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La fórmula Málaga
El PP está convencido de que Málaga es su talismán electoral. La elección de la capital de la Costa del Sol para celebrar en junio la cumbre de los populares europeos para impulsar la campaña de Alberto Núñez Feijóo en las elecciones generales avala esta suposición. Coincide el anuncio con otro de Juanma Moreno de resucitar el AVE Sevilla-Málaga impulsado por Manuel Chaves y Magdalena Álvarez y aparcado por la crisis económica. Una conexión que pondría a las dos principales capitales andaluzas a 55 minutos en tren frente a las dos horas actuales pasando por Córdoba. Nada es casual en la estrategia de ganar unas elecciones. La propuesta de Moreno está enfocada a las municipales de mayo. Según las encuestas del Centro de Estudios Andaluces (Centra) de la Junta de Andalucía, el PP ganaría con holgura en todas las capitales andaluzas salvo Sevilla y Jaén. La cumbre de los populares europeos de junio en Málaga, capital que no se le resiste al PP desde 1995, sería el brindis al éxito de las municipales y la llave para comenzar el asalto a la Moncloa. Este es el itinerario bajo una fórmula que ha dado resultado en la conquista de San Telmo con Elías Bendodo, coordinador general del PP, como jefe de laboratorio. Málaga es el nombre de esa fórmula.
El PP ya ha sido fuerza hegemónica en Andalucía en unas generales, pero nunca dejando al PSOE a tanta distancia como ahora pronostican las encuestas gracias al gobierno de la Junta y a la mayoría absoluta de Juanma Moreno. Y este triunfo comenzó con esa fórmula Málaga de la que Elías Bendodo tanto presume. No solo porque el coordinador del PP y el presidente de la Junta sean malagueños, sino por su tino de calar en el electorado moderado de centro con la herramienta de apropiarse de los logros del PSOE, sean nacionales o autonómicos, y hacer oposición a los gobiernos socialistas a base de agravios, sean también central o regional. Todo ello facturado con una estrategia de marketing bien costeada e inteligente, machacona en mensajes sin rigor y un estilo moderado y elegante en las formas. El alcalde Paco de la Torre, a quien Bendodo quiso moverle la silla sin éxito cuando era presidente de la Diputación y presidente del PP de Málaga, sirve de ejemplo.
Hoy los medios de comunicación nacionales atribuyen al actual alcalde de Málaga la imagen de una ciudad moderna y culta, la de los museos y abierta al mar. Sin restar méritos a su hacer como alcalde con proyecto de ciudad, la Málaga de Paco de la Torre mana de la del socialista Pedro Aparicio, el gran visionario de la Málaga culta, que recuperó el Teatro Cervantes en los ochenta y proyectó la rehabilitación del centro histórico, además de impulsar un plan estratégico de la capital del que luego se han servido los sucesivos gobiernos municipales del PP. La vitola de ciudad de los museos no se entiende sin el acicate del Museo Picasso y que se debe no solo a la voluntad de Christine y Bernard Picasso, sino también a la prioridad política presupuestaria de Manuel Chaves y al empeño sin resuello de su consejera de Cultura Carmen Calvo (luego ministra con José Luis Rodríguez Zapatero y Pedro Sánchez). A partir de los museos Picasso y el importantísimo de la Aduana (impulsado también por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero con Carmen Calvo de ministra) parte toda la recuperación y revalorización lujosa del centro histórico de Málaga. Las grandes infraestructuras como el parque tecnológico, la bellísima modernización del puerto abierto a la ciudad y el AVE de Madrid a Málaga, entre otras, también son en gran parte medallas socialistas, pero cuelgan del pecho del alcalde de la ciudad, en este caso del PP. Ocurre muchas veces con las mejoras en una ciudad, sea cual sea el signo político del regidor, el ciudadano las atribuye a este. El ciudadano no se equivoca, pero sí quienes no saben vender su propia gestión.
