El Ejército de Tierra ha comunicado este jueves al teniente Luis Gonzalo Segura, expedientado tras publicar una novela sobre corrupción en las Fuerzas Armadas, la decisión del Ministerio de Defensa de expulsarle de la institución por las declaraciones que ha venido realizando en varios medios de comunicación sobre supuesta corrupción en los Ejércitos.
Así lo han confirmado a Europa Press fuentes militares y el propio Segura, a quien se le ha “resuelto el compromiso” con las Fuerzas Armadas después de 13 años de servicio, aunque la decisión no será oficial hasta que se publique en el Boletín Oficial del Estado. No obstante, el propio ya exteniente ha dicho a eldiario.es/andalucia que no tiene constancia de cuándo entrará en vigor oficialmente la expulsión, dentro del “desabarajuste que supone esta sanción, que solo me la han aplicado por hablar, no por las cosas que he dicho”.
El expediente de expulsión del ya exoficial ha sido instruido por los servicios jurídicos del Ejército de Tierra, después de que se le abriera un expediente gubernativo por diferentes declaraciones que ha realizado en varios medios de comunicación denunciando “abusos y corruptelas de la casta militar dominante”.
Según han explicado las fuentes militares, los servicios jurídicos elevaron al Ministerio de Defensa una propuesta de resolución del compromiso del teniente, la cual finalmente ha obtenido el visto bueno del departamento que dirige Pedro Morenés.
Lo que se ha decidido es “resolver el compromiso” de Luis Gonzalo Segura con las Fuerzas Armadas, pero no se le ha separado del servicio mediante expediente disciplinario, lo cual le impediría presentarse a otros procesos de selección de empleados públicos.
“No les gustó que fuese a los medios”
Curiosamente, aunque el teniente es colaborador de medios como Público y ha contado su historia en distintos medios de comunicación, su expulsión se basa en dos intervenciones concretas que hizo en el programa “El Intermedio” de La Sexta y “Julia en la Onda” de Onda Cero. En la primera, incluso, al Ejército le enfadó especialmente que saliese de uniforme ante el Gran Wyoming y Sandra Sabatés. Sin embargo, no se menciona ese aspecto en el documento de sanción.
Por ahora, dice que todo es confuso, porque “la firma de la expulsión es del 26 de mayo, pero aún no sabemos a día de hoy si será inmediata o hay que esperar a que salga en el boletín, todo por ese limbo en el que estamos metidos. Al menos, bromea, ”ya no me pueden encarcelar, porque todas las sanciones con encarcelamiento han sido por el régimen militar, y en teoría, todos mis expedientes se resuelven con la expulsión“.
Sin embargo, ha lamentado que “es curioso que alguien, por algo así, sea sancionado con la retirada de sus galones, pero aún no sé cuándo dejo de ser militar. Lo único claro es que tendré que entregar mi tarjeta de identificación militar, pero no sé que haré con lo uniformes. Esperaba que alguien pusiese luz y no se cometiese una animalada como esta, pero parece que no ha podido ser”.
Lo que sí parece tener claro es que su destino, de momento, es el INEM. Gestionar una prestación por desempleo mientras decide qué hacer con su vida será el primer trámite a realizar.
Su abogado ha dicho a eldiario.es/andalucia que, de momento, se va a plantar un recurso de reposición directamente ante el Ministro de Defensa, y si nos lo niegan, habrá un contencioso disciplinario militar. Se van a agotar todas las vías para reparar esta injusticia“, ha espetado.
Tres veces arrestado en un año
Desde que fue expedientado por primera vez tras publicar su novela 'Un paso al frente', Segura ha cumplido tres periodos de arresto de dos meses cada uno en un centro disciplinario de Madrid, siempre por declaraciones públicas, ya fuera por denuncias sobre presunta corrupción en las Fuerzas Armadas o por opiniones sobre temas políticos como el soberanismo catalán.
Casi la mitad del tiempo de los dos meses que cumplió el verano pasado estuvo ingresado en el Hospital Militar Gómez Ulla debido a su delicado estado salud por la huelga de hambre que siguió durante 22 días para protestar por su situación.