Andalucía Opinión y blogs

Sobre este blog

La portada de mañana
Acceder
Puigdemont estira la cuerda pero no rompe con Sánchez
El impacto del cambio de régimen en Siria respaldado por EEUU, Israel y Turquía
OPINIÓN | 'Pesimismo y capitalismo', por Enric González

El retorno del oso perjudicado

2 de enero de 2023 20:26 h

0

Ahora, cuando una imagen vale más que mil tuits no conviene perder de vista a la estética, como predicó hasta desgañitarse el viejo profesor Adolfo Sánchez Vázquez. He ahí el trending topic de los últimos días: medio país cotillea sobre la separación de Mario Vargas Llosa y de Isabel Preysler, sin haber leído La fiesta del chivo ni haber alicatado el baño propio con Porcelanosa.

Que la naturaleza sigue imitando al arte lo demuestra el día de la Toma en Granada, que ha estado esperando a Vox durante decenios, como si fuera la Penélope de Homero, de Augusto Algueró y de Joan Manuel Serrat, en la estación de Bobadilla. A Pelé, que era el rey, lo entierran como si fuera el Papa, sin que ya no quede vivo casi nadie que le hubiera visto jugar en vida y con más fumatas que Ratzinger a la búsqueda de que llegue un Mesías que llene su trono porque a Leo Messi lo golea en copas del mundial. 

Así las cosas y en estos días en que los perfumes nos enseñan a hablar francés por la tele y la monarquía española sólo se salva por la pascua de los Reyes de Oriente, sorprende que una ciudad como Cádiz, tan faltita de todo, vaya a prescindir de uno de sus mayores iconos de los últimos tiempos. Que se eche a un lado Lola la Piconera –en realidad, nunca existió--, Fermín Salvochea y el Submarino Amarillo: el año pasado, por estas fechas, nació para la eternidad uno de sus más firmes valores para el imaginario local y universal, el oso que atravesó la cabalgata de los Magos con el tronco ladeado: “el oso perjudicado”, lo llamó en vivo y en directo una locutora que retransmitía aquel desfile de Halloween en enero, y así se le quedó para siempre. En dos semanas, ya había tazas y calcetines con su efigie, mientras un gaditano hijo del ingenio se apresuraba a darle de alta en el registro de patentes.

En el interior del muñeco viajaba un trabajador precario que al comprobar que la estructura del disfraz se le venía abajo optó por pasear la piel del oso antes de cobrarla

En aquellos días, su imagen sustituyó para la eternidad a la del Oso Yogui y la del Oso Mitrofán, aquel plantígrado que supuestamente se cargó don Juan Carlos en una cacería amañada, cuando todavía era impune porque aún llevaba puesta la corona que le habíamos prestado sus entonces compatriotas. 

El oso perjudicado no llegó a desplazar en el imaginario de Cádiz a don Fermín Salvochea, pero podríamos decir que le salió un serio rival a ese mítico alcalde anarquista de la trimilenaria. Como toda imagen es tan polisémica como un jeroglífico o un ideograma, aquel oso también. En primer lugar, porque lo había reclutado para la parada de aquel histórico 5 de enero, una empresa malagueña, lo que nos habla de la necesidad de alentar frente al Cádiz profundo del que inventen ellos, el emprendimiento local incluso en este tipo de actividades lúdicas, que viene a ser el I+D+I de la ciudad que sonríe, aunque a veces lo haga de mala gana. Y, en segundo lugar, en el interior del muñeco viajaba un trabajador precario que al comprobar que la estructura del disfraz se le venía abajo como el electorado de Ciudadanos optó por pasear la piel del oso antes de cobrarla, no fuera a ser que sus contratistas no le pagasen lo estipulado. 

Así nació la leyenda. Sorprendentemente el gobierno municipal gaditano comentará uno de los mayores errores de su mandato si, como ya ha confirmado por activa y por pasiva, el oso no volverá a desfilar este año. Una ciudad como Cádiz, que a pesar de su gestión aseadita sigue a verlas venir desde hace siglos, no puede perder esa oportunidad histórica: y no es sólo la ilusión que le harían a los niños y a los padres reencontrarse con ese viejo amigo, sino que la atención mediática pudiera ser mayor que la del Congreso de la Lengua. Imagino a todas las televisiones con enviados especiales a la Tacita de Plata como si fuera el Día de la Marmota en Punxstawnewey o el pulpo Paul antes del Mundial o de la Eurocopa, pero ambos que en paz descansen. 

Si esto hubiera sucedido en Madrid, Isabel Díaz Ayuso ya habría dado instrucciones para que el oso perjudicado pasara a sostener el madroño

El oso perjudicado de Cádiz podría seguir, en cambio, vivo y coleando, tal y como reclama con justicia El Yuyu en una campaña de Change.org. Incluso cabría la posibilidad de que las autoridades concedieran el privilegio a algún famoso de ocupar su interior y ser desenmascarado cuando la comitiva de sus majestades ya estuviera de recogida como una procesión. 

Tendrán motivos poderosos los responsables municipales de la capital gaditana para evitar su presencia a partir de este año: quizá obedezca a presiones de los animalistas, en vísperas de los comicios locales, vaya usted a saber, pero lo mismo su vuelta a las calles gaditanas hubiera contenido el paro y la inflación, traído carga de trabajo a los astilleros y ofrecido alternativas a la gentrificación e incluso logrado que el Cádiz encuentre a un buen delantero. 

Más a más: resulta especialmente inexplicable que José María González “Kichi”, todavía en la alcaldía gaditana, no haya vuelto a convocar al Oso perjudicado para la cabalgata de este año cuando podría suponer una seria competencia al alumbrado navideño de Vigo y al de Málaga o a la cabalgata de los Reyes Magos del Ateneo de Sevilla, cuando no hay nada que más guste en Cádiz que guasearse de sus vecinos hispalenses. 

Probablemente, andarán opinando ya los tertulianos del TikTok, tenga que ver con el comunismo bolivariano de los podemitas y sus derivados: preferirían, seguro, una legión de osos con los chandals modelo elecciones venezolanas. Y opinarán, seguro que, sin ir más lejos, si esto hubiera sucedido en Madrid, Isabel Díaz Ayuso ya habría dado instrucciones para que el oso perjudicado pasara a sostener el madroño. 

Ahora, cuando una imagen vale más que mil tuits no conviene perder de vista a la estética, como predicó hasta desgañitarse el viejo profesor Adolfo Sánchez Vázquez. He ahí el trending topic de los últimos días: medio país cotillea sobre la separación de Mario Vargas Llosa y de Isabel Preysler, sin haber leído La fiesta del chivo ni haber alicatado el baño propio con Porcelanosa.

Que la naturaleza sigue imitando al arte lo demuestra el día de la Toma en Granada, que ha estado esperando a Vox durante decenios, como si fuera la Penélope de Homero, de Augusto Algueró y de Joan Manuel Serrat, en la estación de Bobadilla. A Pelé, que era el rey, lo entierran como si fuera el Papa, sin que ya no quede vivo casi nadie que le hubiera visto jugar en vida y con más fumatas que Ratzinger a la búsqueda de que llegue un Mesías que llene su trono porque a Leo Messi lo golea en copas del mundial.