El congreso federal del PSOE activa las guerras entre críticos y leales a Espadas en las ocho provincias andaluzas

Daniel Cela

Sevilla —

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Juan Espadas se va a presentar a la reelección como secretario general del PSOE de Andalucía en el próximo proceso de primarias, que se convocará tras las navidades, como paso previo al Congreso regional del partido en febrero o marzo. Es el primer mensaje que dio esta semana al reabrirse el curso político, después de que Pedro Sánchez activara el calendario orgánico al convocar el Congreso federal para el último fin de semana de noviembre en Sevilla.

Lo repitió este jueves durante la reunión que mantuvo con los ocho secretario provinciales del PSOE andaluz, que se quedaron a comer con él, y lo volvió a repetir más tarde, en el encuentro con los más de 60 miembros de la ejecutiva en la sede del partido. “Juan ha venido a decir que da el paso adelante, que tiene fuerzas y ganas, que nunca deja a la mitad un proyecto personal y colectivo, que se va a presentar pase lo que pase, y que Pedro Sánchez y él son los únicos que le han ganado unas primarias a Susana Díaz”, resume uno de los líderes provinciales.

Este último matiz es llamativo, porque Espadas está convencido de que la corriente crítica que azuza las aguas subterráneas del PSOE andaluz para montar una candidatura alternativa a la suya brotan de la mano invisible de la expresidenta andaluz y exsecretaria general del PSOE-A. Los susanistas jubilados, apartados u orillados, en efecto, han alzado la voz contra Espadas, cuestionando su estrategia de oposición al Gobierno de Juan Manuel Moreno y su falta de liderazgo. No son los únicos, pero sí los que están mínimamente organizados, confiados en que el malestar interno aglutine a otros sectores.

Ninguno de los secretarios provinciales consultados por este periódico ve en riesgo la continuidad de Espadas, “a no ser que Sánchez se guarde un plan B”. El presidente del Gobierno y líder del PSOE ha manifestado en los órganos de dirección su preocupación por la debilidad del partido en Andalucía, la comunidad más poblada, con un Gobierno de mayoría absoluta del PP y el liderazgo consolidado de Juan Manuel Moreno.

Pero lo que no vislumbran algunos de los líderes provinciales del PSOE andaluz es “una candidatura alternativa seria” que dispute la secretaría general a Espadas [se necesita un 3% de avales de una militancia que ronda los 42.000 afiliados]. Los socialistas andaluces están contentos con la decisión de Sánchez de abrir el calendario orgánico justo ahora, para que las renovaciones de equipos, estrategia y programa político estén consolidadas antes de que Moreno convoque las próximas elecciones autonómicas. En teoría tocan a mitad de 2026, pero el riesgo de un adelanto va a sobrevolar la política andaluza a partir del año que viene, en cuanto el Gobierno andaluz apruebe su Presupuesto para 2025.

Espadas es un dirigente discutido internamente, abiertamente desde el comité director del pasado julio, donde se encaró con los díscolos, retándoles a armar una candidatura rival, y propuso una conferencia política para confrontar estrategias este mismo mes de septiembre. La convocatoria anticipada del Congreso federal ha desbaratado aquel plan. En su lugar, se abrirá “un proceso participativo, no como conferencia política al uso, pero si de debate y aportaciones políticas”, explican fuentes presentes en la reunión

Ahora las diferencias entre críticos se van a dirimir en las primarias y dentro del cónclave regional. “Un congreso tiene carácter ejecutivo, una ponencia política sólo es consultiva”, advierte un dirigente, que no ve “sensato” anticipar un debate interno dos meses antes del Congreso federal.

La ejecutiva federal del PSOE se reúne el sábado para definir el cronograma orgánico y esto necesariamente tiene dos consecuencias inmediatas: una, que todo el partido se pone a trabajar, porque la logística para organizar un congreso federal, regional y ocho provinciales antes del verano de 2025 es abultada; y dos, que se activarán las primeras guerras internas en las provincias andaluzas con más peso crítico para la elección de los delegados que acudirán al Congreso federal.

Estas primeras refriegas internas servirán de termómetro para adivinar si habrá pelea por el liderazgo del PSOE andaluz, y posteriormente por los provinciales. La persona que, en cada provincia, encabezará la comitiva de los delegados que acudirán al cónclave federal de Sevilla, entre el 29 de noviembre y el 1 de diciembre, tendrá que someterse a primarias.

Algunos de los dirigentes que elevaron la voz frente a Espadas en el último comité director vaticinan listas alternativas en todas las provincias, con la salvedad, quizá, de Sevilla y Jaén, donde sus líderes conservaron las diputaciones [Javier Fernández y Francisco Reyes].

Espadas también ha reconocido este jueves, ante los suyos, que “no se han cumplido los objetivos” que se impuso. Bajo su liderazgo, el PSOE andaluz ha perdido cuatro elecciones consecutivas frente al PP. Pero ha subrayado que su proyecto y su trabajo “está a medio camino”, convencido de que su estrategia de oposición terminará por hacer mella a la imbatibilidad de Moreno.

Las propuestas, quejas o planteamientos críticos que iban a exponerse en la ponencia política que Espadas planteó para este mes de septiembre tendrán que ir ahora a la ponencia marco del cónclave que reelegirá a Sánchez, o posteriormente a la ponencia del congreso regional. Las agrupaciones locales podrán enmendar también esas ponencias, donde se recoge la hoja de ruta del partido, los compromisos y lo que probablemente será luego el 80% del programa electoral del PSOE.

En ese capítulo cobra especial importancia el espinoso debate de la financiación autonómica, cimbreado por el pacto del PSC con ERC para la soberanía fiscal de Cataluña. Espadas ha planteado ante la ejecutiva del PSOE andaluz, y previamente con los secretarios provinciales, que ese acuerdo es “una oportunidad” para resolver el “problema de infrafinanciación” de Andalucía con el actual sistema de reparto de fondos entre comunidades.

Algún líder provincial se quejó de la falta de información que han tenido respecto al acuerdo con los independentistas catalanes y del silencio de la dirección federal y de la ministra de Hacienda, la sevillana María Jesús Montero. “Los nuestros nos pedían explicarlo a nosotros, que no entendíamos nada aún”, admite un dirigente, ahora convencido de que el acuerdo “es bueno”. Todos se han conjurado para “espolear” al presidente Moreno con el debate de la financiación, obligarle a sentarse a negociar con el PSOE y definir una postura, actualizando el pacto sobre un nuevo modelo de financiación que ya firmaron en 2018 en el Parlamento andaluz.

Ese documento, que planteaba inyectar 16.000 millones más a las comunidades, 4.000 millones de estos parra Andalucía, se basaba en el principio de igualdad y solidaridad interterritorial, y en garantizar la sostenibilidad de las políticas que sostienen el Estado de bienestar en las mismas condiciones para todos los españoles, vivan donde vivan. Los socialistas andaluces creen que ese sigue siendo el punto de partida, aunque haya que “actualizar las cifras”, porque “se han quedado cortas”.

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