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Los guiños a los ricos pasan factura

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Los guiños a los ricos en Andalucía son un ejercicio de funambulista de difícil equilibrio. Al presidente Moreno no parecía preocuparle perder pie una y otra vez, convencido de estar a salvo si cae en la incongruencia por la mullida red de su mayoría absoluta. Cruzar el alambre hacia el escaparate nacional, sin embargo, le está costando al presidente andaluz su credibilidad como político moderado y consecuente. La bronca nacional por el modelo de reparto del dinero a las autonomías con el cupo catalán como disenso le descose el traje. No se puede estar denunciando asfixia de las arcas andaluzas por la falta del dinero estatal cuando su blasón político es el de la rebaja de los tributos cedidos; sobre todo cuando el eslogan tan goloso de la “bajada de impuestos” se reduce en la práctica a las rentas altas y altísimas.

El presidente andaluz ha hecho de ‘Moreno mano tendida’ tras su entrevista con Pedro Sánchez. Ha recibido a la oposición (las izquierdas y Vox) en San Telmo y la respuesta de esta ha sido una esperada bronca. Todo es previsible. También el tocho de propuestas. Entiende la oposición que ha ido a la Moncloa no para defender los intereses de Andalucía, sino para apuntalar, junto al resto de barones del PP, la estrategia “partidista” de Alberto Núñez Feijóo para no darle a Pedro Sánchez ni agua (Lean la crónica de Dani Cela en elDiario.es).

Reclamar una mayor financiación del Estado a la Junta era una vieja cantinela en Andalucía, tarareada al unísono por todos los grupos políticos. Moreno también ha entonado a voz en grito que Andalucía es una comunidad que pierde dinero con el actual modelo de reparto, caducado en 2014. Pero ahora renuncia a negociar de forma bilateral con el Gobierno una mejora y cambios cuando el cupo catalán se lo pone a huevo. El Estatuto lo permite. El presidente Moreno lo admite, pero no está dispuesto a servir de coartada a Sánchez para que acredite la debilidad de Feijóo si sus barones se dividen sobre el rechazo a la financiación singular de Cataluña como arma para erosionar a Sánchez. Moreno es leal a su líder y a su partido, del mismo modo que Juan Espadas lo es a Pedro Sánchez y al PSOE cuando asegura que el concierto catalán no perjudicará a Andalucía cuando todavía no se sabe cómo será. 

"No se puede decir que faltan recursos cuando regalas miles de millones de euros a los ricos andaluces y cuando renuncias a dinero que puede venir muy bien a los servicios públicos fundamentales de la sanidad, la educación y la dependencia", replica en la Cadena Ser Nuria López, secretaria general de CCOO Andalucía

No es la fidelidad partidista lo que estropea el traje de Moreno, sino la reiteración de contradicciones entre lo que dice y la realidad. Denunciar que la tesorería de la Junta está “al límite” por la infrafinanciación estatal mientras renuncia a la quita de la deuda con el Gobierno (25.000 millones de euros) invita a no creerle. El agravio por el dinero está perenne en todos sus discursos, sobre todo desde las quejas por la gestión de la sanidad y educación, que se ha cobrado cambios de consejeros y un rapapolvo de la Intervención de la Junta por contratos de obras, servicios o inyecciones a la sanidad privada a dedo.

Andalucía “ha llegado al tope de sus capacidades financieras” para costear la sanidad, educación y servicios sociales, dijo hace semanas después de conocerse que ha devuelto al Gobierno 112 millones de euros de fondos europeos para guarderías públicas. Otras comunidades, algunas de su partido, se han aprovechado del desprecio andaluz. Por estas incoherencias el presidente andaluz no va a encontrar el apoyo que busca contra el cupo catalán en los agentes sociales, los de mayor capacidad movilizadora, aunque algunos desconfíen del acuerdo para investir a Salvador Illa. “No se puede decir que faltan recursos cuando regalas miles de millones de euros a los ricos andaluces y cuando renuncias a dinero que puede venir muy bien a los servicios públicos fundamentales de la sanidad, la educación y la dependencia”, replica en la Cadena Ser Nuria López, secretaria general de CCOO Andalucía. Este es el panorama.

