Aquellos que integran el deporte base andan estos días inquietos porque creen que a partir de noviembre todo va a cambiar. La manzana de la discordia sobre la que disputan federaciones, directivos, entrenadores y deportistas, por un lado, y el Consejo Superior de Deportes, por otro, es un informe del Ministerio de Empleo y Seguridad Social en el que se aboga por que los entrenadores y monitores sean contratados por los clubes, poniendo fin a una situación de “alegalidad” largamente tolerada. El CSD trasladó a las comunidades autónomas la intención del Gobierno de intensificar las inspecciones laborales, y la Junta de Andalucía ha reunido a clubes y federaciones para avisarles de que todos aquellos que no hayan dado de alta en la Seguridad Social a sus entrenadores (con independencia de qué cantidades reciban estos) se exponen a una sanción. Los directivos de las federaciones andaluzas consultados creen que la medida muestra un absoluto desconocimiento de la realidad social. Es “absurda”, una “barbaridad” y una “aberración”.
La propuesta del Ministerio, contenida en un estudio firmado a finales de julio al amparo de la Ley de Apoyo a los Emprendedores, pasa por “regularizar la relación laboral” entre clubes y entrenadores y deportistas con contratos a tiempo parcial “en los casos que proceda”. El texto da un argumento: la “dificultad” para “ignorar el carácter laboral en prestación de servicios que une a estos clubs y entidades deportivas con sus trabajadores”. Todos aquellos entrenadores, monitores y deportistas que perciban cualquier cantidad de sus clubes deberían ser dados de alta en la Seguridad Social. Ni la falta de ánimo de lucro ni la percepción de cantidades por debajo del salario mínimo son excepciones, dice el texto. Sin embargo, el estudio sí admite un matiz entre los conceptos de remuneración y la mera compensación de gastos esporádicos. El Ministerio insta a las administraciones con competencias a que “fomenten” el contrato de trabajo a tiempo parcial y la Junta de Andalucía está informando a los clubes y a las federaciones de que las inspecciones se intensificarán a partir del 3 de noviembre.
Los directivos de las federaciones y clubes consultados creen que el Gobierno no ha sido sensible a la “función social” que realizan por delegación de la Administración, que es, recuerdan, quien tiene la obligación de fomentar el deporte. “Han entrado como un elefante en una cacharrería”, opina Enrique López, presidente de la Federación Andaluza de Atletismo. Su discurso es prácticamente idéntico al de los otros presidentes: “Esto está basado en un porcentaje altísimo en el voluntarismo, a veces compensado con 100 euros o ciento o pico”. “Al final vamos a acabar con el deporte minoritario. Esto lo llevamos entre cuatro jubilados y cuatro altruistas”, explica Fernando García Escudero, presidente de la Federación Andaluza de Halterofilia.
Alfonso Escribano, secretario general de la Confederación Andaluza de Federaciones Deportivas [CAFD], admite que un entrenador, con la ley en la mano, es un trabajador a tiempo parcial, pero esgrime una “casuística” particular: “Hay crisis, se pagan menos cuotas, se han eliminado ayudas, se han quemado los patrocinadores en torno al 50%, la mayoría de las entidades no tienen ánimo de lucro, las cantidades que perciben los entrenadores son irrisorias…”. En estas circunstancias, entiende que repercutir sobre las cuotas un aumento del 36% sobre el coste “laboral” y el coste añadido por gastos de asesoría y contabilidad llevará a que muchos entrenadores dejen la actividad y clubes de pueblos o barrios echen cierre.
Cuanto más pequeño sea el club, más afectado se verá, porque su capacidad de gestión es menor, se opina en el sector. Y muchos recuerdan que los clubes de la Primera División de la Liga de Fútbol deben a Hacienda 564 millones de euros, según la propia Agencia Tributaria. “Ni el presidente del CSD [Miguel Cardenal] ni la directora general [Ana Muñoz] saben qué es el deporte base”, denuncia Escribano. Antonio Guillén, secretario general de la Federación Andaluza de Baloncesto, se queja de un agravio comparativo: “Si lo hacemos todo legal en este país, hagámoslo todo. ¿Cómo funcionan las cofradías? Y mueven más dinero que los clubes... ”.
En el ambiente flotan también las declaraciones de Miguel Cardenal. “No se puede defender la economía sumergida de los monitores”, resolvió el presidente del CSD el 8 de octubre. Hasta ahora, ¿cómo hacen estos clubes para llevar sus cuentas? “La casuística puede ser muy variada: habrá clubs que lo hagan bien, otros que lo hagan de manera salvable, y otros lo harán en dinero b. Dependiendo de la actividad y la formación del promotor del club, llevará sus cuentas bien o mal”, responde Escribano. “La mayoría no llevan balance o contabilidad. Y el recibo de la cuota no tiene IVA. Es verdad que en algunos casos esto puede prestarse al fraude, pero no se puede generalizar, habrá que buscar quién lo hace”, complementa Guillén. “Desde el punto de vista estricto, puede ser dinero negro, pero es una labor altruista de quien sacrifica tiempo y a veces dinero propio”, se defiende Enrique López.
Los motivos del Gobierno
Los motivos del GobiernoEntre los directivos circula la idea de que el Gobierno ha lanzado una bomba para asustar al sector y adecentar así los datos del paro, pero el CSD matiza: son conscientes, asegura un portavoz, de que “el 80% de los clubes se basan en el voluntariado”. El informe invoca otra razón para la regularización: evitar que “los entrenadores, monitores, preparadores físicos u otro personal de estos clubs deportivos, que no estén dados de alta en la Seguridad Social, se vean privados de derechos, tanto laborales como de protección social”. “Al deporte le interesa que se dignifique su profesión y no que sean marginados quienes desempeñen esta actividad tan importante”, dijo Cardenal. Pero los directivos consultados creen que el argumento no se sostiene, porque todos los deportistas y entrenadores disponen de una licencia que incluye un seguro para el accidente deportivo y la asistencia sanitaria en su actividad y en el desplazamiento. Fuentes del Ministerio de Empleo aseveran que no ha habido inspecciones a los clubes en 2013 ni en lo que va de año, ni está previsto que las haya, informa Olga Granado.
Hay más de 20.000 clubes inscritos en el Registro de Entidades Deportivas de Andalucía, 11.023 clubes federados y 564.000 licencias de deportistas, según la Junta de Andalucía, que ayer presentó en el Parlamento el proyecto de una nueva Ley del Deporte. Es imposible calcular cuántos directivos, entrenadores, monitores, masajistas o deportistas cobran alguna cantidad de esos clubes. Las federaciones alertan de que muchos dejarán la actividad. Algunos, por imperativo legal, porque entre los entrenadores abundan maestros, médicos o inspectores que vulnerarían la exclusividad en su función pública si pasasen a cotizar por su labor deportiva. “Yo tengo un médico, un enfermero, cuatro profesores. Cobran entre 200 y 300 euros. Las cuentas las lleva un profesor de matemáticas. Los directivos no cobramos”, explica Pedro Cuevas, presidente del Club Baloncesto Alhaurín, con 19 equipos en distintas categorías. “Acabamos de organizar un torneo femenino, y le he dedicado más horas que un tonto, de cinco de la tarde a once de la noche. Todos echando horas gratis: pues que lo haga Cardenal, que yo me voy a mi casa”, se queja.
Hay otra queja en los clubes: la desinformación. “Quieren hacerlo de un día para otro. Si llega una inspección, ¿qué hacemos? ¿Qué pasa con profesores que en sus ratos libres echan una mano?”, se cuestiona José Luis Navarro, secretario general de la Federación Andaluza de Balonmano.
Los gastos de un club
Los gastos de un clubEl CB Alhaurín tiene unos 270 jugadores, la mayoría de los cuales (excluyendo los sénior) abona unos 30 euros de cuota mensual. Las cuotas en los clubes oscilan entre los 10 y los 50 euros, dependiendo del club y del deporte. Y con ello, más los patrocinios (cuando existen) se abonan las “gratificaciones” (que incluyen los desplazamientos), el coste de las licencias federativas, el material, el pago a los árbitros y las instalaciones (cedidas a veces por los ayuntamientos). “¿Cuántos clubes pueden estar escaqueando algo? Hay que regularizar, pero contando con la gente del deporte”, opina Cuevas.
La “gente del deporte” pide, primero, tiempo; y después, una regularización, pero con matices: que sirva para distinguir a quien cobra un salario de 800 euros (que ya tiene la “obligación” de darse de alta, recuerda Escribano) de quien recibe 150 o 200 “para la gasolina”; que tenga en cuenta la posibilidad de establecer un régimen especial como el de otros colectivos, como el de los trabajadores de limpieza en el hogar; y que valore la jurisprudencia del Tribunal Supremo, como la que exime al autónomo de darse de alta si gana por debajo del salario mínimo interprofesional. “Si ahora de 200 euros tengo que descontar 80… ¿Por ciento veinte euros van a venir los entrenadores, y llevar a los niños en su coche?”, se pregunta Pedro Cuevas.