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La Europa de las mujeres: voces en tiempos de COVID
Son 20 las voces de mujeres y hombres europeos que se unen en esta serie de vídeos lanzada en YouTube este viernes 19 de junio, con la que personalidades del mundo académico, político y del asociacionismo europeo quieren recordarle a las instituciones europeas y nacionales que no vamos a permitir que esta crisis, como tantas otras en el pasado, se salde con una factura que paguen de forma desproporcionada las mujeres y que más bien esperamos que la pandemia dela COVID ofrezca la oportunidad para reconstruir Europa desde nuevas premisas y una agenda feminista.
Muchas de las voces recuerdan la forma en que la pandemia ha afectado a niñas y mujeres de forma específica y desproporcionada. Lo hacen las eurodiputadas españolas Iratxe García Pérez y Lina Gálvez al mencionar la sobre-exposición de las trabajadoras que han estado en la primera fila combatiendo la pandemia o prestando servicios esenciales y recordando a las mujeres que, por su condición laboral precaria y su especialización en los cuidados, se han visto sobrecargadas y perjudicadas en materia de empleo o a las que han sufrido violencia en sus hogares durante el confinamiento. A su vez, Stefano Osella, investigador italiano, añade que la vulnerabilidad en términos de violencia y precariedad también ha afectado a minorías sexuales y de género, y Stefania Giannini, alta funcionaria de la UNESCO, alude al riesgo real de que, tras el cierre masivo de las escuelas en 190 países durante la pandemia, muchas niñas, que ya se han visto afectadas por la brecha digital y el ciberacoso, no regresen nunca a las escuelas.
Otras voces, como la de las profesoras María Stratigaki, Johanna Kantola y Benedita Menezes Queiros (voces griega, finlandesa y portuguesa, respectivamente) reclaman el compromiso, las estructuras, y los recursos para afianzar el liderazgo de las mujeres en la gestión de la pandemia y de la crisis apostando por una democracia paritaria que supere la actual brecha del liderazgo. Parten, para ello, de la constatación de que los países con liderazgo de Gobierno de mujeres han sufrido una sexta parte de las muertes en comparación con el resto, cosa que en parte atribuyen al hecho de que las gobernantas no han subestimado los riesgos, han optado por la prevención temprana y han priorizado el bienestar social a largo plazo frente a las preocupaciones económicas del corto.
A partir de ahí se recuerda de forma específica a las instituciones europeas la importancia de que no abandonen, sino antes bien, refuercen su compromiso con la participación paritaria en los procesos de toma de decisiones y con la transversalidad de género en todas sus políticas. El paquete de medidas de la Unión Europea para la nueva generación, recuerda Francesca Ratti (co-presidenta de Civico Europa) tiene que asegurar la igualdad de oportunidades para las mujeres y luchar en general contra la creciente desigualdad. Son necesarias medidas específicas, argumenta el eurodiputado y candidato a la presidencia polaca Robert Biedron, que solicita un Fondo Corona específico para las Mujeres, que permita la adopción de medidas en el mercado laboral y frente a la violencia apelando de forma específica a la solidaridad masculina. Otros, como el húngaro Lazlo Andor (secretario general de la European Foundation for Progressive Studies) aprovechan la ocasión para recordar que antes de la pandemia la Comisión había lanzado algunas importantes iniciativas para avanzar en la igualdad de oportunidades (por ejemplo, en materia de transparencia salarial) que ahora no pueden ser ignoradas. Son necesarias inversiones masivas en el sector de salud y de los cuidados, donde la mayoría de las trabajadoras son mujeres, además de legislación para mejorar las condiciones laborales, incluyendo el aumento del salario mínimo. El recién aprobado plan de recuperación tiene que hacer de la igualdad de género una preocupación transversal. También ha llegado el momento, recuerda la eurodiputada Frances Fitzgerald, de invertir en el avance de las mujeres en los campos digitales, de inteligencia artificial y en las ciencias stem en general.
