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OPINIÓN | 'Pesimismo y capitalismo', por Enric González

Manifestaciones en carnaval

11 de febrero de 2024 21:59 h

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Están en las carreteras e incluso amenazan con paralizar las ciudades. Son los agricultores y ganaderos, un conglomerado difuso compuesto por grupos de procedencia distinta e intereses a veces enfrentados. Pequeños y medianos, agricultores familiares, los grandes disfrutones de la PAC permanecen en otro plano. Aunque haya gentes de izquierdas, agroanarquistas de Estado, van juntos por eso que llaman unidad de acción. Sin embargo, hay un manto común visible que sobresale: es la aparatología de oposición a Sánchez, la simbología y el merchandising así lo pone de manifiesto. Digamos, por ser benévolos, que los agricultores se están dejando representar por la extrema derecha, y claro que a algunos no les gusta que se diga, pero se ve.

Pero hay un fundamento común, el malestar del agro. La subordinación de la agricultura a los intereses geopolíticos europeos detrás de los sistemas de preferencias comerciales y arancelarias, la excesiva obsesión de los eurócratas por el papeleo, los objetivos ambientales; otro pesar es que mientras que la agricultura genera incesantes beneficios, los menos van a parar a los agricultores, la mejor parte va a los grandes tenedores de posiciones dominantes, sea en la producción, comercialización o transformación. Los pequeños y medianos agricultores, la agricultura familiar están a la zaga, en lo peor, de tal manera que la PAC es hoy una política degenerada con relación a sus objetivos fundacionales, apenas sin parentesco con las primeras políticas y sus principios, allá por 1962 .

Late entre los timoneles un deseo de hundimiento del PSOE en las elecciones europeas como eslabón de un deterioro constante del Gobierno

Sin embargo, detrás del visible carácter poliédrico de la protesta, de la suavidad contra las empresas comercializadoras, a veces beneficiarias de grandes ayudas europeas –aunque se reclame al mismo tiempo, con razón, mayor firmeza en la aplicación de la Ley de la cadena alimentaria–, detrás de la protesta contra los distintos regímenes preferenciales que compiten con frecuencia con deslealtad con los europeos, hay algo más, mucho más, y una confesión. Hay alguien al mando, quizá una mano invisible de los negocios agrícolas, que lo afirma y lo explicita: son las elecciones europeas.

Estaría bien si el verdadero objetivo fuera ese. Un cambio en la dirección política de la UE vendría bien, pero parece desenfocado. En todo caso hay una distorsión entre lo que pasa en España, donde obviamente también habrá elecciones europeas, y lo que pasa en Europa, igualmente movilizada, porque en el totum revolutum de la protesta late entre los timoneles un deseo de hundimiento del PSOE en dichas elecciones, y no como meta para la obtención de sus justas reivindicaciones, sino como eslabón de un deterioro constante del Gobierno que lo debilite y acabe abriendo paso a las derechas.

Y digo desenfocado porque si fuera de verdad sería razonable, pero resulta que es la UE la que toma las decisiones en agricultura y no Pedro Sánchez, sea en la producción o en políticas estructurales, como en las ambientales comerciales y arancelarias, todas políticas europeas por encima de las españolas .

Instituciones europeas con la derecha a los mandos

Es decir, quienes tienen la llave de solucionar lo que pasa, de acometer una reforma de la PAC que vuelva a sus orígenes, son las instituciones de la Unión; veamos por este orden, Parlamento Europeo, colegislador y autoridad presupuestaria; Comisión Europea, ejecutivo y titular de la iniciativa legislativa; y Consejo Europeo y de la Unión Europea, motores políticos y también colegisladores.

Son elecciones al Parlamento Europeo. La cámara europea tiene 705  eurodiputados. La mayoría la tiene el grupo PPE, es decir, la derecha, con 177 escaños, seguida de lejos por el S&D, socialdemócratas, con 142. La presidencia de la institución está a cargo de Roberta Metsola, maltesa del Partido Nacionalista, igualmente popular.

La Comisión Europea está presidida por Ursula von der Leyen, del CDU alemán, igualmente del grupo popular, y el comisario de Agricultura es un polaco conservador populista de derechas, miembro de Ley y Justicia, un partido que se desenvuelve entre la derecha y la extrema derecha, Janusz Wojciechoski.

El Consejo Europeo está presidido por el liberal conservador belga, Charles Michel, y cuenta entre sus 27 miembros, de mayoría conservadora, con un solo español, socialdemócrata, Pedro Sánchez. El Consejo de la UE, de mayoría conservadora, por su parte, cuando trata sobre agricultura, cuenta igualmente con un solo español, Luis Planas, ministro de Agricultura, socialdemócrata.

Con este panorama político en la UE, ¿contra quién protestan los agricultores? Desde luego vendría bien para esto y otras cosas, un cambio en el Parlamento Europeo. En esto, como en otras cosas, tienen razón los agricultores. Si es que se trata de eso.

Están en las carreteras e incluso amenazan con paralizar las ciudades. Son los agricultores y ganaderos, un conglomerado difuso compuesto por grupos de procedencia distinta e intereses a veces enfrentados. Pequeños y medianos, agricultores familiares, los grandes disfrutones de la PAC permanecen en otro plano. Aunque haya gentes de izquierdas, agroanarquistas de Estado, van juntos por eso que llaman unidad de acción. Sin embargo, hay un manto común visible que sobresale: es la aparatología de oposición a Sánchez, la simbología y el merchandising así lo pone de manifiesto. Digamos, por ser benévolos, que los agricultores se están dejando representar por la extrema derecha, y claro que a algunos no les gusta que se diga, pero se ve.

Pero hay un fundamento común, el malestar del agro. La subordinación de la agricultura a los intereses geopolíticos europeos detrás de los sistemas de preferencias comerciales y arancelarias, la excesiva obsesión de los eurócratas por el papeleo, los objetivos ambientales; otro pesar es que mientras que la agricultura genera incesantes beneficios, los menos van a parar a los agricultores, la mejor parte va a los grandes tenedores de posiciones dominantes, sea en la producción, comercialización o transformación. Los pequeños y medianos agricultores, la agricultura familiar están a la zaga, en lo peor, de tal manera que la PAC es hoy una política degenerada con relación a sus objetivos fundacionales, apenas sin parentesco con las primeras políticas y sus principios, allá por 1962 .