El mapa de equilibrios que hasta ahora se venía produciendo en el Pleno del Ayuntamiento de Córdoba se ha roto. Desde el acuerdo de investidura y hasta el momento, los socios del Gobierno municipal –PSOE e IU- habían contado con el apoyo de Ganemos Córdoba desde su puesto en la oposición en teoría pero, en la práctica, como un tercer grupo por el que debían pasar las medidas más importantes del Consistorio, dado que de ellos depende sumar la mayoría de concejales. Un Gobierno en minoría de 11 concejales -7 socialistas y 4 de IU- ha necesitado siempre de los cuatro de Ganemos para sumar los votos necesarios frente al resto de la oposición: 11 concejales del PP, 2 de Ciudadanos y uno más de Unión Cordobesa. Pero ese equilibrio se ha roto.
Ganemos Córdoba votó este martes en contra del documento de ordenanzas municipales para 2018, una posición que se sumó a la del bloque del resto de la oposición y con sus 18 votos negativos tumbaron la propuesta del Gobierno en minoría. La coalición de electores venía avisando semanas atrás de su disconformidad con el documento de ordenanzas por no cumplir una serie de puntos acordados entre ellos y el cogobierno. Y si en otras ocasiones estas disensiones se habían resuelto en reuniones de urgencia, acuerdos de última hora y la prevalencia de la buena marcha del primitivo acuerdo de investidura entre los tres grupos municipales, en esta ocasión Ganemos se ha plantado.
El documento de ordenanzas municipales que presentaba el cogobierno apenas tenía cambios con respecto al del año vigente que sí fue apoyado por Ganemos. Y esa realidad ha sido el argumento que se han echado en cara ambas partes para mantener su postura enfrentada. De un lado, el Gobierno municipal se preguntaba por qué, sin apenas cambios, no iba a obtener el voto de Ganemos que apoyó el documento similar el año pasado. Y de otro lado, Ganemos venía a decir que precisamente por no incorporar más cambios de acuerdo con lo pactado entre Gobierno y ellos, esta vez no iban a contar con su apoyo. En la práctica, la ciudad seguirá funcionando con las ordenanzas municipales de este año, sin mayores problemas.
Y a partir de ahora, ¿qué? La baraja de juego parece haberse roto entre cogobierno y Ganemos, ante el acomodo en sus sillones de la bancada de la oposición, sobre todo del PP que ve en esta situación la fragilidad del Gobierno municipal que venía denunciando desde el inicio del mandato dada la aritmética del salón de Plenos.
Ahora queda en manos de PSOE, IU y Ganemos decidir si este movimiento ha sido solo un aviso que se puede reparar con la aprobación de los presupuestos del Ayuntamiento para el año que viene o si, sin embargo, va a ser la tónica de unas nuevas posturas enfrentadas a partir de ahora. Si es así, la tarea al frente del Consistorio puede resultar más que áspera, con el Gobierno en minoría sacando adelante solo las cuestiones que pueden aprobar en Junta de Gobierno Local y esperando obtener los votos de alguno de los grupos de la oposición en el Pleno en un empeño que se antoja difícil.
Pero, a la vista de todos, están las próximas elecciones municipales, aunque aún falten casi dos años. Eso y los movimientos de los distintos partidos a nivel andaluz y nacional pueden explicar la situación que se ha dado en Córdoba. Sobrevuela la posibilidad de una unión electoral entre Podemos e Izquierda Unida a nivel estatal para hacerse con la mayoría del electorado de izquierdas frente al PSOE, y eso haría imposible la comunión entre Ganemos –integrado en parte por el partido morado que además en Andalucía está totalmente enfrentado al PSOE-A- con una Izquierda Unida en Córdoba cogobernando con los socialistas en el Ayuntamiento.
Desde este momento, cada partido de la izquierda quiere marcar su propio perfil y definir sus pasos. Y el camino se antoja complicado.