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ANDALUCES EMIGRAOS
Se exportan trabajadores
ANDALUCES EMIGRAOS
Independizarse, trabajar en lo que les gusta, crecimiento laboral y un sueldo digno. Son objetivos tan presentes como inalcanzables para muchos jóvenes (y no tan jóvenes) andaluces. Una gestora de programas de movilidad con sedes en Sevilla y Málaga ofrece esto y más a personas con el título de Educación Infantil que no encuentran trabajo en Andalucía. Eso sí, se tienen que ir hasta Alemania para conseguirlo.
Ese es el caso de una educadora infantil sevillana a quien llamaremos Sandra para proteger su identidad. Sandra me dijo que, ante la precariedad laboral de su sector, ella decidió emprender el camino de la emigración con el apoyo de una academia donde le han ayudado con los procesos de selección, homologación de títulos, curso intensivo de alemán, encontrar trabajo y vivienda y demás pormenores de la emigración, aunque sea intracomunitaria.
Se trata del programa Vamos Europa, asociado con la universidad Carlos V, que se dedica a conectar a personas desempleadas del sur de España con potenciales ofertas de trabajo en Alemania. El servicio, que se ofrece a personas de toda España, tiene su mayor porcentaje de participantes en Andalucía, con el 27% de las más de 1.800 personas que según su página web han ayudado a recolocar en Alemania desde 2013.
Cómo puede ser que en una región donde solo podemos aspirar a quedarnos y malvivir o emigrar para tener una vida digna, haya personas que crean que los inmigrantes que llegan Andalucía lo hacen para quitarle el trabajo, o las ayudas, a alguien
El 19 de julio Sandra partirá a una ciudad cercana a Bremen, con contrato de trabajo y piso firmados, “y semillas de hierbabuena para el puchero y el gazpacho”, me dice. Está contenta e ilusionada con su decisión. “Yo tenía claro que me quería ir, tengo familia allí de un tío de mi padre que emigró en los 60”, asegura.
Todo el proceso está subvencionado y coordinado por el Gobierno alemán. Sandra, dice, solo tuvo que pagar 400 euros a la academia de los 2.000 que vale el curso, y ha recibido ayudas para la mudanza. Cuando llegue, cobrará 3.000 euros al mes como educadora infantil. El proceso, un poco largo, se ha llevado a cabo con todas las facilidades.
No son los únicos, este modelo también existe en Madrid y Barcelona con el mismo objetivo de ayudar a educadores infantiles a emigrar a Alemania. Según una de estas empresas, Helmeca, en el país germano harán falta 300.000 educadores infantiles en los próximos años para cubrir las 430.000 nuevas plazas de Educación Infantil necesarias.
Sandra y yo llevamos semanas intercambiando mensajes. A qué ciudad vas, crees que vas a echar de menos, el clima, la comida. Los típicos intercambios entre personas emigradas comparando situaciones y añoranzas.
En Andalucía, y en muchas zonas de Europa, la ultraderecha fascista está usando el odio al migrante para exaltar los ánimos de una clase alta acomodada, pero también una clase obrera precarizada
En muchos de estos mensajes, nos hemos preguntado la una a la otra cómo es posible que en una comunidad donde casi 1 de cada 5 estamos emigrados las retóricas antimigrantes que echan leña al fuego de la ultraderecha sigan triunfando.
Cómo puede ser, nos preguntábamos, que en una región donde solo podemos aspirar a quedarnos y malvivir o emigrar para tener una vida digna, haya personas que crean que los inmigrantes que llegan Andalucía lo hacen para quitarle el trabajo, o las ayudas, a alguien.
En el caso de Sandra, y muchos otros educadores infantiles que van rumbo a Alemania a hacer un trabajo que allí está en alta demanda, el Gobierno alemán prácticamente les extiende una alfombra roja en recibimiento. “Aquí sois necesarios, aquí sois queridos”, les dicen.
Mientras, en Andalucía, y en muchas zonas de Europa, la ultraderecha fascista está usando el odio al migrante para exaltar los ánimos de una clase alta acomodada, pero también una clase obrera precarizada. El eterno “vienen a robarte el trabajo”, o “les dan todas las ayudas”.
El sentimiento anti-inmigrante, que está basado en el racismo y la xenofobia, campa a sus anchas por Europa cuando, en realidad, todos los países necesitamos, de una manera u otra, inmigrantes. Vengan en avión y alfombra roja, o patera y pie en arena.
Independizarse, trabajar en lo que les gusta, crecimiento laboral y un sueldo digno. Son objetivos tan presentes como inalcanzables para muchos jóvenes (y no tan jóvenes) andaluces. Una gestora de programas de movilidad con sedes en Sevilla y Málaga ofrece esto y más a personas con el título de Educación Infantil que no encuentran trabajo en Andalucía. Eso sí, se tienen que ir hasta Alemania para conseguirlo.
Ese es el caso de una educadora infantil sevillana a quien llamaremos Sandra para proteger su identidad. Sandra me dijo que, ante la precariedad laboral de su sector, ella decidió emprender el camino de la emigración con el apoyo de una academia donde le han ayudado con los procesos de selección, homologación de títulos, curso intensivo de alemán, encontrar trabajo y vivienda y demás pormenores de la emigración, aunque sea intracomunitaria.