El diputado Diego Cañamero cierra la lista con la que su compañera de bancada Isabel Franco planta cara Teresa Rodríguez en la pugna por liderar el cartel de la formación en las próximas elecciones autonómicas en Andalucía. Más cercano que nunca a los postulados de Pablo Iglesias, escenifica con ello la distancia con la coordinadora general del partido en Andalucía. Lejos han quedado esas primarias en las que en 2015 Teresa Rodríguez respaldaba a Diego Cañamero y su candidatura Utopía y Dignidad con la que se enfrentó a Pablo Iglesias, si bien él hablaba entonces de “complementar” y no de “disputar” el poder a su líder.
Si entra en la candidatura de Isabel Franco, ¿se plantea, siquiera remotamente, ser diputado en el Parlamento de Andalucía?
Lógicamente, no tengo intención de salir. Por eso me presento el último de la lista. Es una cuestión simbólica, de mostrar mi apoyo a la candidatura de Isabel Franco. Es más, cuando termine esta legislatura, no voy a volver a presentarme para ser diputado. No por nada, sino porque tengo claro que mi compromiso en las instituciones es por un tiempo limitado y no para vivir de la política.
¿Y por qué le convence el proyecto de Isabel Franco?
Porque es un proyecto de Andalucía. De la Andalucía de la reforma agraria, de la que se posiciona contra las bases militares, la que no quiere una tierra convertida en vertedero nuclear, la que lucha contra esa muralla de la vergüenza para evitar la entrada de migrantes en Europa...
Hay quien le ha criticado que apoye una candidatura y tome parte cuando usted ocupa cargos institucional y orgánico... También le reprochan que haya roto amarras con Teresa Rodríguez, que fue quien lo propuso en su día.
Quien me propuso a mí no fue ella, sino Pablo Iglesias. Y antes incluso de que saltara Podemos. Cuando se estaban haciendo las listas para las elecciones europeas. Luego, entré de diputado únicamente por una cosa: porque Andrés Bódalo tuvo que salir para cumplir condena.
En el pulso entre la dirección estatal y Teresa Rodríguez a cuenta de la negativa a favorecer la descentralización que votó el Consejo Ciudadano Andaluz, ¿de qué lado se pone?
Estoy de acuerdo en la descentralización, igual que en la autodeterminación y en el derecho a decidir. Pero no puedo compartir que una parte del partido o una corriente se quiera apoderar del proyecto y que controle el chiringuito para sus intereses. Es un proyecto del pueblo, que nació de la ciudadanía, y no podemos liarnos ahora en banderas o, con la excusa de la descentralización, adueñarnos de un proyecto. Se llamen anticapitalistas o como se llamen. Eso nos hace caer en los errores de los partidos tradicionales.
Es decir, le está dando la razón a la dirección estatal...
Podemos es de todos. No es una cuestión de enfrentamiento entre lo regional y lo estatal, sino que hace falta volver al Podemos de todo el mundo y de ninguna corriente. Por supuesto, vinculado a lo estatal, porque en el país hay que cambiar también el modelo.
¿Está acusando a Teresa Rodríguez de querer apoderarse del proyecto en Andalucía?
No podemos respaldarnos en alguien, porque luego puede ocurrir que esa persona defienda sus propios intereses, y no los del común. Por eso yo creo en el proyecto en su conjunto. Podemos tiene que confiar en Podemos. Potenciar la transversalidad. Esto no es una cosa de anticapitalistas o de comunistas. Nadie se puede apropiar de esto.
¿Qué posibilidades le ve a Podemos en los próximos comicios en Andalucía cuando todos los sondeos siguen apuntando a una nueva victoria del PSOE?
Las encuestas son encuestas. Un PSOE con 40 años en el poder no sé si ha convertido Andalucía en un cortijo, pero sí ha instaurado una cultura caciquil, con instrumentos institucionales para colocar a estómagos agradecidos. Andalucía tiene recursos para estar mejor que cualquier otro territorio de España y no lo conseguimos.
¿Qué le parece la fórmula de una doble vuelta: primero eligen Podemos e IU a sus candidatos y luego se votan conjuntamente?
Los inscritos deben elegir a sus candidatos y si luego hay que confluir o no, se verá, en función de buscar una unidad basada en el proyecto, en las perspectivas e ilusiones. No puede haber una votación de candidatos ahora, y luego otro referéndum. Por eso no comparto lo de las dos vueltas.
Pero ¿y si es la opción que elige la mayoría de los inscritos en Andalucía?
Lo que salga elegido por los inscritos, mi apoyo incondicional, me da igual lo que sea.