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Opinión - Va a ser que Feijóo no es un político. Por Rosa María Artal

Un cuento chino

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Juan Manuel Moreno se va a China mientras el ovillo del reparto del dinero en la España de las autonomías se lía cada vez más. Quizás busque la meditación sobre el asunto en el país de Confucio y dé con la fórmula mágica que su partido, el PP, no consigue hallar. Más allá del ‘todos contra el pacto catalán’, y ‘todos contra Pedro Sánchez’, Alberto Núñez Feijóo debe convencer de que no hay fisuras en las once comunidades y dos ciudades autónomas que gobierna el PP sobre el modelo de financiación que quieren y proponer una alternativa al acuerdo en Cataluña. Lo mismo que la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha de concretar qué significará la financiación singular para Cataluña y cómo afectará al resto de las autonomías del régimen general si es que tan bueno es para estas como dice.

Septiembre es el mes de las asignaturas pendientes. El PP quiere examinarse el día 6. A ver si aprueba y toda su batahola no se queda en un cuento chino, en una estrategia más para debilitar al Gobierno de Pedro Sánchez hasta que este caiga. Montero no ha dicho la fecha para aclarar si el acuerdo PSC-ERC no es un concierto como el vasco, como asegura ella, o sí lo es como defiende ERC y entiende Josep Borrell. Y si lo de un estado federal, como se quiere vestir el proyecto, es también un cuento chino porque la coyuntura no da para un consenso nacional como exigiría.

Cuesta creer que la fórmula que esté pergeñando el equipo de María Jesús Montero sobre financiación autonómica deje en la cuneta a Andalucía y Valencia, donde el PSOE no gobierna ahora, pero en las que sigue teniendo una gran influencia electoral. Un millón y medio de votos en el caso andaluz. Es lo que sostiene el PP de Núñez Feijóo, que tranquiliza menos: por ahora ninguna señal en su manifiesto del día 26 para que estas comunidades dejen de ser las peor financiadas. Ninguna mención al reclamo del PP andaluz (también del PSOE e IU en Andalucía) durante una década: un reparto según el número de habitantes para garantizar los mismos servicios vivan donde vivan. Alberto Núñez Feijóo se mostró inflexible siendo presidente de Galicia: un modelo que atienda la población envejecida y dispersa como ahora. Estas son las peculiaridades de las que habla su documento. La continuidad del actual modelo no interesa a Andalucía ni a Valencia, pero no puede decirse lo mismo de otras gobernadas por el PP como la citada Galicia e incluso Madrid, el tronco del partido que sostiene a Feijóo (y que le puede hacer caer).

En la apuesta del concierto fiscal no solo está el sillón de la Generalitat de Salvador Illa y la paz social de Cataluña. Es un pacto para que Cataluña recupere su contrapeso económico al centralismo de Madrid. Un poder financiero que hostiga sin miramientos a Pedro Sánchez y simpatiza con el PP. Barcelona apuntala a Pedro Sánchez y Madrid a Feijóo. Un clásico

El presidente Moreno quiere sacar a los andaluces a la calle, como en la transición, contra privilegios catalanes. De los vascos ni habla porque lo recoge la Constitución y tampoco de los de Madrid, porque es el sostén del PP para volver a la Moncloa. No me refiero a Ayuso. Mientras el ‘procés’ debilitó a Cataluña hasta perder su hegemonía en España, Madrid engordó tanto su poder económico que le permite rebajas fiscales imposibles de asumir por otros territorios. En la apuesta del concierto fiscal no solo está el sillón de la Generalitat de Salvador Illa y la paz social de Cataluña. Es un pacto para que Cataluña recupere su contrapeso económico al centralismo de Madrid. Un poder financiero que hostiga sin miramientos a Pedro Sánchez y simpatiza con el PP. Barcelona apuntala a Pedro Sánchez y Madrid a Feijóo. Un clásico.

En las gradas, la Andalucía de Moreno se enfrenta a una ‘encrucijada’. Habrá de tomar partido cuando vuelva de China. Decidir si sigue de convidado de piedra y engordando el poder de Madrid o permite los contrapesos de la periferia. Andalucía también es periferia. Es decir, presionar un cambio de modelo que fortalezca a Andalucía aprovechando la coyuntura de Cataluña. El gobierno de Moreno no parece tener mucha confianza en que su partido llegue a un acuerdo con el Gobierno de Pedro Sánchez, y se prepara para continuar con el sistema que hay. Por ello la insistencia de la consejera de Hacienda, Carolina España, para que el departamento de Montero ceda con un fondo transitorio de nivelación que compense a Andalucía y otras comunidades de sus menores ingresos por el actual modelo. Una petición que la ministra llegó a plantear siendo consejera andaluza. Más vale pájaro en mano o como dice un proverbio chino atribuido a Confucio: “Algún dinero evita preocupaciones, mucho las atrae”.

Moreno aprovecha esta coyuntura para atraer inversiones y turistas chinos a Andalucía. Podría entenderse como un ejemplo de coordinación entre el Gobierno andaluz y el central

Carolina España forma parte de la expedición de Moreno a China. Un viaje encuadrado en la gestión del Gobierno de Pedro Sánchez para revitalizar los flujos económicos entre ambos países cuando se cumplen 50 años de la apertura de relaciones diplomáticas. Sánchez realizó un viaje institucional en marzo del año pasado al más alto nivel, con entrevistas entre otros con el presidente Xi Jinping. Meses después, en junio, fue el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, quien realizó otra visita para reforzar las relaciones comerciales con China.

En el mismo contexto, Moreno aprovecha esta coyuntura para atraer inversiones y turistas chinos a Andalucía. Podría entenderse como un ejemplo de coordinación entre el Gobierno andaluz y el central. El presidente andaluz visita China semanas antes de que lo vuelva a hacer Sánchez para inaugurar la sede del Instituto Cervantes en Shanghái. En esta ciudad culmina Moreno su periplo en China el día 5 de septiembre, con el tiempo muy ajustado para llegar el día 6 a la cita de todos los presidentes de su partido con Feijóo. ¿Llegará a tiempo para la foto de la unidad?

Juan Manuel Moreno se va a China mientras el ovillo del reparto del dinero en la España de las autonomías se lía cada vez más. Quizás busque la meditación sobre el asunto en el país de Confucio y dé con la fórmula mágica que su partido, el PP, no consigue hallar. Más allá del ‘todos contra el pacto catalán’, y ‘todos contra Pedro Sánchez’, Alberto Núñez Feijóo debe convencer de que no hay fisuras en las once comunidades y dos ciudades autónomas que gobierna el PP sobre el modelo de financiación que quieren y proponer una alternativa al acuerdo en Cataluña. Lo mismo que la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha de concretar qué significará la financiación singular para Cataluña y cómo afectará al resto de las autonomías del régimen general si es que tan bueno es para estas como dice.

Septiembre es el mes de las asignaturas pendientes. El PP quiere examinarse el día 6. A ver si aprueba y toda su batahola no se queda en un cuento chino, en una estrategia más para debilitar al Gobierno de Pedro Sánchez hasta que este caiga. Montero no ha dicho la fecha para aclarar si el acuerdo PSC-ERC no es un concierto como el vasco, como asegura ella, o sí lo es como defiende ERC y entiende Josep Borrell. Y si lo de un estado federal, como se quiere vestir el proyecto, es también un cuento chino porque la coyuntura no da para un consenso nacional como exigiría.