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Ahora es un éxito reducir la protección a los parados de larga duración
No me escondo: como buen ingenuo, yo mismo jaleaba el mes pasado a Yolanda Díaz en la aparente batalla que libraba contra Nadia Calviño para, supuestamente, mejorar la protección de las personas desempleadas en situaciones más vulnerables. ¡Y Díaz ganó! Al menos eso se desprendía de los titulares de toda la prensa, cuando el Gobierno anunció que a partir de junio aumentará el subsidio de desempleo para mayores de 45 años desde los 480 euros al mes actuales hasta 570.
En realidad, el modus operandi del Gobierno ha sido el mismo con el que hace unos años anunció la creación del Ingreso Mínimo Vital: una rueda de prensa en la que, a grandes trazos, exponen algunas medidas de manera muy triunfalista, que son las que la mañana siguiente reproducen los medios, sin esperar a leer la letra pequeña en el BOE. Cuando por fin llega el BOE, descubrimos que la cosas no eran ni mucho menos para tanto; que, hablando en plata, nos la han colado, y que ya es tarde para contrarrestar esos titulares. De hecho, recuerdo cuando en este mismo espacio comenté todas las falsedades que se vertieron en la rueda de prensa sobre el Ingreso Mïnimo Vital (IMV): me cayó un linchamiento en el antiguo Twitter que mejor no les cuento. Con los meses, incluso el propio Podemos, coartífice de aquella medida, acabó reconociendo todas esas fallas. Esta misma semana, de hecho, se ha publicado que el IMV únicamente llega al 5% de las personas sin hogar que podrían acceder a él.
Lo que ha ocurrido ahora es bien sencillo, y así se apresuraron a denunciarlo los sindicatos. El Ministerio de Trabajo omitió en su comunicación que, si bien aumenta la cuantía de ese subsidio hasta los 570 euros, por otro lado, elimina la RAI (la Renta Activa de Inserción), lo que acaba perjudicando a más de 100.000 personas en situación muy frágil. Buena parte de las personas que perciben el subsidio por desempleo para mayores de 45 años tienen únicamente derecho a cobrar durante seis meses un máximo de 480 euros. Una vez agotado ese subsidio, podían percibir durante 11 meses la Renta Activa de Inserción, también de 480 euros. El cálculo es sencillo, por tanto: 17 meses a 480 euros arrojaba un total de 8.160 euros. Con la reforma, cobrarán 570 euros mensuales, sí, pero solo durante medio año, puesto que se elimina la RAI. Es decir, un total de 3.420 euros.
Lo peor no viene de las mentiras en sí o sus implicaciones éticas, sino de que con esas actitudes los políticos tratan como a idiotas a sus potenciales votantes
En Podemos, ahora que están fuera del Gobierno, se han puesto más combativos que cuando nos engañaron con el IMV. Ya han denunciado todo esto, además de que la reforma incluye asimismo una rebaja en futuras pensiones de jubilación. Mientras escribo, aún no han aclarado si votarán a favor del decreto anticrisis en el que se incluye esta reforma.
Al novelista Benjamín Labatut le preguntaban hace poco en este mismo periódico, a raíz de su magnífica novela MANIAC, sobre las posibilidades de la Inteligencia Artificial para manipular declaraciones de los representantes políticos. La conocida como tecnología deepfake, contra todos los pronósticos, no se ha expandido, y Labatut decía: “[…] Hay mentiras que no requieren ninguna tecnología. Un político aparece y dice una mentira flagrante, y todos sabemos que es mentira. Y, sin embargo, por cómo opera el ser humano, toda la gente que vota por ese político lo cree a pies juntillas”. Eso es lo que le pasaba, añado yo, a todos esos que me atizaban en Twitter por lo del IMV.
Y eso es, en suma, lo que suele hacer Yolanda Díaz. Lo hizo, con su perenne sonrisa, cuando aseguró que no había ningún veto a Irene Montero, por ejemplo, y lo ha hecho ahora cuando afirmaba que había mejorado la protección a los parados de larga duración. Lo peor no viene de las mentiras en sí o sus implicaciones éticas, sino de que con esas actitudes los políticos tratan como a idiotas a sus potenciales votantes. No obstante, como a fin de cuentas sigo siendo un ingenuo, yo todavía valoro en política la honestidad. Espero contar en alguna otra columna que por fin he encontrado a alguna ministra o ministro que atesore semejante cualidad dentro de esta secuela del gobierno más progresista de la historia.
No me escondo: como buen ingenuo, yo mismo jaleaba el mes pasado a Yolanda Díaz en la aparente batalla que libraba contra Nadia Calviño para, supuestamente, mejorar la protección de las personas desempleadas en situaciones más vulnerables. ¡Y Díaz ganó! Al menos eso se desprendía de los titulares de toda la prensa, cuando el Gobierno anunció que a partir de junio aumentará el subsidio de desempleo para mayores de 45 años desde los 480 euros al mes actuales hasta 570.
En realidad, el modus operandi del Gobierno ha sido el mismo con el que hace unos años anunció la creación del Ingreso Mínimo Vital: una rueda de prensa en la que, a grandes trazos, exponen algunas medidas de manera muy triunfalista, que son las que la mañana siguiente reproducen los medios, sin esperar a leer la letra pequeña en el BOE. Cuando por fin llega el BOE, descubrimos que la cosas no eran ni mucho menos para tanto; que, hablando en plata, nos la han colado, y que ya es tarde para contrarrestar esos titulares. De hecho, recuerdo cuando en este mismo espacio comenté todas las falsedades que se vertieron en la rueda de prensa sobre el Ingreso Mïnimo Vital (IMV): me cayó un linchamiento en el antiguo Twitter que mejor no les cuento. Con los meses, incluso el propio Podemos, coartífice de aquella medida, acabó reconociendo todas esas fallas. Esta misma semana, de hecho, se ha publicado que el IMV únicamente llega al 5% de las personas sin hogar que podrían acceder a él.