La dirección nacional de Vox ha salido al paso de las acusaciones vertidas por la presidenta del partido en Sevilla y diputada en el Parlamento andaluz, María José Piñero, que este martes ha presentado su dimisión al frente de la ejecutiva provincial tras denunciar a su formación de “jugar irregularmente con los recursos económicos de los afiliados para lanzar la carrera política de unos pocos”. Desde Madrid, Vox ha desmentido esa acusación, asegurando que las cuentas del partido están “auditadas y sometidas a todos los controles legales”, y ha afeado a Piñero que haya “sembrado un alarmismo injustificado entre la militancia”.
La cúpula del partido de Santiago Abascal reprocha a la ya ex presidenta de Vox en Sevilla que no haya resuelto sus “dudas” sobre la gestión de fondos públicos de su formación acudiendo al Comité de Garantías. En un comunicado difundido este miércoles, el partido de extrema derecha vincula la carta de dimisión de Piñero y sus acusaciones con una reacción de frustración porque “una persona de alta cualificación profesional” tuviera más altas “expectativas” al entrar en política. “Se entiende que la señora Piñero tuviera expectativas de crecimiento político dentro del partido y no haya compartido determinadas decisiones del partido a la hora de elegir personas para el desempeño de diversos cargos de responsabilidad”, dice el comunicado de la ejecutiva nacional, que hace unos días renovó al equipo que rodea a Abascal, eligiendo a algunos dirigentes andaluces (como Reyes Romero) y dejando apartada a Piñero.
Con todo, la dirección del partido de extrema derecha agradece a Piñero su “gran trabajo” y la anima a seguir como diputada en el Parlamento autonómico. La parlamentaria se encontraba este miércoles en la comisión de Educación, de la que forma parte como portavoz adjunta, y ha rehusado ahondar en explicaciones sobre las acusaciones que vierte en su carta de dimisión remitida a la militancia.
“Su gran trabajo no debe quedar empañado por el error en el que ha incurrido al realizar una comunicación a los afiliados que puede generar una alarma innecesaria y que no se ajusta a la realidad de la situación de Vox en la provincia de Sevilla”, dice el comunicado difundido por la dirección nacional del partido. Con la dimisión de Piñero, son ya seis de las ocho ejecutivas provinciales andaluzas que sufren ceses por desacuerdos con la dirección nacional. La ya ex presidenta del partido en la capital andaluza no ha confirmado si seguirá en el grupo parlamentario o si abandonará el partido y mantendrá el acta como diputada, siguiendo así el camino tomado por su compañera, la diputada de Vox por Almería, Luz Belinda Rodríguez, que abandonó la formación y pasó a ser parlamentaria no adscrita hace unas semana.
Piñero no sólo ha denunciado irregularidades en el uso de fondos del partido en Sevilla. También acusa a sus compañeros en la ejecutiva provincial de haber montado un “gobierno paralelo, protagonizado por determinados personalismos y apoyada por Vox España, al margen del ordenamiento estatutario. A pesar del reproche de la ejecutiva nacional por no haber planteado estas ”dudas“ ante los órganos competentes, la diputada por Sevilla asegura en su carta que hace diez días envió un burofax a ”las más altas instancias del partido“ en Madrid denunciando estas ”irregularidades“ y pidiendo que se ”subsanasen“, pero ”obtuvo la negativa y la amenaza por respuesta“.
La ejecutiva nacional del partido de extrema derecha también niega que exista esa “estructura paralela” en el comité ejecutivo provincial de Sevilla, como denuncia Piñero. “Este órgano adopta sus decisiones de manera colegiada por acuerdo entre sus miembros. Al no ser una organización ”presidencialista“, la señora Piñero debe someter sus propuestas a votación y, es normal como ocurre en otras provincias, que no siempre sean aceptadas”, reza el texto.