según él demuestra que “existen listas negras”. Además, recordó que la agrupación del SAT en municipios como El Coronil, Sevilla, o Jódar, Jaén, acumula 22.000 y 30.000 euros en multas, respectitvamente.
Así, anunció que si finalmente el caso de las Turquillas va a juicio, como parece probable, “no acudiré”. Tanto él como otros dirigentes del SAT, como el jiennense Andrés Bódalo, anunciaron además que el sindicato volverá a Las Turquillas y a la finca de la Moratalla, en Córdoba, y varias movilizaciones a lo largo del verano para pedir la eliminación de las peonadas para percibir el subsidio agrario.