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Con la lengua fuera
Qué razón tenía Alejandro Dumas jr. cuando aseguró que prefería los malvados a los tontos, ya que los malos descansaban algún día, pero los necios, nunca. La cita viene a cuenta de la bobería que regurgitó el otro día el ex portavoz de la CUP Antonio Baños, que se sumó a la lista de políticos españoles que hacen mofa del acento andaluz, al comentar una charla dictada en Sevilla por el periodista Enric Juliana sobre el problema catalán. Tras la conferencia, el tal Baños se sintió en la necesidad de compartir sus pensamientos con nosotros a través de Twitter y escribió: “Pisha, ehplícanos el embroyo catalufo anteh de uno finoh”.
Pues bien, voy a ‘ehplicárselo’, no sin ‘anteh’ atizarme un ‘finoh’, que las gilipolleces a palo seco se me atragantan más. El ‘embroyo’, básicamente consiste en que una de las autonomías más ricas de España quiere ser más rica todavía (la pela es la pela), sobre todo contribuyendo menos a los gastos comunes, sin renunciar por ello a un mercado de 47 millones de criaturitas ni a jugar en la Liga Española de Fútbol. Así, al grito de ‘Espanya ens roba’, los líderes independentistas del territorio que tiene una renta per cápita de 28.590 euros y un 12,6% de paro, todavía se atreven a hacer burla de los sufridos andaluces, que disfrutamos de una renta de 17.651 euros y un 24,4% de desempleo.
Para lograrlo, que lo hará (lo de pagar menos, no la independencia), la burguesía catalana tiene un aliado fiel, la CUP revolucionaria y anticapitalista, que se enorgullece en haber hecho ‘president’ al representante del partido burgués más corrupto de la historia de España, el PdCat, eso sí, con permiso del PP. Es lo que en política se llama un tonto útil, aunque siempre lo hemos llamado mamporrero.
Esta abducción de gentes proletarias por las corbatas de seda y los visones de Sant Gervasi y Vallvidrera tiene su explicación en el ‘síndrome del Paralelo’, que es como el de Estocolmo, pero sin secuestro a punta pistola. De esta forma, algunos lelos se creen que les dejarán sentarse a la mesa del padre (Pujol) cuando se consiga la independencia, sin saber que gentes tan charnegas como Antonio Baños y Anna Gabriel, descendientes de murcianos o andaluces, nunca serán del agrado de la excelsa Marta Ferrusola, esposa de Pujol, madre de la patria y señora de Catalunya y Andorra, proveniente de la mismísima pata de Wifredo el Velloso.
Del mallorquín al bable
Lo que me extraña de todo el asunto es que el PSOE (sector guaperas) no se haya hecho lenguas de esta polémica idiomática, ya que les veo muy preocupados últimamente por la diversidad patria. Así, en Catalunya, el PSC se muestra contrario a modificar la inmersión lingüística, como pide algún barón socialista, aduciendo que los niños charnegos ya han aprendido a bucear. En Baleares, la muy sanchista Francina Armengol también pretende inundar la Sanidad en la marea del catalán, obligando al personal sanitario a aprender el idioma de Verdaguer y Guardiola, para así mejor tratar el colon irritable.
En la otra punta, en Asturias (que eso “sí que es España, lo demás es tierra conquistada”) también los sanchistas, sector PSOE, están muy preocupados por el abandono secular que sufre el bable (qué ye, ho) y han propuesto que sea idioma oficial del Principado tras el encendido debate surgido en lo más profundo de la sociedad asturiana entre al menos dos docenas de personas, que ya son muchas más del número que exigieron que se les atendiera en catalán en un hospital balear, que fue uno.
Como ven, tres fecundísimos debates, que unidos al también inexcusable de las portavozas y portavoces, colocan al PSOE en el centro de la política nacional y en el corazón de los votantes, sobre todo de los parados y paradas, los trabajadores temporales y temporalas, los paraliticados y paraliticadas, los desahuciados y desahuciadas y los pensionistas y pensionistos. Sobre todo de estos últimos, que ya estamos con la lengua fuera y a punto de que nos dé un paparajote, que diríamos en panocho. Pisha, llena que nos vamos.
Qué razón tenía Alejandro Dumas jr. cuando aseguró que prefería los malvados a los tontos, ya que los malos descansaban algún día, pero los necios, nunca. La cita viene a cuenta de la bobería que regurgitó el otro día el ex portavoz de la CUP Antonio Baños, que se sumó a la lista de políticos españoles que hacen mofa del acento andaluz, al comentar una charla dictada en Sevilla por el periodista Enric Juliana sobre el problema catalán. Tras la conferencia, el tal Baños se sintió en la necesidad de compartir sus pensamientos con nosotros a través de Twitter y escribió: “Pisha, ehplícanos el embroyo catalufo anteh de uno finoh”.
Pues bien, voy a ‘ehplicárselo’, no sin ‘anteh’ atizarme un ‘finoh’, que las gilipolleces a palo seco se me atragantan más. El ‘embroyo’, básicamente consiste en que una de las autonomías más ricas de España quiere ser más rica todavía (la pela es la pela), sobre todo contribuyendo menos a los gastos comunes, sin renunciar por ello a un mercado de 47 millones de criaturitas ni a jugar en la Liga Española de Fútbol. Así, al grito de ‘Espanya ens roba’, los líderes independentistas del territorio que tiene una renta per cápita de 28.590 euros y un 12,6% de paro, todavía se atreven a hacer burla de los sufridos andaluces, que disfrutamos de una renta de 17.651 euros y un 24,4% de desempleo.