José Antonio Vargas ha anunciado en la tarde de este viernes su dimisión como secretario general de Podemos Málaga. Vargas, que accedió al cargo por un estrecho margen en las elecciones primarias de diciembre de 2014, deja la secretaría general después de alejarse progresivamente de la dirección nacional y autonómica de Podemos.
Junto a él se marchan al menos otros cinco miembros del Consejo Ciudadano de la ciudad. “Vamos a seguir defendiendo un proyecto anti-capitalista y rupturista”, ha dicho, pero desde fuera del partido. En el Consejo Ciudadano de Podemos Málaga quedan ahora 14 de los 25 consejeros originales. Según los dimisionarios, una gestora podría hacerse cargo de la dirección hasta la convocatoria de nuevas primarias.
Vargas ha dicho sentirse “frustrado” por el devenir de Podemos. Militante de Izquierda Anticapitalista Revolucionaria (IZAR) ha mantenido, desde su llegada a la secretaría general, un discurso de ruptura, enfrentado a lo que él entendió como una “derechización” del partido. También ha insistido en la apuesta por la participación de las bases, a su juicio traicionadas por las cúpulas estatal y autonómica, que habrían “verticalizado” la organización. Desde hace meses era patente que la dirección elegida por Vargas no era la misma que la adoptada por la dirección estatal.
“El motivo que nos lleva a presentar nuestra dimisión es que pensamos que Podemos ya no representa una herramienta de cambio para los y las de abajo”, se lee en el comunicado. En la rueda de prensa ha lamentado “no haber tenido la oportunidad” de poner sobre la mesa cuestiones “para nosotros básicas”, como el impago de la deuda o la nacionalización de los sectores energéticos.
Un “freno para la transformación social”
“Podemos se ha convertido en un partido institucional”, razona Vargas, que entiende que con las elecciones del 20 de diciembre ha quedado cerrado un ciclo: “Centrar las tareas en la batalla electoral sin entender que la democracia interna y el impulso de la movilización eran imprescindibles para ahondar en la brecha política, institucional y de ruptura con este régimen injusto ha sido el gran error de la dirección del partido”. Para Vargas y sus partidarios, Podemos es ahora una “herramienta de absorción de la movilización” y un “freno para la transformación social”. “Tenemos que construir una alternativa que vaya más allá de lo que representa a día de hoy el proyecto de la dirección de Podemos”, concluye el comunicado que ha leído hoy.
Vargas y sus partidarios han perdido apoyos durante los últimos meses. Perdió la mayoría en el Consejo Ciudadano y las bases estaban divididas, hasta el punto de que parte de los militantes optaron por ignorar sus convocatorias y “hacerle el vacío”. Puso su cargo a disposición de la militancia en una asamblea celebrada en octubre a la que no acudieron sus detractores, que apenas unas semanas antes habían exigido su dimisión. La fractura llegó al punto de que una asamblea general convocada por el secretario general (en la que tampoco estuvieron presentes sus críticos) decidió que Podemos Málaga no haría campaña ni a favor ni en contra de Podemos en las elecciones generales.
Durante meses ha insistido en que era posible corregir la supuesta deriva del partido, pero ahora entiende que “no tiene sentido malgastar más fuerzas”: “No vemos ni que se convoque un congreso para darle la vuelta y volver a las bases y vemos que Podemos le tiende directamente la mano al PSOE y echa atrás sus líneas rojas”.
Según Vargas, el Consejo Ciudadano debería quedar automáticamente disuelto después de su dimisión, y podrían convocarse unas nuevas primarias o nombrarse una gestora. El ex secretario general de Málaga ha insistido en que será la dirección andaluza la que deberá tomar esa decisión.