Desdeelsur es un espacio de expresión de opinión sobre y desde Andalucía. Un depósito de ideas para compartir y de reflexiones en las que participar
El interés que tenéis por despolitizar… lo que os interesa
Que sí.
Que el feminismo es política.
Que las pensiones son política.
Por eso hay pancartas y mensajes en esas manifestaciones de sindicatos, de partidos o de asociaciones que entienden que estos temas son asuntos políticos.
Que no se creen juzgados de violencia de género o se recorte en igualdad es política. Que se vacíe la hucha de las pensiones, que se beneficie a los bancos y sus planes privados y se revalorice la pensión unos céntimos es política.
Digo esto nada más comenzar porque llevamos una racha continua donde se intenta despolitizar todo lo que tiene una reivindicación social. Alejar la salud, la educación, las pensiones, el feminismo o el antirracismo de la política forma parte de una estrategia de manipulación y, en su fin último, de desmovilización.
Por supuesto que hay cuestiones que forman parte de los principios, de la moral y la ética. Y muchas de estas forman parte de los derechos. Dicen que estas demandas son solo movimientos sociales. Y sí, son movimientos sociales, pero si algo se ha demostrado en este tiempo es que todos los movimientos requieren de la política para que se materialicen sus reivindicaciones.
Lo hemos visto en la PAH, con la plataforma de la hepatitis C, con la Plataforma en Defensa de la Ley de Dependencia, con Coca Cola en Lucha, con la Asociación de Memoria Histórica, con las Kellys… Son movimientos sociales, de reivindicación de nuestros derechos, sí. Pero también son movimientos que necesitan de la política, justo porque hay derechos que no se protegen y han dejado de ser tratados como asuntos políticos.
Cuando se da 0 euros a la partida de Memoria Histórica se trata de ideología política pura y dura. Cuando 104 personas mueren al día sin recibir su prestación por dependencia es política. Porque la política es cuestión de prioridades: o de priorizar la justicia social o de priorizar la desigualdad social.
Alejar todos estos asuntos de la política, entre otras consecuencias, tienen un fin muy concreto: que cuando vayas a votar puedas hacerlo incluso por aquellos que van en contra de tus intereses. Es decir, aleja que estas cuestiones sean entendidas como un problema cuyas soluciones se articulan a través de partidos políticos.
Hablando en plata. Cuando dicen que estos temas no se deben politizar se están limpiando las manos, y así no se les señala su responsabilidad como cargos públicos y elegidos. Es el paso atrás de los partidos neoliberalistas, para dar su espacio al sistema económico y empresarial, para que sea este el que haga “política” a su estilo. Que no es otro que el de mirar por su bolsillo.
Cuando estos partidos cuestionan los principios que los movimientos sociales defienden, obviamente, es porque ellos no defienden esos mismos principios. Porque cuando NO se tratan estos asuntos, de derechos fundamentales, como política todo queda en manos del individualismo, de una ciudadanía como productora-consumidora donde el mensaje es “sálvese quien pueda”. De los intereses colectivos a los particulares.
Eso sí, también hay excepciones más que calculadas. Cuando bien les viene, politizan hasta lo que no debe ser politizable, como la elección de ciertos cargos de la justicia. O bien buscar a víctimas de atentados, o padres y madres cuyos hijos han sido asesinados, para usarlos a su antojo en el desarrollo de leyes que sí que les interesan.
Es lo que tienen la estrategia “política”.
Que sí.
Que el feminismo es política.