Y es que desde su elección como presidente en 2019, su primera acción fue la supresión del impuesto a las herencias de más de un millón de euros y más rebaja del IRPF a las rentas de alto poder adquisitivo que a las otras. Luego vino la eliminación del impuesto de patrimonio a los millonarios, sobre la que tuvo que recular a medias al aprobar el Gobierno de Sánchez un tributo temporal a las grandes fortunas y fracasar su intento (junto a otros barones del PP) de que el Tribunal Constitucional lo volteara. Ahora insiste en que en el nuevo Presupuesto de 2025 habrá más rebajas fiscales. Inmaculada Nieto, portavoz de Por Andalucía, califica con acierto de “disparatado carrerón” la rebaja de tributos de Moreno para competir con otras comunidades, sobre todo Madrid. Juan Espadas apunta algo interesante: que la Junta recibe más con el actual modelo de financiación que durante las crisis de lo que admite Moreno porque la economía y el empleo crecen de forma positiva.

Moreno debería asomarse desde el alambre y superar el vértigo de las contradicciones. O bajar a la tierra y contrastar la realidad con esa teoría absurda en Andalucía de que menos impuestos a los poderosos genera más riqueza a los demás

El presidente andaluz es un equilibrista que trata de conjugar en sus discursos la herencia socialdemócrata de sus antecesores (como una sanidad pública potente pese a los agujeros tras las crisis) con el liberalismo unas veces más ultra que otras de las derechas europeas, como depositar en la iniciativa privada la gestión de lo público o fomentar la competencia privada a las universidades públicas. Los vientos corren por esta última dirección en Europa y ya veremos, si Trump vuelve a la Casa Blanca, cómo van a soplar de fuerte en Andalucía.

Moreno debería asomarse desde el alambre y superar el vértigo de las contradicciones. O bajar a la tierra y contrastar la realidad con esa teoría absurda en Andalucía de que menos impuestos a los poderosos genera más riqueza a los demás. El mimo de los poderes públicos a los ricos solo trae desigualdades. Un informe de Oxfam Intermón publicado en el marco de las sesiones de la Asamblea de la ONU lo describe con crudeza: Ese 1% más rico que posee mayor riqueza que el 95% de la población mundial ejerce un poder inquietante sobre los gobiernos para cambiar leyes y favorecer sus intereses. Cada día los ricos son más ricos. Hasta el nuevo primer ministro de Francia, Michel Barnier, de la familia política del PP de Moreno, ha entendido que hay que ponerle freno, que paguen más, en lugar de lo contrario. 

Los guiños a los ricos en Andalucía son un ejercicio de funambulista de difícil equilibrio. Al presidente Moreno no parecía preocuparle perder pie una y otra vez, convencido de estar a salvo si cae en la incongruencia por la mullida red de su mayoría absoluta. Cruzar el alambre hacia el escaparate nacional, sin embargo, le está costando al presidente andaluz su credibilidad como político moderado y consecuente. La bronca nacional por el modelo de reparto del dinero a las autonomías con el cupo catalán como disenso le descose el traje. No se puede estar denunciando asfixia de las arcas andaluzas por la falta del dinero estatal cuando su blasón político es el de la rebaja de los tributos cedidos; sobre todo cuando el eslogan tan goloso de la “bajada de impuestos” se reduce en la práctica a las rentas altas y altísimas.

El presidente andaluz ha hecho de ‘Moreno mano tendida’ tras su entrevista con Pedro Sánchez. Ha recibido a la oposición (las izquierdas y Vox) en San Telmo y la respuesta de esta ha sido una esperada bronca. Todo es previsible. También el tocho de propuestas. Entiende la oposición que ha ido a la Moncloa no para defender los intereses de Andalucía, sino para apuntalar, junto al resto de barones del PP, la estrategia “partidista” de Alberto Núñez Feijóo para no darle a Pedro Sánchez ni agua (Lean la crónica de Dani Cela en elDiario.es).