La ciudad de Sevilla está viviendo un debate acerca de las cotorras desde hace un año. Hay dos especies, consideradas especies invasoras, la Cotorra de Kramer (Psittacula krameri) y la Cotorra Gris Argentina (Myiopsitta monachus). De acuerdo con el Ayuntamiento de Sevilla hay unas 2.800 o 3.000 aves de la primera (que anida en oquedades de árboles) y unas 800 o 900 aves de la segunda (que construye nidos muy elaborados sobre los árboles, especialmente palmeras).
Las cotorras han sido acusadas de portadoras seguras y manifiestas de todo tipo de males, como una nueva plaga bíblica. Es cierto que han sido catalogadas como especies invasoras. En el libro Calles Aladas (Editorial de la Universidad de Sevilla, 2006) ya avisábamos de la importancia de elaborar un manual de gestión de la avifauna urbana y un control de las especies invasoras, incluidas las cotorras.
También lo es que su número aumenta en las ciudades. Igualmente que, de acuerdo con las excelentes investigaciones de José Luís Tella (Estación Biológica de Doñana, CSIC) y Martina Carrete (Universidad Pablo de Olavide) está afectando a especies vulnerables como el nóctulo gigante (Nyctalus lasiopterus), un murciélago, o el cernícalo primilla (Falco naumanni). Pero no están demostradas fehacientemente las siguientes aseveraciones: afectan a la agricultura andaluza de forma grave, a los gorriones y otras especies paseriformes urbanas, son vehículo demostrado de trasmisión efectiva de enfermedades en Andalucía con casos reales, los vecinos protestan de forma continua por el ruido que generan, están afectando de forma generalizada a la vegetación urbana.
El alcalde de Sevilla, Juan Espadas, pese a recibir la notificación por parte de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la idoneidad de la eliminación por disparos con carabina de las cotorras, no ha ejecutado tal método, cuando mucha gente ha manifestado que ha sido utilizado con éxito en numerosas ciudades. Hubiera sido muy fácil y cómodo para el Alcalde llevar a cabo el desatino planteado, con implicaciones no deseables, especialmente porque tenía a su favor algunos científicos, también a determinados políticos y una parte de la ciudadanía.
¿Por qué no lo hizo? Lo que expreso a continuación es mi opinión. Varias cuestiones, primero el alcalde ha escuchado otras opiniones científicas; segundo, la gobernanza inteligente del alcalde de Sevilla e interés demostrado por la participación ciudadana hace que sea sensible a la opinión de toda la ciudadanía, incluidos los que protegen los derechos de los animales; tercero, no es cierto decir que el disparo con carabina ha sido el método efectivo utilizado con éxito y satisfacción de todas las partes en muchas ciudades de España, es una posverdad; cuarto, el alcalde de Sevilla optó por generar un proceso interno de estudio y análisis del tema a través del Laboratorio Zoosanitario y el Servicio de Parques y Jardines. Fruto de dicho proceso ha sido la presentación, el pasado 30 de julio, ante el Consejo Municipal de Protección y Bienestar Animal (COMPBA) el Plan Integral para el control de especies invasoras y potenciación de especies autóctonas. La sesión del Consejo fue presidida por Juan Manuel Flores, Delegado de Bienestar Social y Empleo del Ayuntamiento de Sevilla.
El proyecto fue presentado por Antonio Sánchez Tosina, director general de Salud Pública y Protección Ambiental. El proyecto tiene dos vertientes: el control poblacional de especies de aves invasoras y la mejora del estado poblacional de especies autóctonas. Control y protección, son sus palabras clave. Se establece el Parque de María Luisa como zona de pilotaje. Se pretende valorar científicamente la forma más adecuada de control poblacional de cotorras, aún con dudas metodológicas a nivel nacional. Se llevarán a cabo distintas aproximaciones para la mejora poblacional y la ecología de especies autóctonas, un avance esencial para la conservación y protección de la biodiversidad faunística de la ciudad.
Con este proyecto la ciudad de Sevilla marca un camino donde la ciudadanía participa, se tienen en cuenta todas las sensibilidades y se establece un proceso validado científicamente y metodológicamente correcto al analizar diferentes posibilidades, para el control de poblaciones de especies de aves invasoras y la protección de especies autóctonas, manteniendo en su conjunto la biodiversidad de la fauna urbana. Una lección de responsabilidad.
Es necesario un manual de gestión de la biodiversidad de la fauna urbana de Sevilla que incluya la protección de la fauna autóctona, especialmente la avifauna, y también el control de poblaciones de especies animales no autóctonas, incluidas de forma preferente las especies invasoras, y un riguroso control de mascotas. En relación con las cotorras, control y no extinción. Las cotorras ya forma parte de la biodiversidad de la ciudad y para algunos ciudadanos son seres sintientes con los que ya hemos establecido vínculos.