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El PP andaluz apuesta por la resta que suma con C's

Cuando el Partido Popular decidió en el pasado mes de enero celebrar en abril una convención nacional en Sevilla para, entre otros motivos, relanzar al presidente del PP andaluz Juanma Moreno, el caso Cifuentes no existía. Moreno no tiene responsabilidad alguna de que en el cónclave popular que se clasura este domingo todo gire en torno al invisible máster de la presidenta de la Comunidad de Madrid; a lo que diga y haga Cifuentes; a los que opinan lo que debe decir y hacer Cifuentes; a las interpretaciones sobre la intensidad del saludo de Mariano Rajoy a Cifuentes y las del abrazo y el cierre de filas decretado por Dolores de Cospedal en torno a Cifuentes; a los que apuestan por la dimisión inmediata de Cifuentes y a los que, por el contrario, aconsejan resistencia.

El caso Cifuentes lo ha tapado todo y el primer damnificado ha sido Juanma Moreno. Está claro que el PP de Rajoy tiene asuntos muy urgentes que resolver (Catalunya, Cifuentes, los Presupuestos), pero alguien en la dirección nacional del partido debería saber que la primera prueba electoral del calendario es Andalucía. Cospedal lo olvidó el viernes en la inauguración y nadie hasta ahora parece recordarlo, salvo el propio Moreno y, precísamente, Cristina Cifuentes.

Salir a correr con el presidente del Gobierno por la mañana temprano como este sábado hizo Juanma Moreno es muy sano, pero el ejercicio deportivo por el parque del Alamillo de Sevilla no es suficiente para hacer creer que para el PP las elecciones andaluzas forman parte de sus prioridades. En otras ocasiones, con Javier Arenas como candidato, mejor dicho, como tetracandidato, sí lo fueron. Las prioridades se demuestran, por ejemplo, en el proyecto de Ley de Presupuestos del Estado, y en Andalucía, hasta la patronal ha criticado con dureza las cuentas de Cristóbal Montoro.

Las elecciones andaluzas no tocan hasta marzo de 2019, pero una gran mayoría de dirigentes cree que Susana Díaz las adelantará al próximo otoño. La propia agenda de la presidenta es indicativa de su agitación electoral, como también lo es la cada vez más intensa propaganda institucional de la Junta. Los populares andaluces son los primeros en destacar estos dos datos y los que dan por seguro que habrá adelanto. Díaz lo niega de manera vehemente, mirando quizás los movimientos de Rajoy y sus propias fechas para unas elecciones generales.

Moreno va afrontar sus segundas elecciones como cabeza de cartel a la Junta y confía en romper la hegemonía socialista con una operación matemática. Según todas las encuestas publicadas y las que manejan los propios partidos, el áuge de Ciudadanos en Andalucía se debe al trasvase de apoyos de los votantes del Partido Popular. C's resta al PP, pero la suma entre los dos podría hacer posible que el PSOE no añada más trienios al frente del Gobierno andaluz, en el que el próximo mes de mayo cumplirá 36 años seguidos, tras su primer triunfo en las autonómicas de 1982.

El líder del PP andaluz se la va a jugar apostando a esta resta que suma, dando por hecho, como señalan todos los sondeos, que el PSOE volverá a ganar en la comunidad. “Ciudadanos tendrá que actuar pensando en el interés general. Si Partido Popular y Ciudadanos suman 55 escaños (mayoría  absoluta) sería un mazazo que Ciudadanos le diera el Gobierno del PSOE de los 40 años. Sería una frustración para su propio electorado. Si esa posibilidad se da, vamos a tener Gobierno nuevo. Andalucía necesita un nuevo Gobierno”, dijo este sábado Moreno. Esta resta que suma implicaría que el PP guardaría en un baúl su defensa de que debe gobernar la lista más votada. Entienden los populares que la alternancia en Andalucía, la única comunidad española en la que no la ha habido, bien vale olvidar los principios.

“Podemos volver al PP de Gabino Puche”

No todos en el PP andaluz están de acuerdo con este mensaje que está lanzando su presidente regional. Creen que así da alas a sus votantes para que elijan a Ciudadanos como caballo ganador, al tiempo que advierten de que lo importante de las próximas elecciones va a estar en el recuento de los últimos escaños, los restos. De esta circunstancia también es consciente el PSOE que tal vez empieza a arrepentirse de haber dado mucho aire a su socio de investidura. De hecho, en las últimas semanas los portavoces socialistas apuntan a dar al partido de Albert Rivera al que acusan de no defender los intereses generales de los andaluces al no participar en el acuerdo alcanzado en el Parlamento sobre financiación autonómica (en el que sí está el PP).

Dirigentes populares alertan además de que la división del voto de centro derecha puede llevar al PP a cosechar un nivel de apoyo similar al que logró en 1986 y 1990. En ambos casos, los populares obtuvieron el 22% de los votos y grupos parlamentarios por debajo de la treintena de diputados. “Podemos volver al PP de Gabino Puche”, advierten con temor varios dirigentes, aludiendo a un etapa de extrema debilidad y de falta de relevancia del partido. “Menos mal que Juan Marín (candidato de Ciudadanos) no es Inés Arrimadas”, se consuelan. Tampoco Juanma Moreno es Gabino Puche. Por ahora.

Cuando el Partido Popular decidió en el pasado mes de enero celebrar en abril una convención nacional en Sevilla para, entre otros motivos, relanzar al presidente del PP andaluz Juanma Moreno, el caso Cifuentes no existía. Moreno no tiene responsabilidad alguna de que en el cónclave popular que se clasura este domingo todo gire en torno al invisible máster de la presidenta de la Comunidad de Madrid; a lo que diga y haga Cifuentes; a los que opinan lo que debe decir y hacer Cifuentes; a las interpretaciones sobre la intensidad del saludo de Mariano Rajoy a Cifuentes y las del abrazo y el cierre de filas decretado por Dolores de Cospedal en torno a Cifuentes; a los que apuestan por la dimisión inmediata de Cifuentes y a los que, por el contrario, aconsejan resistencia.

El caso Cifuentes lo ha tapado todo y el primer damnificado ha sido Juanma Moreno. Está claro que el PP de Rajoy tiene asuntos muy urgentes que resolver (Catalunya, Cifuentes, los Presupuestos), pero alguien en la dirección nacional del partido debería saber que la primera prueba electoral del calendario es Andalucía. Cospedal lo olvidó el viernes en la inauguración y nadie hasta ahora parece recordarlo, salvo el propio Moreno y, precísamente, Cristina Cifuentes.