Alberto García Valera, consejero de Hacienda, Industria y Energía del Gobierno andaluz desde hace apenas 21 días, ha presentado este lunes su dimisión al presidente Juan Manuel Moreno Bonilla alegando “problemas de salud”, confirman fuentes del Ejecutivo autonómico. El responsable de diseñar los primeros Presupuestos Autonómicos de un Ejecutivo de centro derecha en Andalucía había recibido ya el encargo del presidente de llevar un borrador al Parlamento “antes de verano”.
Su relevo ha sido inmediato, puesto que este mismo martes ha jurado el cargo de consejero de Hacienda el diputado del PP en el Congreso por Ceuta, Juan Bravo Baena, que abandona la Cámara Baja para ponerse al frente de las cuentas autonómicas. Un cambio repentino en el recién estrenado Ejecutivo andaluz, cuando aún no está cerrada del todo la nueva estructura del Gobierno. Será este martes cuando se dé a conocer el complicado reparto de poderes en un gabinete paritario en el que PP y Ciudadanos han forcejeado por su cuota de competencias, dando lugar a una redistribución de áreas dentro de las 11 consejerías que augura dificultades en el día a día.
Por ejemplo, desde la presentación del Gobierno, hace un mes, al día de hoy ya se han removido algunas políticas de una cartera a otra: el presidente anunció que Memoria Histórica estaba en Presidencia, pero está en la Consejería de Cultura; el vicepresidente, Juan Marín, anunció que su departamento (que lleva los asuntos de Justicia) asumiría las competencias sobre violencia de género, pero este martes de ha aprobado un trasvase a la Consejería de Igualdad, que también gestiona Ciudadanos.
El ya ex consejero de Hacienda ha enmarcado su dimisión en cuestiones personales y de salud. Según su relato, los médicos le han detectado un problema cardíaco después de un desvanecimiento que sufrió la semana pasada y, teniendo en cuenta sus antecedentes familiares con este tipo de dolencias, le han prescrito unas semanas de reposo que son “incompatibles con el ritmo de arranque del nuevo Gobierno y con los primeros cien días”, subrayan desde su departamento. García Valero, de 47 años, deja el cargo “por responsabilidad” y su puesto no ha sido ocupado por el actual viceconsejero, Jorge Ramírez López, confirman fuentes próximas. Ramírez López, persona de estrecha confianza del consejero, fue delegado especial de la Agencia Estatal de la Administración Tributaria en Andalucía y fue nombrado número dos de la Consejería de Hacienda en el último Consejo de Gobierno. Su sustituto, designado este mismo martes, es el del diputado del PP por Ceuta en el Congreso, Juan Bravo Baena, según adelantó el diario ceutaahora.com.
Bravo Baena tiene un perfil similar al consejero saliente. También es inspector de Hacienda de profesión y, como García Valero, ocupaba un alto puesto de dirección en la Agencia Tributaria. Se afilió al PP y salió elegido como diputado en la Cámara Baja en las elecciones generales de 2016 en representación de Ceuta, aunque su origen es de la provincia de Jaén. Desde la Consejería de Hacienda y desde Presidencia no confirmaron ni desmintieron el nombramiento de Bravo Baena este martes. Fuentes del Congreso confirmaron a este periódico que el diputado ha entregado su acta este lunes para ocupar el puesto número cuatro del Gobierno andaluz.
Minutos después, la oficina del portavoz de la Junta ha lanzado el perfil del nuevo consejero de Hacienda. Nacido en Palma de Mallorca en 1974, Bravo Baena “tiene una especial vinculacioÌn con Jaén, ciudad a la que se trasladoÌ a vivir en 1997 como jugador del equipo de DivisioÌn de Honor de fuÌtbol sala ‘Jaén ParaiÌso Interior’”. El Ejecutivo andaluz se ha esforzado en contar que, aunque el nuevo consejero no es natural de Jaén ni ha ejercido su profesión en Andalucía, sí “cursó los estudios de Derecho” en la provincia jiennense. “De Jaén son su mujer y sus tres hijos y allí ha vivido habitualmente hasta 2012, con diversos traslados por razones laborales que lo llevaron tambieÌn a CoÌrdoba, Granada, Madrid y Valencia”, reza la nota de prensa.
Alberto García Valero fue director general de Tributos en el anterior Gobierno de Mariano Rajoy, y siguió con el cambio de Ejecutivo hasta que fue destituido el pasado julio por la ministra María Jesús Montero, tras la llegada de Pedro Sánchez a Moncloa. Fue inspector de Hacienda nacido en Madrid y experto en fiscalidad y comercio internacional, dirigía desde septiembre en Sevilla la consultora EY (antigua Ernst & Young). Fue delegado ejecutivo y delegado especial de la Agencia Tributaria en Andalucía. Ahora tendrá el cometido de rehacer las cuentas autonómicas de 2019, un montante de más de 34.000 millones de euros, “antes del mes de julio”.
El ya ex consejero fue uno de los fichajes más tecnócratas y profesionales del gabinete de Moreno Bonilla. Casado y con una hija, es licenciado en Derecho e Inspector de Hacienda del Estado y auditor de cuentas inscrito en el ROAC. Ha desempeñado la mayoría de su carrera dentro del Ministerio de Hacienda, habiendo ocupado diferentes puestos técnicos, el último como Director General de Tributos (2016-2018).