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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Y 79 años después, el PSOE volvió a la alcaldía de Córdoba

El último alcalde socialista de Córdoba fue Manuel Sánchez Badajoz, que gobernó entre marzo y julio de 1936, antes de ser perseguido y asesinado tras el levantamiento militar. Desde entonces y hasta hoy, una ininterrumpida sequía en la cosecha de votos del PSOE ha hecho que en estos 79 años –sumados el período franquista y toda la democracia- nunca haya habido un alcalde socialista en la capital cordobesa. Hasta este sábado. Isabel Ambrosio, la candidata que el PSOE presentó a las pasadas elecciones municipales del 24M logró un resultado que, si bien muy lejos de la mayoría absoluta -7 concejales-, sí le ha permitido conformar un pacto de gobierno con IU (4 ediles) y, recibiendo también los votos para ser investida de los 4 concejales de Ganemos Córdoba, liderar por primera vez en democracia el consistorio cordobés.

Con anterioridad, el PSOE había formado parte de un cogobierno municipal en Córdoba junto a IU –primero entre 1999-2003 y después entre 2007 y 2011-, pero siempre liderado por un alcalde o alcaldesa de la coalición de izquierdas. Ahora, las tornas se han vuelto y la primera fuerza progresista en las urnas ha resultado ser el PSOE, lo que le ha valido encabezar el pacto de gobierno para desbancar al PP que suma 11 concejales, los mismos que tendrá el nuevo ejecutivo local.

Por ello, en las palabras dirigidas por Ambrosio a la corporación en su primer discurso como alcaldesa se ha dejado notar un tono abierto y su apuesta por que “el diálogo y el consenso sean las señas de identidad de esta nueva etapa” en el Ayuntamiento de Córdoba. En ese sentido, ha tendido “la mano” a todas las fuerzas políticas presentes en el Pleno, pero también a la sociedad cordobesa en general, llamando a evitar “las disputas por intereses partidistas”.

Más allá de esas primeras palabras de la nueva alcaldesa, que ese puesto la ostente el PSOE no es la única novedad en esta nueva corporación. Con la presencia de los nuevos partidos emergentes –Ganemos Córdoba y Ciudadanos- y la retirada de una buena parte de los anteriores concejales, el Salón de Plenos ha dado la bienvenida a 20 caras nuevas de los 29 ediles que se sientan allí.

Entre los nuevos ediles, los 4 de Ganemos Córdoba, la agrupación de electores que hasta hace unos días negociaba entrar en un tripartito como gobierno de la ciudad pero que finalmente decidió en su asamblea descolgarse de ese pacto y apoyar a la candidata del PSOE como alcaldesa pero no entrar a formar parte del ejecutivo local.

Así las cosas, en la nueva corporación que ha quedado constituida este sábado, el cogobierno de PSOE e IU (11 concejales en total) tendrá enfrente una amplia bancada de la oposición con 18 integrantes: 11 del PP, 4 de Ganemos, 2 de Ciudadanos y 1 de Unión Cordobesa.

Se abren por delante, por tanto, cuatro años de un mandato en el que la gobernabilidad puede encontrar grandes dificultades si la oposición une sus votos y que, de reojo, estará mirando a las confluencias hechas por Ciudadanos y Ganemos con PSOE o PP en otros ayuntamientos y en la propia Junta de Andalucía.

Asuntos pendientes para el nuevo gobierno municipal

Asuntos pendientes para el nuevo gobierno municipalComienza así un período en el que, al mando del Ayuntamiento, PSOE e IU deberán acometer grandes y pequeños retos que la ciudad tiene pendientes y algunas propuestas puestas en marcha por la anterior mayoría absoluta que el PP aplicó como un rodillo y que no contaba con el beneplácito de las fuerzas de la izquierda.

En ese sentido, el primer asunto que se ha hecho notar en este nuevo mandato ha sido el destaca el Centro Social Rey Heredia, cuyos integrantes se han plantado a las puertas del Ayuntamiento este sábado en el pleno de investidura para pedir que PSOE e IU devuelvan el suministro de agua al colegio ocupado para poder abrir de nuevo su comedor social y cedan el edificio a los vecinos, tal y como se había acordado con el gobierno del PP pero éste dilató en el tiempo y nunca hizo.

A partir de ahí, el nuevo gobierno municipal tendrá que afrontar qué hacer con el Centro de Convenciones –rediseñar un antiguo pabellón de Cajasur del Parque Joyero en espacio para ferias y convenciones- una de las medidas más personales del exalcalde del PP, que no contaba con el apoyo de ninguna otra fuerza y cuyas obras se iniciaron en la recta final del mandato. El PSOE ha propuesto hacer una auditoría sobre la viabilidad del proyecto mientras que IU se opone frontalmente a él.

Las relaciones con la Iglesia y, en concreto con el Obispado de Córdoba, acerca de la gestión y titularidad de la Mezquita-Catedral, será otro asunto que está sobre la mesa ya. Tanto PSOE como IU se comprometieron en campaña electoral a trabajar por la titularidad pública del monumento, si bien entre los nuevos socios de gobierno existe discrepancias sobre la gestión: para el PSOE se debe respetar que la haga la Iglesia mientras que para IU también debe ser gestionada públicamente. Y, en paralelo, deberán solucionarse los conflictos abiertos por los bienes públicos como plazas, ermitas o algún monumento inmatriculados por la Iglesia.

Otro reto será sacar a flote las empresas municipales y, como muestra, un botón: la empresa municipal de autobuses, Aucorsa, mermada con una flota donde los incidentes y averías de parte de los autobuses comprados de segunda mano a su homóloga de Madrid, que ha puesto en la picota a la empresa. La nueva alcaldesa ha propuesto un nuevo contrato para garantizar la viabilidad de Aucorsa ya que, si cierra en números rojos a final de 2015, tendrá que disolverse según establece la Ley de Sostenibilidad de la Administración Local aprobada por el Gobierno central.

Y tampoco debe dejarse de lado la relación que el nuevo Ayuntamiento tendrá ahora con la Junta de Andalucía, una relación inexistente y enfrentada durante el mandato anterior con el PP en el poder municipal y que ahora, la alcaldesa del PSOE tratará de recuperar. Eso sí, su socio de gobierno, IU, no guarda un buen recuerdo de su paso por el cogobierno en la administración autonómica y está por ver cuál será su postura en este sentido.