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Córdoba crea un órgano municipal de participación para políticas sobre los animales domésticos

El Ayuntamiento de Córdoba va a poner en marcha un nuevo organismo municipal con participación directa de colectivos implicados pero, esta vez, en un ámbito muy particular: las mascotas. Así, el denominado Consejo Municipal de Animales Domésticos verá la luz en las próximas semanas y será una iniciativa pionera en Andalucía para tratar las políticas municipales que se lleven a cabo acerca de los animales de compañía que viven en la ciudad.

Según ha informado el propio Ayuntamiento, se trata de un órgano de carácter consultivo que asesorará al propio Consistorio y a la empresa municipal Sadeco encargada del Centro de Control de Animales (CECA) en todo lo que tiene que ver con la convivencia de los animales domésticos en la ciudad y también sobre el cuidado de los que llegan hasta la perrera municipal. Los últimos datos señalan que Córdoba cuenta con un censo de 70.000 perros, una cifra alrededor de la cual gira una gran parte de los vecinos de la capital.

Protectoras de animales

De este nuevo organismo, para cuya creación ya ha habido diversas reuniones y se ultima ahora la redacción del documento constitutivo, formarán parte las protectoras de animales de Córdoba. Una veintena de ellas integran la Federación de Protectoras de Córdoba, que será quien las represente en el nuevo Consejo Municipal de Animales Domésticos con el fin de realizar las aportaciones de estos colectivos en el trato a las mascotas por parte de la administración local.

“Hay muchísimos temas que mejorar”, cuentan a eldiario.es/andalucia fuentes de las protectoras, que saludan “positivamente” la creación de este organismo y “la disposición a hablar” del Ayuntamiento sobre un tema en el que estos colectivos han estado siempre alerta. Pretenden, ahora desde este consejo, asesorar al Consistorio basándose en su propia experiencia.

Entre los asuntos que las protectoras plantearán en el nuevo organismo municipal será la instalación de parques caninos en la ciudad, con un diseño y servicios adecuados para perros y dueños, además de trasladar al Ayuntamiento todas aquellas demandas de colectivos y dueños de mascotas con las que habitualmente tienen trato las asociaciones y protectoras que trabajan por el bienestar de los animales. De momento, a comienzos de este año, Córdoba estrenó el primer parque para el esparcimiento canino, con unos 2.000 metros cuadrados específicamente para que los canes puedan correr sueltos. Y la idea del Ayuntamiento es ampliar a otras zonas de la ciudad estos parques, para lo cual contará ahora con el asesoramiento de los colectivos implicados en el órgano municipal.

Asimismo, las protectoras propondrán al Consistorio aplicar el ‘método CES’ (captura, esterilización y suelta) con las colonias de gatos que existen en diversos puntos de la ciudad. “Se trata de controlar las colonias felinas, como se hace en muchas ciudades de Europa”, argumentan.

Y, de otro lado, creen “urgente” desarrollar una serie de medidas para los animales que llegan hasta el Centro de Control Animal municipal y “mejorar la calidad de su estancia allí”, unas medidas que desde el Ayuntamiento ya se están teniendo en cuenta para establecer un protocolo de desparasitación, vacunas y aislamiento para evitar contagios de enfermedades entre los distintos animales que llegan hasta el centro, en su mayoría perros.

De hecho, a través de un convenio con la Universidad de Córdoba, el Centro de Control Animal va a rediseñar las instalaciones y tareas en dicho espacio para procurar la salud de las mascotas que llegan hasta él, muchas veces en contacto con distintas patologías. Y para ello, se están tomando medidas como la vacunación de todos los animales que entran en el CECA, el establecimiento de una zona de bioseguridad donde se aísla a la mascota cuando llega para comprobar si porta alguna enfermedad, independizar las jaulas para evitar el contacto entre animales y extraer una muestra de ADN a los que salgan de allí en adopción para garantizar su seguimiento si vuelve a ser hallado sin dueño.