Se trata pues de aprovechar la oportunidad para pensar en grande y sentar las premisas de un nuevo contrato social, afirma Carlien Scheele, la nueva directora del Instituto Europeo de Igualdad de Género (EIGE por sus siglas en inglés). La pandemia ofrece una ocasión perfecta, recuerda Agnès Hubert, directora del thinktank europeo G-5, para reevaluar lo que realmente importa. En este sentido, varias voces como las de la profesora Ruth Rubio, la de Joanna Maycook (Secretaria general del European Women´s Lobby) y la de Claudia de Castro (de Redscope Consulting) apelan a la necesaria y pendiente revolución de los cuidados, una revolución que reconozca que la interdependencia y la vulnerabilidad son parte de la condición humana y que las sociedades que, como las nuestras, no reflejan en su forma de organización este hecho básico, acaban descansando inevitablemente en la explotación de las cuidadoras, autóctonas o importadas, pues en Europa muchas son migrantes procedentes de países más pobres. La inquietud por la sostenibilidad de la especie en condiciones de dignidad, nos recuerda la profesora Emanuela Lombardo, incluye pero va más allá del cuidado de las personas. La sostenibilidad del medio ambiente, la lucha contra la desigualdad, la defensa de la frágil democracia forman parte, nos recuerda, de una agenda feminista bien entendida, como la que debiera abanderar la Unión Europea.
Este nuevo contrato social, dice la profesora Eleonore Lépinard, no es posible sin reevaluar el lugar y el papel de los hombres en una sociedad no patriarcal, y esto, a su vez, requiere alterar las relaciones sociales y económicas en las que participan hombres y mujeres y la percepción de la importancia del cuidado dentro de esas relaciones. La científica Sonia Contera, física y nanotecnóloga, lo ejemplifica bien, mencionando el efecto que la carga de cuidados tiene en la productividad científica de las mujeres sin que las habilidades y la dedicación a tales cuidados sean, a efectos profesionales, considerados como productividad; lo que explica por qué las científicas solteras y los científicos casados son precisamente los dos grupos que antes logran consolidarse profesionalmente. Este nuevo contrato, nos recuerda la investigadora Daniela Alaattinoglu, que cierra la serie con un melódico “¡venga Europa, no nos decepciones!”, no puede lograrse con el compromiso de solo algunos países: el feminismo no entiende de nacionalidades, el esfuerzo tiene que ser compartido.
Son 20 las voces de mujeres y hombres europeos que se unen en esta serie de vídeos lanzada en YouTube este viernes 19 de junio, con la que personalidades del mundo académico, político y del asociacionismo europeo quieren recordarle a las instituciones europeas y nacionales que no vamos a permitir que esta crisis, como tantas otras en el pasado, se salde con una factura que paguen de forma desproporcionada las mujeres y que más bien esperamos que la pandemia dela COVID ofrezca la oportunidad para reconstruir Europa desde nuevas premisas y una agenda feminista.
Muchas de las voces recuerdan la forma en que la pandemia ha afectado a niñas y mujeres de forma específica y desproporcionada. Lo hacen las eurodiputadas españolas Iratxe García Pérez y Lina Gálvez al mencionar la sobre-exposición de las trabajadoras que han estado en la primera fila combatiendo la pandemia o prestando servicios esenciales y recordando a las mujeres que, por su condición laboral precaria y su especialización en los cuidados, se han visto sobrecargadas y perjudicadas en materia de empleo o a las que han sufrido violencia en sus hogares durante el confinamiento. A su vez, Stefano Osella, investigador italiano, añade que la vulnerabilidad en términos de violencia y precariedad también ha afectado a minorías sexuales y de género, y Stefania Giannini, alta funcionaria de la UNESCO, alude al riesgo real de que, tras el cierre masivo de las escuelas en 190 países durante la pandemia, muchas niñas, que ya se han visto afectadas por la brecha digital y el ciberacoso, no regresen nunca a las escuelas.