Uno de los jóvenes detenidos durante las manifestaciones de Rodea el Congreso deberá entrar en prisión. El Gobierno ha denegado el indulto que habían solicitado los padres de Francisco Molero, que vive con ellos en Cuevas de San Marcos, un pequeño municipio olivarero cerca de Antequera (Málaga). Sus actuales abogados denuncian que Molero no tuvo ninguna defensa en el proceso y volverán a pedir el indulto, esta vez por razones jurídicas.
Molero está condenado en firme a cinco años y un día de prisión y una multa de 16.000 euros por atentado a la autoridad y lesiones a tres policías. Que se sepa, es el único que ha sido juzgado y condenado entre los detenidos en los altercados que siguieron a la protesta Rodea el Congreso, el 25 de abril de 2013.
Según la sentencia de instancia, luego confirmada, aquel día recogió piedras y adoquines que rompía y apilaba estratégicamente en el suelo, y se dedicó a lanzarlos a los policías. Según ese relato, impactó a tres de ellos, todos los cuales (más un cuarto) le reconocieron como el autor de los lanzamientos. Los cuatro policías pertenecían a la Unidad de Intervención Policial de Vigo, desde donde aseguraron ante el juez que podían identificar a Molero porque “vestía de oscuro” y se subía y bajaba un pañuelo palestino mientras disparaba su ráfaga de piedras a pocos metros.
Molero siempre ha mantenido que el juicio fue una farsa, que no tiró piedras y que los policías se contradijeron, pero no ha podido demostrar su inocencia ni ante el juzgado de lo penal número 25 de Madrid, ni ante la Audiencia Provincial, ni ante el Tribunal Constitucional, que denegó su recurso de amparo. Lo mismo hizo el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Según la sentencia que le condenó, lo que los policías dijeron permite concluir “sin margen de duda alguna ni de error” que Molero fue el autor de tres pedradas que provocaron las lesiones de los policías: contusión en el gemelo izquierdo y rotura fibrilar, uno de ellos; heridas en dos dedos y contusión en la rodilla derecha, otro; y herida y rotura fibrilar, el tercero.
Un caso diferente a los demás detenidos
Molero aceptó inicialmente una abogada de oficio que le asistió en la detención, mientras que de los once detenidos mayores de edad, siete fueron defendidos por Jesús Díaz y Belén Luján, abogados de AUSAJ (Asociación de Usuarios de la Administración de Justicia). Ninguno de esos siete llegó ni siquiera a juicio. AUSAJ defendió a dos detenidos sobre los que también pesaban acusaciones de atentado y lesiones, que fueron archivadas después de que declararan testigos y se aportaran vídeos de aquella tarde, según explica Díaz. El caso de Molero es diferente: no se defendió durante toda la instrucción y no aportó prueba alguna.
Nada se hizo cuando un juez transformó la instrucción por “desórdenes” a un posible un “atentado a la autoridad” y delito de lesiones a tres agentes. Durante toda la instrucción por delitos de atentado y lesiones, la abogada no realizó ningún trámite de defensa ni presentó escrito alguno. Formalmente ni siquiera era su abogada, porque el procedimiento se transformó: así, el escrito de designación por parte del Colegio de Abogados es de 14 de enero de 2014, ya concluida la instrucción y sólo 24 días antes de que se abriera la fase de juicio oral.
En algunos de los documentos incorporados al sumario consta la mención “sin profesional asignado” y el juzgado le comunica auto de apertura de juicio oral de viva voz en su pueblo, “haciéndole saber que es firme”. En aquella fecha, el 1 de abril de 2014, ni siquiera tenía procurador.
El escrito de defensa es el primer documento de la abogada de Molero que consta en el sumario. Ofrece una argumentación breve. “En disconformidad con los hechos relatados con el Ministerio Fiscal y con los relatados en la acusación particular [los policías] por no corresponder a la sucedido. Mi representado ha manifestado en su declaración ante este juzgado el 26 de abril de 2013 que si bien se encontraba en Plaza de Neptuno, no agredió a los agentes de policía lanzándoles piedras y losas”, se lee en el documento.
Hasta aquí la defensa, para la que propuso dos pruebas: el interrogatorio del acusado y el folio 29 del sumario, un documento sin valor alguno para exculpar a Molero. La abogada ni siquiera participó en el juicio y fue sustituida por una compañera. Según denuncian los actuales abogados, presentó un incidente de nulidad ante el órgano equivocado.
“Aprovecharon su caso para tener una condena que enseñar”
“Fran fue juzgado y condenado sin abogado”, lamenta Díaz Formoso, que denuncia una indefensión “a la que nadie puso remedio”: “Aprovecharon su caso para tener una condena que enseñar y explicar que el 25 de abril fue violento. Y no es verdad: doce tíos, delante de 1.400 policías y 200 fotógrafos movieron unas vallas. Entonces llegó la policía, que dejó irse a los que movieron las vallas y pegó a los demás”.
El joven, de 28 años, pedirá nuevamente el indulto: “Queremos que se repita el proceso, aunque luego salga malparado. Yo me considero inocente, pero es que no he tenido un juicio justo”. El SAT ha convocado una jornada de huelga en su pueblo, Cuevas de San Marcos, donde Molero espera recibir próximamente la fecha de entrada en prisión.