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La atención primaria de la sanidad pública: cerrada por derribo

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Tras las manifestaciones de este domingo en defensa de la sanidad pública, celebradas en diferentes ciudades andaluzas, las colas mañaneras en los centros públicos de salud han desaparecido, ¡por arte de magia! Hasta el viernes 15 de diciembre, si ibas a (casi) cualquier centro andaluz de atención primaria, se repetía el mismo esperpento: una cola de pacientes esperando desde las siete y media de la mañana a que abrieran las puertas del ambulatorio a las ocho. Entre esos pacientes, que evidentemente iban con dolencias de todo tipo, veías también personas mayores y padres con niños pequeños, incluso bajo la lluvia. El propósito común era conseguir, con un poco de suerte, una cita médica para ese día con el médico de cabecera.

En octubre, fui un día a las 7:50 y cuando llegué al mostrador, directamente me dijeron que no había citas para ese día y no sabían cuándo podrían darme una, cómo si se tratara de una petición para hacerme la manicura. A la semana siguiente volví más temprano y me sentí afortunada, casi que había ganado la lotería, porque conseguí una cita telefónica para dentro de veinte días. Sin duda, querido lector o lectora, si has acudido a la sanidad pública andaluza sabes perfectamente de qué estoy hablando. Esto no es un caso aislado, es algo habitual en gran parte de los ambulatorios andaluces desde hace tiempo.

Curiosamente, he vuelto a ir este jueves y ¡¡¡MAGIA!!!, ya no hay colas mañaneras. Pero no te engañes, no hay colas porque simplemente ya no se reparten unos pocos números de forma física para ver al médico el mismo día, como sucedía antes de las manifestaciones. Ahora solo puedes coger número por internet o por teléfono, cosa que  ya se podía hacer. De hecho, yo lo conseguí una noche a las 00:05 en septiembre porque, como en el caso físico, si entras un poco más tarde, tampoco hay. Esta mañana lo he intentado, y no hay citas disponibles ni hoy ni en ningún otro día, ni por internet, ni por teléfono, ni físicamente en el ambulatorio. A fecha de hoy, es imposible conseguir una cita médica de atención primaria. Eso es todo, queridos conciudadanos. La sanidad pública de atención primaria está cerrada por derribo.

Supongo que algún lumbreras ha pensado que si no hay colas físicas, el problema se “disimula”. Lo que no se puede tapar son los efectos de no tener servicios de atención primaria: un deterioro de la salud de todos

Supongo que algún lumbreras ha pensado que si no hay colas físicas, el problema se “disimula”. Lo que no se puede tapar son los efectos de no tener servicios de atención primaria: un deterioro de la salud de todos, los que somos pacientes hoy y los que lo seremos mañana. Sin una atención médica adecuada y a tiempo, los efectos son la reducción de la calidad de vida, la disminución de horas de trabajo y, lo que sin duda es peor, la producción de muertes evitables.

La consejera de Salud, Rocío Hernández, doctora en Medicina y Cirugía y especialista en Pediatría, ha tenido la poca vergüenza de afirmar que «quizás, por un catarro común, no hay que ir al médico». Esa frase de la máxima responsable de la salud en Andalucía es un insulto a la capacidad intelectual de los andaluces, además de ser absolutamente irresponsable, puesto que nos está invitando a que valoremos nosotros mismos la gravedad de nuestra enfermedad. Señora consejera, solo puedo hablar en primera persona y de mi entorno más cercano. Desconozco el comportamiento del resto de la población, pero lo habitual es que, si tienes síntomas de resfriado, incluyendo fiebre, te tomes una pastilla para aliviar el malestar y vayas al ambulatorio si los síntomas persisten.

Otra cuestión que se ha publicado en los medios es el número de citas a las que las personas no acuden. Ya que dan cifras, sería interesante saber cuántos días han pasado desde que se pidió la consulta y qué porcentaje son telefónicas. Solo te llaman una vez y no a la hora exacta, lo cual es absolutamente lógico, pero si no respondes en ese momento, por muchas razones, no repiten la llamada. Lo digo por experiencia propia. Te quedas sin posibilidad de consulta. Y no es una queja ni al servicio de administración ni al personal sanitario, sólo puedo hablar bien de ellos.

De lo que no habla este gobierno andaluz es de los datos oficiales del Ministerio de Sanidad, que indican que somos la comunidad autónoma con menos médicos de atención primaria por cada 1.000 habitantes, en concreto, 3

Sin embargo, de lo que no habla este gobierno andaluz es de los datos oficiales del Ministerio de Sanidad, que indican que, después de Ceuta y Melilla, somos la comunidad autónoma con menos médicos de atención primaria por cada 1.000 habitantes, en concreto, 3. Tampoco menciona que Andalucía está a la cola de España en datos clave de la lista de espera quirúrgica: somos la comunidad con más pacientes en espera (203.979), la que mayor demora media presenta, superando los 4 meses (169 días), y con el mayor porcentaje de pacientes que esperan más de medio año (31,6%).

Tampoco habla de que se pide más dinero a Madrid, mientras aquí se bajan los impuestos a los ricos. Sin duda, hay dos hechos evidentes: la bajada de impuestos enriquece más a los ricos y la falta de financiación de la sanidad pública mata. Mata a los más débiles, a los más pobres y a los más desamparados.

Tras las manifestaciones de este domingo en defensa de la sanidad pública, celebradas en diferentes ciudades andaluzas, las colas mañaneras en los centros públicos de salud han desaparecido, ¡por arte de magia! Hasta el viernes 15 de diciembre, si ibas a (casi) cualquier centro andaluz de atención primaria, se repetía el mismo esperpento: una cola de pacientes esperando desde las siete y media de la mañana a que abrieran las puertas del ambulatorio a las ocho. Entre esos pacientes, que evidentemente iban con dolencias de todo tipo, veías también personas mayores y padres con niños pequeños, incluso bajo la lluvia. El propósito común era conseguir, con un poco de suerte, una cita médica para ese día con el médico de cabecera.

En octubre, fui un día a las 7:50 y cuando llegué al mostrador, directamente me dijeron que no había citas para ese día y no sabían cuándo podrían darme una, cómo si se tratara de una petición para hacerme la manicura. A la semana siguiente volví más temprano y me sentí afortunada, casi que había ganado la lotería, porque conseguí una cita telefónica para dentro de veinte días. Sin duda, querido lector o lectora, si has acudido a la sanidad pública andaluza sabes perfectamente de qué estoy hablando. Esto no es un caso aislado, es algo habitual en gran parte de los ambulatorios andaluces desde hace tiempo.