Unas quinientas personas acudieron en la tarde de ayer, en la Facultad de Derecho de Sevilla, a la segunda cita de Convocatoria Cívica, tras su presentación el 3 de julio en Madrid. Y tanto su masiva asistencia -desbordando el aforo del salón de actos con más de 600 personas- como sus continuos aplausos respaldaron la propuesta de esta iniciativa que es “canalizar la rabia social provocada por los recortes de derechos y libertades para que no sea estéril, sino que se concrete en unión de ciudadanos, movimientos y partidos frente al gobierno de derechas de Mariano Rajoy”.
El objetivo, en palabras de la novelista Almudena Grandes, es que los ciudadanos acaben “invadiendo la democracia” y “entrando a saco en las instituciones”. Porque -según dijo el catedrático de Economía de la Universidad de Sevilla, Juan Torres- “ya va siendo tiempo de que la sangre se nos revuelva” y “de ganar elecciones” para frenar los desmanes que “el Gobierno perpetra, día a día, en el Boletín Oficial del Estado”.
El modo de alcanzar ese propósito, no obstante, no quedó claro a pesar de las reiteradas preguntas formuladas por periodistas en una rueda de prensa, abierta al público, previa al acto. Se evitó hablar de candidatura electoral de cara a las elecciones más próximas, las europeas. “No hay pretensión de ser un partido político, no queremos pelear por el poder. Este pensamiento es consecuencia de la mala calidad de nuestra democracia”, insistía Almudena Grandes, al tiempo que afirmaba que “es necesario llegar a las instituciones”.
Antonio Gutiérrez fue quien más claramente aludió a ambos al advertir de la tentación que pueden sentir el último de “conformarse con ser cabeza de ratón ahora que parece que el ratón engordará” y el primero “de esperar a que la situación empeore; cuanto peor, mejor para volver el poder”. Algo que, según él, sería “una traición a los ciudadanos”.
“Andalucía tiene que recuperar el protagonismo político”
Pilar González, por su parte, fue la única en marcar plazo: “dentro de año y medio, como mucho, nos dirán que la crisis ha pasado y que la realidad resultante será con la que tengamos que conformarnos. Si esperamos a entonces para exigir responsabilidades y querer recuperar los derechos que nos han quitado, será demasiado tarde”. Según la ex líder del nacionalismo andaluz, “Andalucía tiene que recuperar, quizá coincidiendo con el histórico 4 de diciembre, el protagonismo político, porque cuando lo ha ejercido ha sido fundamental para la igualdad de los andaluces, pero también de los españoles”.
Los intervinientes insistieron en no pretender crear una lista electoral propia, ni “tocar poder”, ni están movidos “por ningún afán de protagonismo”. Y atribuyeron la necesidad de reiterarlo al deseo de “despejar lo que parece ser una extendida sospecha”.
No obstante, fue evidente el tirón que ejercen, en particular una figura como la de Baltasar Garzón que tras ser apartado de la judicatura (por el Supremo y acusado de ordenar escuchas a los abogados de la Gürtel) no sólo no ha desaparecido del panorama público, sino que ha acentuado su dimensión de figura internacional -con episodios como su asesoramiento legal de Julian Assange, fundador de WikiLeaks-, y política.
“Puedo deciros -aseveró el ex magistrado en uno de sus momentos más mitineros-, y no porque sangre por la herida de mi expulsión ya cerrada, sino porque ahora puedo hablar con libertad -aunque antes lo hacía y así me fue-, que en este país la Justicia no siempre persigue a la corrupción, sino que la corrupción también entra en la Justicia; que a lo más alto de la carrera judicial no llegan los mejores y para evitarlo, podríamos establecer que los ciudadanos eligieran a los miembros del Consejo General del Poder Judicial, que es una prioridad absoluta evitar la entrada en vigor de la Ley Wert, que hay que superar el tabú de la Guerra Civil de la que no habló la Transición pues como dijo Mandela ”no se puede pasar página histórica, sin leerla“ y tomar las decisiones que España necesita sin dejarnos llevar por intereses económicos, diplomáticos, o el miedo a lo que nos hará Alemania, China o EEUU? ¿Pero qué coño van a hacernos?”.
“Muchos de nosotros acarreamos experiencia política y fracasos” -confesó Antonio Gutiérrez quien, como Garzón, fue diputado socialista, mientras que García Montero o Almudena Grandes militan en Izquierda abierta, corriente llamazarista de IU, o Pilar González fue cabeza de cartel del PA en su día-, pero ni hemos venido a crear un grupúsculo más dentro de la izquierda, para dividirla, ni traemos un proyecto acabado. Somos lo que queráis que seamos“ -añadió.
Precisamente, por la experiencia previa en partidos y sindicatos al frente de movimientos similares como Asamblea ciudadana -de la que Juan Torres se acabó desvinculando y muchos de cuyos activistas se contaban ayer entre el público- y por el deseo declarado “de no suicidarnos”, llamó la atención que no se aclarara la estructura organizativa de Convocatoria Cívica, el plan de contactos con grupos, colectivos y partidos, el calendario, ni la fecha prevista para ofrecer a la ciudadanía, que ayer demostró su interés, una propuesta concreta. Al respecto, se remitió a la web convocatoriacivica.es donde se recaban firmas y recogen sugerencias y que está gestionada por personal de la Fundación Internacional Baltasar Garzón.