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El estrés en los agricultores
Les encanta observar y nutrir el crecimiento de las plantas. Les encanta vivir en presencia de animales. Les encanta trabajar al aire libre. Les encanta el clima, incluso cuando les hace sentir mal. Les gusta vivir donde trabajan y trabajar donde viven. Si la escala de su explotación es lo suficientemente pequeña, les gusta trabajar en compañía de sus hijos o con la ayuda de éstos. Les encanta la medida de independencia que la vida en la explotación puede seguir proporcionando. Tengo la idea de que muchos agricultores se han tomado muchas molestias por el mero hecho de ser autónomos para vivir al menos una parte de su vida sin un jefe.
Reconocer las dificultades a las que se enfrentan los agricultores, respetando el compromiso que sienten, es un punto de partida para poder ofrecer información y recursos que puedan aliviar esas dificultades.
Es raro que un trabajo requiera una diversidad de habilidades y conocimientos como la agricultura. Piensa en la cantidad de cosas diferentes que se hacen en un día normal. El trabajo puede consistir en arreglar un tractor, atender el parto de una vaca, llevar la contabilidad de su explotación y calcular las necesidades de insumos para las distintas actividades.
La amplia diversidad de habilidades y conocimientos necesarios es sólo uno de los retos que contribuyen a que la agricultura sea una ocupación de alto estrés. El clima, la economía, las relaciones con las administraciones en el cumplimiento de la normativa vigente y muchos otros factores se combinan para crear lo que puede parecer abrumador.
Centrarse en la resiliencia es importante porque la agricultura incluye a menudo un trabajo estresante, exigente y peligroso. No siempre es posible eliminar o reducir los factores de estrés: por ejemplo, los agricultores no pueden cambiar el clima
Los desafíos de la agricultura y proporcionar estrategias y recursos para ayudar a los agricultores a construir y mantener la resiliencia necesaria para tener éxito, forma parte de estas reflexiones.
La resiliencia es la capacidad de recuperarse de los retos y seguir sintiéndose bien con la propia vida, por muy difíciles que sean los acontecimientos. Centrarse en la resiliencia es importante porque la agricultura incluye a menudo un trabajo estresante, exigente y peligroso. No siempre es posible eliminar, o incluso reducir, algunos de los factores de estrés: por ejemplo, los agricultores no pueden cambiar el clima. Fomentar la resiliencia es lo que ayuda a las personas a gestionar mejor estos retos y a minimizar el impacto que el estrés tiene en las relaciones, la salud y el bienestar de los productores. Si no se aborda, el estrés puede provocar enfermedades crónicas, así como problemas familiares y económicos que, en última instancia, pueden perjudicar a la explotación. La buena noticia es que los agricultores pueden aprender habilidades para aumentar la resiliencia y reducir el estrés.
El estrés es la experiencia psicológica que ocurre cuando las demandas del entorno superan a nuestros recursos de afrontamiento.
Cuando esto sucede, se produce un desequilibrio entre el nivel de dificultad de una tarea concreta y nuestra capacidad para resolverla, lo que conlleva un cierto desgaste en nuestro organismo. El estrés es una experiencia normal y adaptativa, que ocurre tanto dentro como fuera del trabajo, y es nuestra manera de adaptarnos a una circunstancia relativamente demandante.
No obstante, si vivimos episodios de estrés con demasiada frecuencia, intensidad o duración, ese estrés se convierte en un problema para nuestra salud física y psicológica. Por este motivo, es tan importante que las explotaciones tomen medidas para la prevención de un estrés excesivo entre sus trabajadores.
Realizar un determinado volumen de trabajo en un periodo de tiempo insuficiente para ello. Puede ser una única tarea muy demandante, o varias cosas asequibles, pero demasiadas en número. La desproporción entre el trabajo a realizar y los recursos que tenemos para ello, en este caso tiempo, genera estrés en el trabajo.