Moreno ha practicado la envolvente institucional de Paco de la Torre para hacer suyas las inversiones del Gobierno de Pedro Sánchez, hasta colarse en la foto de protagonista de todos los anuncios de nuevas infraestructuras estatales
La fórmula Málaga, no obstante, puede que no sirva para ganar elecciones, pero sí para mantenerse en el poder. Juanma Moreno, con Elías Bendodo de director de campaña, no obtuvo buen resultado en 2018, pero las circunstancias conocidas (la alianza con Ciudadanos y Vox) les condujeron a ambos a la Junta de Andalucía. La fórmula sí sirvió para que el PP haya conquistado la mayoría absoluta. Juanma Moreno, con particulares aportaciones, ha practicado la envolvente institucional de Paco de la Torre para hacer suyas las inversiones del Gobierno de Pedro Sánchez, como las inyecciones de financiación de la sanidad en la pandemia o el auxilio a los empresarios, autónomos y trabajadores, hasta colarse en la foto de protagonista de todos los anuncios de nuevas infraestructuras estatales. Sonado fue su viaje junto a Paco de la Torre en tren desde Granada a Málaga en el estreno de una conexión recuperada por el Gobierno de Sánchez como si fueran los artífices. Todo ello sienta mal en Moncloa, pero la culpa no es de las habilidades de Moreno, sino de las torpezas del PSOE. Cuando Moreno repesca el proyecto del AVE Sevilla-Málaga a través de Antequera, un clamor de muchos empresarios y viajeros, la réplica del PSOE andaluz es que la prioridad es Almería y Huelva, como si las conexiones con estas ciudades eliminasen la otra. Ninguna es posible realizarse antes de las elecciones municipales y generales porque no están en ningún presupuesto, ni estatal ni autonómico. Se trata de un brindis al sol electoral. El alcalde de Sevilla, el socialista Antonio Muñoz, a quien Moreno le hace la envolvente una y otra vez, supo darse cuenta de la trampa y salió raudo en defensa de la propuesta del presidente andaluz.
La fórmula Málaga es ya la fórmula Andalucía, y la cumbre de los conservadores europeos de junio va por este derrotero. El PP nacional celebró una interparlamentaria en Sevilla en víspera de las elecciones andaluzas de 2018 con un invitado estrella, Manfred Weber, entonces aspirante a candidato a presidir la Comisión Europea. Weber se quedó con las ganas, pero su anfitrión, Juanma Moreno, entonces desconocido y poco relevante, gobierna ahora una de las regiones más populosas de Europa. Weber ha bendecido la coalición con los partidos de extrema derecha para conquistar gobiernos, como el de Italia de Giorgia Meloni, una clara invitación a Núñez Feijóo a coaligarse con Vox. El referente de Weber no es la primera ministra italiana, sino el presidente andaluz al que ha recibido varias veces en Bruselas y que ha acuñado una impronta de centrista amable tras su primera presidencia gracias a la extrema derecha. La cumbre de Málaga será la del reconocimiento del PP europeo a Moreno y la de un mensaje a Feijóo: a ver si tú logras lo mismo.
El PP está convencido de que Málaga es su talismán electoral. La elección de la capital de la Costa del Sol para celebrar en junio la cumbre de los populares europeos para impulsar la campaña de Alberto Núñez Feijóo en las elecciones generales avala esta suposición. Coincide el anuncio con otro de Juanma Moreno de resucitar el AVE Sevilla-Málaga impulsado por Manuel Chaves y Magdalena Álvarez y aparcado por la crisis económica. Una conexión que pondría a las dos principales capitales andaluzas a 55 minutos en tren frente a las dos horas actuales pasando por Córdoba. Nada es casual en la estrategia de ganar unas elecciones. La propuesta de Moreno está enfocada a las municipales de mayo. Según las encuestas del Centro de Estudios Andaluces (Centra) de la Junta de Andalucía, el PP ganaría con holgura en todas las capitales andaluzas salvo Sevilla y Jaén. La cumbre de los populares europeos de junio en Málaga, capital que no se le resiste al PP desde 1995, sería el brindis al éxito de las municipales y la llave para comenzar el asalto a la Moncloa. Este es el itinerario bajo una fórmula que ha dado resultado en la conquista de San Telmo con Elías Bendodo, coordinador general del PP, como jefe de laboratorio. Málaga es el nombre de esa fórmula.
El PP ya ha sido fuerza hegemónica en Andalucía en unas generales, pero nunca dejando al PSOE a tanta distancia como ahora pronostican las encuestas gracias al gobierno de la Junta y a la mayoría absoluta de Juanma Moreno. Y este triunfo comenzó con esa fórmula Málaga de la que Elías Bendodo tanto presume. No solo porque el coordinador del PP y el presidente de la Junta sean malagueños, sino por su tino de calar en el electorado moderado de centro con la herramienta de apropiarse de los logros del PSOE, sean nacionales o autonómicos, y hacer oposición a los gobiernos socialistas a base de agravios, sean también central o regional. Todo ello facturado con una estrategia de marketing bien costeada e inteligente, machacona en mensajes sin rigor y un estilo moderado y elegante en las formas. El alcalde Paco de la Torre, a quien Bendodo quiso moverle la silla sin éxito cuando era presidente de la Diputación y presidente del PP de Málaga, sirve de ejemplo.