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El rey defrauda millones, pero malos nosotros

26 de febrero de 2021 20:29 h

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Juan Carlos I da otra campanada: admite haber defraudado a Hacienda ¡4 millones de euros! Justo esta semana en que el 40 aniversario del 23F ha sido instrumentalizado para, aun sin desclasificar los papeles secretos, homenajearle.

A él, que se esconde en Emiratos Árabes, alojado por déspotas de fama mundial como Mohamed bin Zayed exterminador de civiles en Yemen o Mohamed bin Rashid que tiene secuestrada a su hija Latifa, como ella denuncia a la BBC.

A él, que ya el 9 de diciembre de 2020 admitió habernos estafado 680.000 euros.

A él, que, además de estos delitos fiscales, puede haber cometido blanqueo de capitales a través de cuentas en la guarida fiscal de la isla de Jersey.

A él, que está arrasando no ya su prestigio, sino la credibilidad de la Casa Real y de un Estado que descaradamente mira para otro lado: Hacienda, Fiscalía, tribunales que no investigan con la diligencia debida y Parlamento y Gobierno que ni legislan, ni aplican leyes de transparencia y control que garanticen a los ciudadanos que no seguiremos siendo estafados por la Jefatura del Estado.

Juan Carlos I defraudó ¡4 millones! al no declarar que le regalaron vuelos privados por valor de ¡8 millones de euros! Pero, ¿a dónde iba? ¿De dónde salía el dinero para ese tren de vida? ¿De dónde sigue saliendo? ¿Quién le da esas millonadas? ¿A cambio de qué? Y la noticia salta la noche antes de que su hijo, Felipe VI, entregara ayer junto a la Ministra de Hacienda, María Jesús Montero, el premio a la Pyme del año. ¡Es que nos hacen burla con una mano a cada lado de la cabeza y sacándonos la lengua!

Pero, ojo, malos nosotros. Tú y yo, ciudadanos atónitos. Quienes queremos creer en las leyes e instituciones, pero comprobamos día a día que nos timan.

Nos timan, sí, porque hay delito fiscal cuando las cuotas defraudadas a Hacienda superan 120.000 euros, pero Juan Carlos I reconoció el 9 de diciembre haber defraudado cinco veces más, 680.000 euros. Nos dijeron que de delito nada porque regularizaba antes de que Hacienda lo acusara (aunque ¡ya le había avisado de que lo investigaba!). Nos dijeron que todo estaba en regla siempre que la regularización fuera “veraz y completa”.

Pero ahora regulariza ¡4 millones! ¿Y con qué salen? Con que ni “veraz” quiere decir “veraz”, ni “completa” significa “completa”, y Hacienda sigue sin acusarlo pese a tener ya el antecedente desde el 9 de diciembre. ¡Total, que se escapa otra vez! Con todas las de la ley, ojo, que la ley es igual para todos. No vayamos a encarnizarnos con el ciudadano Juan Carlos ¡que tanto nos ha dado! (¿Alguien se figura que migrantes y refugiados, que los judíos estigmatizados por fachas en la Almudena nos robaran 4 millones de euros?)

Imagino a Luis Bárcenas dolido por el doble rasero del PP, que a él lo llama “delincuente”, pero calla ante los mismos delitos del rey.

Vox se frota las manos

Veo a Vox frotarse las manos porque ellos ni ayer, ni hoy, ni nunca serán monárquicos. Ellos son pro-dictadura y lo que mejor les viene es el desgaste de nuestro sistema democrático, el descreimiento social en las instituciones, el hartazgo ciudadano. Con eso aspiran a ganar votos, crecer, vencer, acabar gobernando e imponer el plan de persecución, hostigamiento de judíos, musulmanes, gays, lesbianas, bisexuales, trans, feministas, mujeres, izquierdistas y finalmente todo librepensador no dispuesto a someterse. El fascismo es así.

Lo que no me entra en la cabeza es el papel del PSOE. De verdad que no lo entiendo. Siempre en la boca lo de que “no se juzga a la institución sino a la persona”. ¡Pero no se está juzgando a Juan Carlos! ¡Se le encubre! Y así se está dañando la monarquía parlamentaria y desprestigiando la democracia española. 

Evitar los daños a nuestra democracia

El problema no es quien alerta de que así la democracia no es plena. Que o se nutre o degenera. El problema no es Pablo Iglesias, Echenique, Irene Montero, Unidas-Podemos. Ni los ciudadanos que les eligieron. Muchos luchadores antifranquistas fueron juancarlistas. Ahora no todo indignado con Juan Carlos es un rabioso social-comunista, independentista-proviolento con rabo y cuernos. Hay gente simplemente con formación y criterio para no dar crédito y está harta de que la tomen por idiota.

¿Se busca acostumbrarnos a la arbitrariedad? ¿Que aceptemos este calendario de engaños e impunidad? Con las enormes necesidades sociales y laborales que acucian a los ciudadanos. Con la precariedad y recortes que sufren los servicios públicos. ¿En serio creen que tragaremos?

Yo pese a todo, sigo confiando más en este país y su sociedad que el presidente andaluz JuanMa Moreno, del PP, al que oí este viernes en la SER: “España no respetaría un jefe de Estado político”. O sea, un Presidente de República. Yo quiero creer que lo que no aceptaremos son reyes delincuentes.

Ninguna lección mejor recibirá la infanta Leonor, en el internado pijipi de Gales, ¡con migrantes y refugiados en clase! que nos costará 76.500 euros –mientras la heredera de Holanda va al instituto en bicicleta– que ver al Estado de derecho en acción sancionando los delitos de su abuelo.

Juan Carlos I da otra campanada: admite haber defraudado a Hacienda ¡4 millones de euros! Justo esta semana en que el 40 aniversario del 23F ha sido instrumentalizado para, aun sin desclasificar los papeles secretos, homenajearle.

A él, que se esconde en Emiratos Árabes, alojado por déspotas de fama mundial como Mohamed bin Zayed exterminador de civiles en Yemen o Mohamed bin Rashid que tiene secuestrada a su hija Latifa, como ella denuncia a la BBC.