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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

La estrategia de Torres Hurtado, la denuncia

El alcalde de Granada, José Torres Hurtado, compinche de partido de Rato y Bárcenas, ha encontrado la fórmula magistral (que viene de magistrado) para perpetuarse en el poder sin necesidad de momificarse, aunque no diría yo que no haya empezado este proceso, que el hombre ya sobrepasa con creces la edad de jubilación. A pesar de este pequeño detalle, se niega a pasar a la reserva ya que considera que su misma mismidad es imprescindible para la buena marcha de la ciudad y de Andalucía toda; no en vano es el azote de la Junta, a la que se enfrenta con pasión siempre que hay motivo e incluso cuando no hay motivo.

La táctica del señor Torres Hurtado, cuyo segundo apellido no tiene nada que ver (presuntamente) con los hechos, consiste en aprovechar que un juzgado granadino ha archivado una querella del PSOE sobre una operación urbanística sospechosa para acudir a los mismos juzgados y acusar a todos los concejales socialistas por denuncia falsa y exigir a continuación que todos los imputados sean retirados de la lista para las elecciones municipales que se avecinan. ¿Es listo o no es listo mi niño?

Los ediles socialistas se fueron al juzgado tras estrellarse una y otra vez con la absolutísima mayoría de la que goza el PP, que le permite hacer de su capa un sayo y de la nuestra jirones a nada que nos descuidamos. También hay que reconocer que el regidor tuvo suerte en el juzgado, que no vio delito en el caso, al igual que no lo vio un juez gaditano en la venta de la empresa de aguas de Jerez, o el Tribunal Supremo, que libró por falta de pruebas al alcalde de Tomares de una acusación de prevaricación y malversación. Que todos sean del PP -los acusados, no los jueces- no es más que una casualidad, que los imparciales juzgadores lo mismo pueden decidir otra cosa sin que se les caigan los anillos ni los rasarios.

Por ejemplo, admitir a trámite la querella de Torres Hurtado contra los ediles rojos más que rojos; acusar de lo mismo al candidato de Estepona, David Valadez; condenar a la anterior alcaldesa de Jerez a cuatro años por desviar fondos para pagar las nóminas, o imputar a los presidentes andaluces por no enterarse del saqueo de los ERES. Que todos sean socialistas no debe ni reseñarse, que la Justicia es tuerta y actúa contra todos por igual, excluyendo al hermano de la ministra Báñez, que se le escapó a la jueza Alaya por los resquicios de la prescripción (qué casualidad, vaya por Dios).

Dirán ustedes que en el mismo caso que los ex presidentes andaluces están Rajoy y Cospedal, que de momento se van de rositas por no vigilar a sus propios mangantes, aunque su caso tiene disculpa, que son tantos y tan chorizos, que nadie puede vigilarlos a todos. Además, actuar contra el PP sería injusto y un delito de lesa patria, que todo lo han hecho por el bien de España.

El nuevo líder del PP andaluz podría aprender (¿o es aprehender?) de sus mayores y acusar a Susana Díaz de algo feo para que un juez la inhabilite. Quizá sea la única posibilidad de que pueda gobernar en Andalucía. Sólo tendría que tener un poco de suerte en la elección de un juzgado propicio a sus tesis, aunque con interponer la querella el día del año que no esté de guardia el juez rojete, todo arreglado.

La peor burguesía de España

Y que se vayan contentos los ediles del PSOE de Granada, que la cosa podría haber acabado peor. Que Pepe Torres es casi un demócrata, aunque sea el representante de la peor burguesía de España, que diría García Lorca, que por menos acabó fusilado en un descampado, por socialista y por masón. Qué tiempos aquellos, en los que los predecesores de Torres Hurtado, en la Falange y en la CEDA, no se andaban con tantos miramientos y en vez de denunciar a la oposición, la fusilaban y aquí paz y después gloria.

Si la jugada de nuestro más inane alcalde da resultado y gana las elecciones, los vecinos de este marco incomparable de belleza sin igual seguiremos labrando nuestro futuro y dentro de otros cuatro años habremos conseguido el objetivo vital del PP, que es entrar de pleno derecho en el siglo XV. Vecinos todos de Granada: ¡Socorro!

El alcalde de Granada, José Torres Hurtado, compinche de partido de Rato y Bárcenas, ha encontrado la fórmula magistral (que viene de magistrado) para perpetuarse en el poder sin necesidad de momificarse, aunque no diría yo que no haya empezado este proceso, que el hombre ya sobrepasa con creces la edad de jubilación. A pesar de este pequeño detalle, se niega a pasar a la reserva ya que considera que su misma mismidad es imprescindible para la buena marcha de la ciudad y de Andalucía toda; no en vano es el azote de la Junta, a la que se enfrenta con pasión siempre que hay motivo e incluso cuando no hay motivo.

La táctica del señor Torres Hurtado, cuyo segundo apellido no tiene nada que ver (presuntamente) con los hechos, consiste en aprovechar que un juzgado granadino ha archivado una querella del PSOE sobre una operación urbanística sospechosa para acudir a los mismos juzgados y acusar a todos los concejales socialistas por denuncia falsa y exigir a continuación que todos los imputados sean retirados de la lista para las elecciones municipales que se avecinan. ¿Es listo o no es listo mi niño?