El consejero de Economía, Antonio Ramírez de Arellano, ha excusado este miércoles en el Parlamento el ‘veto’ que hizo a la pregunta sobre límites a las libertades civiles en China que una periodista de eldiario.es/andalucia formuló al embajador de este país en España durante una visita oficial a Andalucía el pasado 14 de marzo. “Ruego que entienda ese incidente en el marco de la diplomacia. Intentamos que nuestros invitados se sientan cómodos”, ha dicho Arellano, en respuesta a una pregunta del diputado de Podemos, Juan Ignacio Moreno Yagüe.
La formación morada considera que el titular de Economía del Gobierno andaluz “censuró” la pregunta de la periodista, impidiendo que el embajador chino respondiera, de modo que registró la misma pregunta en el Parlamento y la planteó en la sesión de control al Gobierno. El pasado 14 de marzo, el máximo representante diplomático chino en España, Lyu Fan, visitó guiado por Arellano la agencia andaluza de promoción exterior EXTENDA, durante un acto al que fueron invitados una treintena de empresarios. La Junta marcó con un círculo rojo este encuentro, organizado a petición del país asiático, dado el importante peso que representan las exportaciones de productos y bienes andaluces a China para la economía regional.
El embajador mostró su interés por estrechar relaciones comerciales con Andalucía debido a su posición geoestratégica a medio camino entre dos continentes: Europa y África. A la Consejería de Economía también le interesaba promocionar el evento, de modo que convocó a la prensa. En el turno de preguntas, una de las colaboradoras de eldiario.es/andalucia , Mar Llera, formuló esta cuestión al embajador: “Usted es consciente de que la cultura política en su país es muy diferente a la que posee el nuestro. Quiero preguntarle por la preocupación que ha manifestado la Comisión de Derechos Humanos del Gobierno británico en torno al tratamiento de los disidentes y la falta de libertades en Hong Kong, ya que ahora mismo están siendo procesados numerosos activistas prodemocracia. China está incumpliendo sus tratados internacionales en este terreno. ¿Qué garantías tenemos los españoles y los andaluces de que China es un socio comercial fiable cuando incumple su propia Constitución, así como sus tratados y convenios internacionales?”.
El diplomático chino no tuvo que responder, porque Ramírez de Arellano cortó de raíz la atención a los medios, que acababa de empezar. “Usted misma se ha respondido, vamos a continuar”, dijo el consejero, saliendo precipitadamente de la sala junto al embajador. La reacción del número tres del Gobierno andaluz no sentó bien en muchas esferas políticas -incluido dentro del propio Ejecutivo- y los grupos de izquierda le afearon la actitud. Este miércoles, el diputado Moreno Yagüe ha vuelto a formular la misma “inquietud” para la patronal andaluza por estrechar lazos con un país “que no respeta los tratados comerciales internacionales” y “pone límites a los derechos civiles”. “¿Por qué se interrumpió abruptamente una rueda de prensa cuando una periodista le hizo la misma pregunta que hoy le hago yo”, le ha inquirido el diputado.
El consejero se ha excusado, esgrimiendo los datos de exportaciones e importaciones con China, “actor clave en el objetivo de diversificación” de la economía andaluza. “El incidente que me ha relatado ruego que lo entienda en el marco de la diplomacia, intentamos que nuestros invitados se sientan cómodos”, ha dicho.
Detrás de este incidente está en juego el voluminoso mercado chino. Uno de cada cinco euros que España vende a China sale de Andalucía; el 37% de los 3.370 millones de euros que exportamos a Asia. El país asiático representa el octavo destino internacional de nuestros productos, tercero extracomunitario –casi a la par que Marruecos-, y segundo en cuanto a su ritmo de expansión. Esta relación comercial, cuyo volumen de facturación ha ascendido a 2.372 millones de euros en 2017, implica a 916 empresas exportadoras, de las cuales 218 son responsables del 91% de las ventas, con un saldo total positivo de 90 millones de euros durante el último ejercicio. Arellano ha explicado que desde que la Junta instaló una oficina de EXTENDA en China, en 2003, apenas ha tenido problemas que se interpreten como un incumplimiento de los tratados internacionales de comercio. “Sólo se han dado dos o tres casos de estafas”, ha aclarado.