Desdeelsur es un espacio de expresión de opinión sobre y desde Andalucía. Un depósito de ideas para compartir y de reflexiones en las que participar
De cometas, camisas estampadas y anuncios de juguetes
Hace unos días en mi TL de Twitter aparecía este tuit:
Y sí, fui una de las que lo retuiteó. Supongo que todos sabemos de qué estamos hablando. Efectivamente, del aterrizaje de la sonda Philae en el cometa 67P y de la camisa de Matt Taylor, jefe científico de operaciones de la Agencia Espacial Europea.
Hubo quienes encontraron en la citada camisa, regalada por una amiga por su cumpleaños y que ella misma había diseñado, un gesto machista de este científico.
Y claro, las redes se llenaron de insultos contra este señor ensombreciendo el que, posiblemente, fuese, hasta ese momento, el mejor día de su vida profesional. Tanto que acabó pidiendo disculpas y ¡llorando!
Nos estamos volviendo gilipollas, con perdón. Y sin perdón. Somos gilipollas. Me parece increíble que alguien pueda sentirse ofendido por esta camisa porque aparecen mujeres con poca ropa. A ver si vamos a tener que vestir a la Venus de Milo. Y sobre todo, me parece lamentable que ante el hecho extraordinario de soltar una sonda sobre un cometa que viaja a 135 mil kilómetros por hora y que estaba a 28 minutos luz de nosotros (el Sol está a 8 minutos luz), esta cuestión merezca ni siquiera 140 caracteres de un tuit.
Evidentemente hay que eliminar los mensajes sexistas que favorecen la desigualdad entre sexos. Nadie lo pone en duda. Pero, evidentemente también, hay que concentrar los esfuerzos en cosas más cercanas, cotidianas y trascendentes que la camisa de un científico de la Agencia Espacial Europea.
Se me abren las carnes en esta época con los anuncios de juguetes, por ejemplo. De nada sirve todo el dinero invertido (por las distintas administraciones) en campañas de igualdad. Da la sensación de que la mayoría de los fabricantes de juguetes usan los folletos de estas campañas como papel higiénico. Basta estar atentos a los anuncios insertados en la programación infantil de cualquier cadena. Todo el esfuerzo realizado en nuestras escuelas en pro de la igualdad y en contra del sexismo se lo zampa 3 minutos de anuncios de juguetes. Y yo, desde mi ignorancia, me pregunto: ¿no se podrían controlar y/o prohibir anuncios sexistas de juguetes igual que están controlados los anuncios de tabaco y alcohol (de cierta graduación), por ejemplo? Son tan dañinos como estos últimos. ¿No deberían legislar contra esto? Si no les preocupa que todas las niñas quieran ser unas princesas hasta las trancas de adornos rosas, desde el punto de vista mercantilista, ¿no les duele el dinero invertido en campañas de igualdad que se va por el desagüe cuando Bizak, por ejemplo, te promete ser una chica total con unas estrellitas que se pegan en el pelo?
¿Quién da las licencias de apertura para sitios de recreo tan esperpénticos como este spa para niñas?
Claro que no solo las niñas, también Olay nos asegura que una mujer se mira 10 veces al día para ver qué ha cambiado y qué no. Pues mire, no. A día de hoy lo que miramos muchas mujeres no es nuestra cara en el espejo sino nuestro alrededor para ver si avanzamos en esto de la igualdad de sexos y la realidad nos da de hostias cuando pasamos por algún pasillo de El Corte Inglés y vemos estas cosas:
El enemigo no está en la Agencia Espacial Europea, lo tenemos mucho más cerca, vive entre nosotros. Y el peor enemigo que tenemos es una legislación que no tiene en cuenta el hecho diferencial (y fundamental) de que son las mujeres las que tienen que gestar y amamantar a todos los ciudadanos de este país, incluso a las bebés que no contratarán en el futuro a mujeres en edad de procrear.
En fin. Habrá que seguir pataleando. Mientras nos dejen.
Hace unos días en mi TL de Twitter aparecía este tuit: