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OPINIÓN | 'Pesimismo y capitalismo', por Enric González

Equidistancia, abstención y nuevo partido

La “equidistancia” planea siempre como insulto en el tema “centralismo-independentismo”. Jamás nadie puede argumentar, sólo repetir “Unidad de España”. Si dice que las sociedades democráticas deben elegir su organización votando o critica injerencias en tribunales para anular reformas estatutarias de parlamentos autonómicos, “equidistante” es lo mínimo que le llueve. Luego truenos: “connivente” con la independencia unilateral, o “justificas” la violencia. Era peor cuando ETA. Pero hoy, ante la repetición electoral del 10N, todos equidistantes: la responsabilidad se reparte entre izquierdas. Es lo ecuánime.

“¿Te das cuenta –me pregunta un lector al vernos analógicamente, vida de provincias- de que el análisis extendido es que la repetición electoral es tan obra de Unidas Podemos (UP) como del PSOE?”. Cierto.

Quizá por no parecer partidista se opta por un “aunque no todos tienen el mismo grado de responsabilidad” para atribuir el disparate de dar a la derecha opción de gobernar, por igual, a papá y mamá.

Sin embargo, ¿quién la noche electoral tras oír a sus bases: “¡Con Rivera, no!”, contestó: “Nosotros no pondremos líneas rojas”? ¿Quién ha buscado más la abstención del PP y Ciudadanos que el acuerdo con UP? ¿Quién dijo que el escollo para una coalición era Pablo Iglesias? ¿Quién cuando este renunció mantuvo el No es No? ¿Quién en julio desveló un “gobierno de colaboración” en el acto de frustrarlo al filtrar los documentos? ¿Quién se ha reunido tarde, poco y decidido a repetir elecciones porque las encuestas dicen que bajarán sus rivales a derecha e izquierda, Ciudadanos y UP? Sabemos quién.

¿Implica eso que no haya habido errores de UP? No. Pero más allá de la visceralidad sobre Pablo Iglesias (del pelo a su casa, pareja y carácter), recordando que ahí estaban Juan López de Uralde, Yolanda Díaz, Ione Belarra, Enrique Santiago... ¿UP no ha dicho en septiembre que aceptaba la oferta de julio? ¿Hasta que podría investir gratis?

Pedro Sánchez decidió no presentarse, no fuera que saliera. ¿Por qué? ¿No valía nada que UP fuera clave en la moción de censura que le dio el Gobierno? ¿Nada liderar la subida del salario mínimo y la legislación de la eutanasia de los que el PSOE se pone la medalla? ¿Comprometerse a orillar su postura en Catalunya pese a ser la más sensata? ¿Ofrecer el pacto de un año de Gobierno prorrogable?

“El Círculo de empresarios prefería elecciones a un pacto con Podemos” y su presidente John de Zulueta avisa: “El pacto centrista de PSOE, Ciudadanos y PP está más cerca y nosotros estamos empujando”. Acabáramos. ¿Y si nos ahorramos votar?

Campaña pro abstención

Un fantasma recorre España: el activismo abstencionista. Estaréis al tanto porque nos invade con mensajes teléfonos y redes sociales. Shock, decepción y cabreo (llamarlo indignación sería rebajarlo) son tan grandes que es fácil manipularlos. No conozco a quien quiera que le envíen papeletas electorales. En cambio sí, a muchos, que avisan de que no votarán. Gente inteligente, comprometida, trabajadora.

Compartiendo el hartazgo, invito a preguntarnos: ¿A quién beneficiará la abstención? ¿A quién perjudicará?

Que la maraña de culpas no tape que nos jugamos si se derogan o no las reformas laborales de PP y la previa de Zapatero que nos quitaron derechos, si se garantizan las pensiones, la protección medioambiental, la ley internacional sobre migración, el progreso o la involución en vivienda, trabajo, educación, salud, igualdad, impuestos.

'Más país', ¿tercera vía o la puntilla?

Ahora emerge el partido de Errejón. Me resisto a asumir como opción nacional 'Más Madrid', ¿Más aún? Uf. No sé predecir si salvará votos del abstencionismo o será la puntilla de la división de la izquierda este 'Más país' –¿esta opción no es confusa con el 'España suma' que ofrece el PP de Casado como casa común para Vox y Ciudadanos?-. Es verdad que los socialistas de Eduardo Madina que perdieron cuando Susana Díaz con el aparato les impuso a Pedro Sánchez, que luego votaron por Patxi López para perder de nuevo ante el Sánchez que derrocó a Díaz, jamás votarían a Podemos. Pero, las bases que resucitaron al Pedro Sánchez víctima de las élites mediáticas-financieras a quienes hoy complace, ¿se dividirán?

Ojalá la brillantez intelectual que se destaca de quien fue clave para crear Podemos tras el 15M, le haga echar bien las cuentas de en qué circunscripciones suma y en cuáles resta. Ojalá saque conclusiones lúcidas de qué significa que su partido despierte más euforia en la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso (PP) que en la vicepresidenta de valencia Mónica Oltra (Compromís).

Porque un hecho es que la asamblea en el centro Galileo que ha decidido presentar Más… el 10N, a cartulina alzada, fue de 350 personas cuando hay 36,8 millones de votantes en el censo electoral. 

La “equidistancia” planea siempre como insulto en el tema “centralismo-independentismo”. Jamás nadie puede argumentar, sólo repetir “Unidad de España”. Si dice que las sociedades democráticas deben elegir su organización votando o critica injerencias en tribunales para anular reformas estatutarias de parlamentos autonómicos, “equidistante” es lo mínimo que le llueve. Luego truenos: “connivente” con la independencia unilateral, o “justificas” la violencia. Era peor cuando ETA. Pero hoy, ante la repetición electoral del 10N, todos equidistantes: la responsabilidad se reparte entre izquierdas. Es lo ecuánime.

“¿Te das cuenta –me pregunta un lector al vernos analógicamente, vida de provincias- de que el análisis extendido es que la repetición electoral es tan obra de Unidas Podemos (UP) como del PSOE?”. Cierto.