A veces las tareas en el campo se vuelven dificultosas no por falta de conocimientos o habilidades para llevarlas a cabo, sino porque no se nos explica adecuadamente qué debemos hacer. Las órdenes no son claras, o son muy variables
Independientemente del tiempo del que se disponga para realizar las tareas, si estas son con frecuencia demasiado difíciles para nuestros conocimientos o habilidades vamos a experimentar estrés en el trabajo: hay un desequilibrio entre lo que demanda la situación y nuestros recursos para responder a ello.
A veces las tareas en el campo se vuelven dificultosas no por falta de conocimientos o habilidades para llevarlas a cabo, sino porque no se nos explica adecuadamente qué debemos hacer. Las órdenes no son claras, o son muy variables. Eso dificulta la eficiencia y nos genera una inquietud que tiene que ver con el estrés en el trabajo.
El nivel de responsabilidad en el trabajo (es decir, el tener que hacerse cargo de las consecuencias de ese trabajo) puede ser muy alto y eso, en sí mismo, es estresante, aunque ambas cosas estén en consonancia. Tanto más estresante es cuando se asume una responsabilidad que no nos toca por nuestro puesto o para la que no estamos capacitados.
Cuando una tarea nos gusta, sabemos hacerla o, por lo menos, le vemos un sentido y una utilidad, es más fácil que la resolvamos adecuadamente con un desgaste asumible. Sin embargo, cuando algo no nos gusta, no sabemos muy bien cómo enfocarlo o nos parece inútil, nuestra energía está más dirigida a soportar la dificultad de realizar la tarea que a hacerla en sí misma. Esto puede ser una fuente de estrés en el trabajo.
Un equilibrio saludable está determinado menos por lo que ocurre en la vida que por los pensamientos, las acciones y los sentimientos.
Los pensamientos, los comportamientos y los sentimientos son factores clave para controlar el estrés.
Reconocer los factores de estrés que son comunes en el mundo de la agricultura crea una oportunidad para establecer conexiones y estar en buena posición para compartir ideas y herramientas concretas que se adapten bien a la persona y a la situación
Los agricultores no tienen mucho que decir sobre la cantidad de eventos potencialmente estresantes que ocurren en sus vidas. Tienen poco control sobre si los cultivos experimentan una temporada de lluvias insuficientes o si los precios de la leche caen repentinamente. Sin embargo, la forma en que los agricultores piensan sobre estos acontecimientos puede tener un gran impacto en cómo se sienten. Por otro lado, los agricultores pueden aprender a recordar que no tienen ningún control sobre esos acontecimientos, darse cuenta de que esos acontecimientos afectan a la mayoría de los agricultores y decirse a sí mismos que lo único que pueden hacer es hacerlo lo mejor posible. De este modo, pueden sentirse bien sabiendo que, pase lo que pase, entenderán que han hecho todo lo posible, y experimentarán una mayor sensación de poder interno y sentirán menos estrés.
Cuando las personas se involucran en pensamientos que exacerban su estrés, su pensamiento suele estrecharse e, irónicamente, ven menos opciones para sí mismas. Esto puede ser un lugar aterrador porque cuando los agricultores pueden estar sintiéndose peor y necesitan ser capaces de ver qué tienen opciones, pueden no ser capaces de hacerlo. Por eso puede ser importante que los agricultores aprendan y practiquen formas de pensar que les permitan mantener una perspectiva más abierta. Es parte de la construcción de la resiliencia.
Reconocer y aprender a reconocer los factores de estrés que son comunes en el mundo de la agricultura crea una oportunidad para establecer conexiones y estar en buena posición para compartir ideas y herramientas concretas que se adapten bien a la persona y a la situación. Hay que respetar el compromiso y la persistencia que pueden hacer que a algunas personas les cueste admitir que tienen problemas o que necesitan hacer cambios.
Hay que tener en cuenta que las personas cambian de comportamiento en pequeños pasos, desde la contemplación hasta las pequeñas acciones; por ello, es importante entender cuál es la mejor manera de apoyar a los agricultores para que avancen gradualmente hacia sus objetivos.
Gestionar y reducir el estrés es el camino hacia el bienestar de estos trabajadores.
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